Casi un año después de ser elevada a juicio, la causa por abusos que sigue la Justicia entrerriana contra el cura Justo José Ilarraz está en ascuas.
Aunque el tribunal se constituyó en noviembre de 2016, todavía no hay fecha para el inicio de los debates, y tampoco nada se sabe de la suerte que tuvo el recurso extraordinario presentado por la defensa del cura ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación para conseguir la prescripción.
“Aparentemente, estén esperando el fallo de la Corte. Pero eso sería injusto, deshonesto e imparcial teniendo en cuenta tantas sentencias e instancias provinciales que mandan a investigar los hechos e iniciar el juicio –dice Fabián Schunk, exsacerdote, uno de los siete denunciantes del cura Ilarraz–. Esta dilación y lo que es peor, este silencio e incertidumbre, no deja de ser, al menos, sospechoso”.
La causa Ilarraz se inició en 2012 y ha transitado un intrincado camino en Tribunales: al tiempo que se van sorteando escollos en la Justicia local, el caso aguarda un pronunciamiento de la Corte, a donde llegó el 21 de octubre de 2015 un planteo para que se dicte la prescripción.
El 17 de agosto de 2016, el juez de Transición Pablo Zoff –el tercer magistrado que tuvo en sus manos la causa Ilarraz—dispuso la elevación a juicio. Pero recién a comienzos de noviembre último quedó conformado el tribunal: lo integran Alicia Cristina Vivian, vocal del Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguaychú; Edwin Ives Leonardo Bastian, vocal del Tribunal de Juicios y Apelaciones de Concordia; y Darío Ernesto Crespo, vocal del Tribunal de Juicios de Gualeguay.
El 8 de marzo último, ese tribunal admitió las pruebas presentadas por las partes, el entonces fiscal Rafael Martín Cotorruelo (ahora integra el Tribunal de Juicios y Apelaciones), los querellantes Rosario Romero, Marcos Rodríguez Allende y Milton Urrutia, y el defensor de Ilarraz, Juan José Ángel Fornerón, y emitió una serie de citaciones para testigos que deberán declarar en forma personal.
Pero sin fecha para los debates.
La causa contra Ilarraz se abrió en septiembre de 2012 y en todo este tiempo ha transitado un sinuoso camino judicial, sorteando una serie de planteos de la defensa del cura, que sostiene que los delitos que se le imputan al cura están prescriptos. La discusión fue finalmente cerrada el 27 de abril de 2015 cuando la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia (STJ) rechazó ese planteo, y ordenó avanzar en la investigación de los abusos. Ese planteo por prescripción, ahora, está a definición de la Corte Suprema de Justicia, con un recurso extraordinario.
El próximo 17 de agosto se cumplirá exactamente un año de la resolución judicial que dispuso elevar a juicio la causa Ilarraz. Y no hay certeza de qué ocurrirá después de la feria, y si algo efectivamente ocurrirá en torno a esta investigación, la primera que puso en tela de juicio el rol de la Iglesia Católica en el encubrimiento de los abusos a menores por parte de miembros del clero.
El primer miembro de la Justicia llevado a los Tribunales por casos de pedofilia. Después, seguirían Marcelino Ricardo Moya y Justo José Ilarraz.
Schunk dice que la falta de certezas e indicios sobre la marcha de la causa resulta “desalentador para las víctimas. Cada año que pasa, cada mes, cada día nos encuentra con menos ganas de continuar con esta revictimización”.
Después, agrega: “Con el paso de tanto tiempo, creo que el fantasma de las dudas y esa torturante pregunta de si realmente vale la pena, reaparece en cada víctima. ¿Vale la pena pasar por tanto? ¿Vale la pena enfrentar tanto y ver que al abusador se le ofrecen en demasía cuantas garantías estén disponibles? Aquí ya no es la Iglesia la que interfiere, ni siquiera la defensa del abusador: aquí es la Justicia que no sabemos qué espera. Todavía creo que vale la pena, porque luego de estas denuncias y sentencias, muchas fueron las víctimas beneficiadas en todo el país. Pero ya es hora de cerrar estás heridas en nuestras vidas”
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.