Dolores Etchevehere presentó esta tarde en el Centro Cultural La Vieja Usina su libro Sola, que editó Planeta, en el que recorre su vida familiar, los negocios y la disputa de poder hacia el interior de uno de los grupos más poderosos en Entre Ríos.

En un tono monocorde, la mujer desgranó los pormenores de la incursión, en la segunda mitad de octubre de 2020, en la estancia Casa Nueva, en el Paraje El Quebracho, en el Acceso a Santa Elena, pero más central todavía describió de qué modo se construyeron las relaciones de poder hacia el interior de la familia Etchevehere y de qué manera fue siempre excluida por ser mujer, y por reclamar.

 

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En 2013, Dolores Etchevehere denunció a su madre, Leonor María Magdalena Barbero Marcial, y a sus tres hermanos, Luis Miguel, Arturo Sebastián y Juan Diego, por estafa, y luego sumó el delito de vaciamiento de Sociedad Anónima Entre Ríos (SAER), editora de El Diario. Esa denuncia fue la piedra de toque que movió otras investigaciones penales, en la Justicia de Entre Ríos y en el fuero penal.

Al hablar de la lentitud de la Justicia en resolver su  causa, volvió a referirse al «pacto de poder» que liga a los hombres de Tribunales con el poder político de Entre Ríos.

En charla con Carola Orduna, experiodista de El Diario, Dolores Etchevehere desgranó la experiencia de haber escrito Sola, que primero pensó como una ficción pero que después terminó siendo un texto testimonial sobre su familia.

Etchevehere: levantan pirámide para recordar el desalojo

 

¿Cómo fue que empezó a develarse lo que ocurría hacia el interior de su propia familia? «Fue cuando yo conocí la traición», explicó, y ese hecho fue haber visto en un expediente judicial que su firma había sido falsificada por los suyos, en el trámite sucesorio. «Esperaba cualquier otra cosa, no una firma falsificada», señaló.

De su familia, a quienes llama los «Etchevehere corruptos», dijo que es «una mafia. Y a la mafia hay que enfrentarla con fuerza».

Luego, explicó que debió acudir a los tribunales federales de Comodoro Py para denunciar violencia económica de parte de su familia por cuanto en la Justicia de Entre Ríos «mis derechos no estaban garantizados».

Hizo referencia también a la decisión de su familia de construir un monolito en el ingreso de la estancia Casa Nueva para conmemorar el primer año del desalojo del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) de Juan Grabois, en 2020. «Es ridículo», eso, dijo, y mencionó que la obra se hace sobre una fracción de terreno cuya titularidad es sospechosa. «Esas tierras pertenecen a la Escuela Agrotécnica El Quebracho», aseguró.

«Es una expresión de crisis fálica de los Etchevehere ese monolito», resumió.

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora