Por Víctor Hutt (*)
La propuesta salaria presentada por el gobernador Gustavo Bordet el 19 de octubre a los sindicatos docentes nos muestra que entramos en un callejón sin salida, donde vamos a encontrar trabajadores empobrecidos en un tercio de sus ingresos y necesariamente una escuela pública y privada que sumará gran cantidad de días de huelga, dificultad para cerrar y abrir ciclos lectivos, lo que se suma a una escuela pública en crisis por falta de recursos, por falta de cargos indispensables para su funcionamiento, que solo es sostenida por el esfuerzo de los trabajadores: donde son necesarios dos trabajadores, hay uno haciendo el doble de trabajo.
Analicemos un poco el panorama de la educación de Entre Ríos, que no es muy distinta al de todas las provincias argentinas.
Los docentes están sufriendo una profunda pérdida del salario real, de ese salario que se convierte en recursos y condiciones de vida. Esto se presenta hoy como una realidad muy difícil, pero es mucho peor lo que se vislumbra en el futuro cercano, en los próximos meses.
Los docentes arrastran una pérdida del poder adquisitivo del salario del año 2016 que fue de alrededor del 10 %. A esto, se suma la constante pérdida que se sufre día a día en 2018.
Durante el mes de septiembre, hemos sufrido una inflación que llegó al 32 % en el acumulado anual, la hemos transitado con un salario que tuvo un incremento del 17 % y recién al finalizar septiembre se transformó en un 22 %: esto significa que hemos vivido entre un 15% y un 10 % más pobres respecto al mes de enero y un 25 % más empobrecidos respecto a los comienzos de 2016. Pero lo más terrible está por venir.
El gobernador Bordet nos convoca el 19 de octubre para hacernos una oferta salarial. Lo necesario, lo esperado, lo lógico que un docente podía esperar era un aumento del 10 % retroactivo a septiembre y una futura revisión para octubre y otra para noviembre y hasta no sería descabellado sumar otro 10 % para recuperar lo perdido como ingresos en el año 2016. Pero no fue así y la oferta ni se acercó a esta necesidad, la oferta fue del 6 % para el mes de noviembre. En estos tiempos hiperinflacionarios, tenemos que considerar los porcentajes y los tiempos: esa oferta resulta ridícula, pero más allá del porcentaje, lo más repudiable es que se pretende para el mes de noviembre, momento en el cual la inflación será de alrededor del 46 %, si se mantiene una inflación del 5 % mensual. Pero hay muchas posibilidades de que sea peor.
Evaluemos el supuesto aumento propuesto, que en realidad no es aumento y lo demostraremos sencillamente: al mes de septiembre, podemos decir que nos encontramos con una pérdida salarial anual del 10 %. Hubo un 22 % de aumento ante una inflación del 32 % de aumento. La propuesta del Gobierno provincial nos propone un escenario de perder en octubre un 17 % de salario real, continuar con el 22 % de aumento ante una inflación esperada del 39 % y pasar a noviembre al 28 % de aumento con una inflación del 46 %, lo que implica perder un 18 % de poder adquisitivo. El aumento propuesto significa en realidad una pérdida del 8 % mayor a la pérdida actual, significa un profundo empobrecimiento de los trabajadores, significa que si hoy nos damos cuenta que no nos alcanza para vivir, gracias a la oferta del 19 de octubre nos alcanzaría mucho menos aún.
Como observamos en el cuadro, luego de la oferta salarial del Gobierno nos quedan dos cuestiones seguras: por un lado, una oferta salarial del 6 % para noviembre y una hiperinflación estimada que no tiende a modificarse, con estas certezas, llegaríamos a perder poder adquisitivo de forma desesperante, 27 % en diciembre, 36 % en enero y 46 % de reducción salarial en febrero de 2019.
Si miramos los otros aspectos de la educación en Entre Ríos nos encontramos con un presupuesto que se achica cuando es necesario que se agrande. Hoy se torna alarmante la falta de cargos docentes y no docentes necesarios para el funcionamiento de las escuelas, es común encontrar escuelas que funcionan con tres turnos, donde conviven niveles inicial, primario y secundario con un solo personal de mantenimiento o ninguno, escuelas con gran matrícula que necesitan cambiar de categoría y aumentar sus cargos, existe la necesidad de apertura de gran cantidad de salas de 4 años en jardines de infantes y no existen cargos ni condiciones edilicias. Las escuelas secundarias de adultos siguen expulsando madres adolescentes por falta de apertura de jardines, tal cual lo marca la Ley de Educación. La respuesta ante todas estas necesidades es que no hay presupuesto. Hay que avisarle al Gobierno provincial que son ellos los responsables de generar ese presupuesto, que para eso deben decidir una política económica que garantice los derechos consagrados.
Esta situación desesperante, que ya hemos conocido hace algunos años, hace que el látigo de los descuentos al que seguramente piensa recurrir el Gobernador, pierda sus efectos domesticadores, ya que la pérdida salarial contra la inflación se hace tremendamente superior a lo que se pueda perder por un descuento, el horizonte se presenta con muchas huelgas que no serán frenadas con los descuentos. Esto requiere una política económica distinta, de fondo: el Gobernador se tendrá que poner los pantalones largos ante esta situación, ya no puede seguir diciendo que todo es responsabilidad de la nefasta política antipopular del gobierno nacional y que no puede.
Es necesaria una reforma tributaria que busque los recursos en aquellos a los que la política nacional está beneficiando escandalosamente y de allí busque los recursos necesarios. Hace unos años se hizo en Entre Ríos y luego se retrocedió: deberá tener el coraje de avanzar en ese camino para detener este proceso de destrucción del Estado y emprobrecimiento de los que trabajan, además de dejar de acompañar las políticas del gobierno nacional que generan esta situación. No puede responsabilizar al gobierno nacional y brindar el apoyo a cada una de las medidas que nos llevan a esto.
El horizonte para los trabajadores es de lucha, de salidas colectivas, ya no va a servir la salida individual, ya no sirve no acompañar los paros para ahorrarse lo que a otros les descuentan, se vienen tiempos de disputa que conocemos muy bien y a los que no les tenemos miedo, será la lucha contra la transferencia de recursos de los trabajadores a los sectores concentrados la que nos devuelva lo que nos han quitado.
(*) Docente. Integrante de la conducción de la seccional Uruguay de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer).
Foto: Gentileza La Lucha en la Calle.