La distancia es de 200 kilómetros.

La distancia que separa Paraná de Federal es de 200 kilómetros.

En ese trayecto, las escuelas van virando hacia otro modelo. De las urbanas, superpobladas, más chicas, modestas, con la infraestructura necesaria, con carencias, se pasa a escuelas con un único docente, metidas en medio del campo, otras que esperan la mano generosa del Estado.

En ese viaje, las escuelas muestran sus distintas realidades: la tiza, el pizarrón, las fotocopias, el comedor, las granjas, las plantaciones de aromáticas, los corrales de animales, un campo convertido en patio para el recreo. Las escuelas agrotécnicas muestran esa otra realidad: adolescentes que pasan del aula a los corrales, del pupitre a la huerta orgánica.

La Escuela de Educación Agrotécnica  N° 2 Florencio Molina Campos, de Federal, es una institución con edificio propio a la que asisten 408 alumnos y 90 docentes. Dentro de sus procesos de aprendizajes, la escuela ostenta la producción de embutidos, quesos, aromáticas y huertas, como así también distintos criaderos. Un grupo de alumnos y profes oficiaron de guías en esta recorrida que compartimos.

Jueves por la mañana. El clima que sobrevuela en una jornada de esta escuela se describe con una palabra: vital. Escenas de trabajo, distensión y convivencia se mezclan con el desarrollo cotidiano de cualquier institución educativa de zona rural: el ir y venir en los pasillos y en el predio, los alumnos jugando a la pelota, clases desarrollándose, un grupo por allá trasladando fotocopias, un par más dirigiéndose al comedor. Más allá, unos cuantos ayudan a un docente a cargar materiales en una carretilla… todos con muy buena predisposición y buen ánimo.

Vamos cruzando profes y personal de la escuela y un grupo de tres adolescentes se ofrecen a mostrarnos las huertas a modo de “guías”. Conocemos a Roberto Ramona, Jefe de Producción, que nos mostró uno a uno los procesos productivos que encaran y cómo trabajan ese aspecto de la formación con los adolescentes. Destaca la necesidad de acompañarlos permanentemente, sobre todo porque muchos de los estudiantes no tienen conocimientos previos sobre estos procesos de producción y el modo de incorporar esta faceta a la vida institucional de la escuela.

“Aulas y producción deben ser dos caras de la misma experiencia”, dice Roberto, y con mucha picardía y confianza, nos cuenta que los estudiantes suelen acercarse durante la jornada escolar a esas instalaciones donde se desarrolla la enseñanza más relacionada con la práctica, pero fuera del horario en el que les corresponde. Y que, cuando él les pregunta qué hacen ahí los adolescentes le declaran “venimos porque estamos al pedo”. Así nos cuenta este veterinario/docente la alegría que significa para él que chicos y chicas se sientan convocados por su enseñanza.

La Escuela Florencio Molina Campos recibió el edificio en 2013 pero el crecimiento de la matrícula y la actividad de la institución hicieron que el espacio físico que la misma requiere haya quedado desactualizado. Ante esta situación, el Consejo de Educación dispuso la instalación de tres “aulas móviles” que atienden la demanda de forma provisoria. Ante la llegada de dichas aulas, la comunidad nos señala que las mismas resuelven el problema solo temporariamente, y que es necesario que se atienda de forma definitiva el crecimiento de la escuela.

Recorrer las instalaciones de la Escuela Agrotécnia Nº 2 y poder reflejar y difundir lo que en ella se realiza de manera cotidiana es parte de lo que nos moviliza desde La Lucha en la Calle. Poder difundir a toda la provincia el recorrido y la labor cotidiana de los docentes que sostienen con mucho más que un par de horas diarias a la Escuela Pública es lo que buscamos y seguiremos haciendo.

El esfuerzo sostenido para con la institución y sus alumnos es mérito constante de los docentes y personal de la Escuela Agrotécnica Florencio Molina Campos. Corresponde que el Estado dé como respuesta al compromiso de la ciudadanía con esta institución, respaldándolo con políticas dignas, permanentes y definitivas.

 

 

Texto y  fotos: La Lucha en la Calle