En vida, María Victoria Gutiérrez Morel se había plantado, decidida, en la idea de que las torres no debían avanzar de un modo indolente sobre las añejas construcciones del Parque Urquiza, horadando a su paso el patrimonio del arbolado típico de esa zona.

Luego de su muerte, la propiedad que supo ocupar María Victoria Gutiérrez Morel ha sido demolida y en su lugar se levanta una torre de 24 departamentos, 16 cocheras, aunque quienes fungen como sus nuevos dueños, Impomotors Argentina SA y el Fideicomiso Neuen Weg Corp no tendrían todos los papeles en regla para ocupar ese terreno ubicado al 600 de calle Tucumán, según denuncian los vecinos.

La cuadra, esa cuadra de calle Tucumán entre Malvinas y Mitre, está ahora en litigio entre sus vecinos de siempre y los recién llegados y sus torres. No es una oposición cerrada: más bien es un llamado de alerta. Un vecino, Antonio Rapinese, ya fue a la Justicia por los daños que está generando la construcción de una torre en calle Tucumán al 670.

La torre se levanta y corre serio riesgo el «túnel de tipas» que existe sobre esa calle. El edificio gana altura sobre el límite de la línea municipal, y sus balcones muerden espacio público desde arriba, y su ascenso demanda espacio, el espacio que hoy ocupan las ramas de las tipas.

La torres, dicen los vecinos, son una aplanadora, y el Estado, en ocasiones, mira para un costado, bisbisea, deja hacer, pospone exigencias, dice vamos a ver qué hacemos, y no hace nada, entonces ocurren las trampas.

Una torre, también en calle Tucumán, está en las vísperas: se montó el obrador, están los obreros, y los hierros y el concreto se hunden en el suelo para, después, ganar altura. Diez, doce, trece, dieciséis pisos: lo que la ley del mercado exija. Y también, claro, hay conflicto.

Antonio Rapinese le escribió al intendente Sergio Varisco y le hizo conocer que la torre que se levanta en Tucumán 673/677 destruye el «túnel de tipas», y agrega que observa que la empresa constructora incumple «el art 9 de la Ordenanza Municipal N° 8.218 que le impone al frentista el deber de cuidado del mismo. Además se constata que el proyecto por Uds aprobado avanza más allá de la línea municipal y también en incumplimiento del Art. 10 de la misma ordenanza el proyecto no identifica -ni siquiera los menciona haciendo como si no existieran- los árboles tal como lo exigen la normativa».

De momento, no hay respuestas, y la torre sigue.

Los vecinos esperan que el Estado los escuche, y advierta de las irregularidades que ellos señalan.

Pero el tiempo no para.

En Tucumán 639 avanza otra torre, y avanza con pies de barro, según advierten los vecinos de esa cuadra. Y por eso han pedido a la Municipalidad de Paraná que declare la «nulidad absoluta» a la factibilidad del anteproyecto resuelto el 3 de junio de 2016.

Una presentación formal que se hizo a finales de enero último ante el intendente Varisco señala que «el municipio otorgó factibilidad a personas -o patrimonios de afectación para el caso del Fideicomiso- para la construcción de un edificio en un inmueble del que los interesados no son propietarios -ni se encuentran autorizados para ello- conforme lo establece explícitamente la normativa municipal».

«Se advierte en el expediente que se ha presentado un plano de mensura sobre esa superficie de 137,35 metros cuadrados. Dicha mensura fue confeccionada y presentada en las oficinas catastrales en mayo/junio 2016. Sobre esa superficie declaran desconocer el propietario y refieren (en el contrato de fideicomiso) que confeccionarán mensura y llevarán adelante el juicio de usucapión. Este inmueble no es de su propiedad, no poseen título alguno que les permita reclamar derechos sobre el mismo, y es por ello que no se ha sustanciado aún, y en cualquier caso, debería fracasar, atento a la inexistencia de los requisitos legales para obtener la prescripción adquisitiva», dice la presentación que llegó al Departamento Ejecutivo Municipal y que está en el área legal, a cargo de Walter Rolandelli.

El planteo es concreto: el edificio toma parte de un terreno que le pertenece a la empresa que lo construye.

Hacen notar que «el municipio no puede admitir un proyecto de edificación sobre un inmueble sobre el que no se detenta la propiedad debidamente inscripta en los registros respectivos».

¿Y quién es el propietario de esa fracción de terreno que el fideicomiso hace valer como propio y que según los vecinos no es así?

Los vecinos de calle Tucumán investigaron en el área de Catastro, consiguieron pruebas y llegaron a la conclusión de que la partida N° 61.943/3 es de propiedad de la Municipalidad de Paraná. Pero por alguna razón, esa fracción de terreno que es propiedad del Estado fue adueñada por un privado, pretendida como propia y puesta como elemento de prueba para que el mismo Estado autorizara la construcción de una torre.

De no haber agregado esa porción de terreno de dominio público, la fracción de la que son titulares no habría bastado para que le autorizaran un edificio en altura.

Nadie, claro, cayó en la cuenta de esa trampa.

Los vecinos, sí. Y por eso pidieron la intervención de la Municipalidad de Paraná.

Pero por ahora nada de todo eso ha bastado para orden el desbarajuste.  Las torres siguen.

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.