«Todo es un desastre», resume Rossana Gattini Landin, directora de la Escuela N° 40 de Jornada Completa Provincia de Salta, de Villaguay. Los 160 milímetros de lluvia que cayeron esta semana inundaron por completo el edificio, dañaron las instalaciones, pusieron en aprietos el comedor, generaron dudas sobre la posibilidad de volver a utilizar en lo inmediato los baños y, lo más sensible, el agua que consumen del tanque podría no ser potable ante la sospecha de contaminación de las napas.
La Escuela 40, ubicada en barrio Brasil, fue construida en una zona baja y recibe todo el caudal de desagües pluviales que no encuentra cauce: la consecuencia fue que toda la escuela esté hoy cubierta de agua y barro y desechos que arrastró la correntada. «No sabemos si el lunes podemos volver a clases. Si todo está bien, el lunes hay clases. Pero no sabemos. Mañana (por este sábado) vamos a ir y evaluar. Yo fui ayer (por el jueves), llegué hasta la galería, pero la tristeza fue tan grande al ver el desastre que me volví», cuenta.
La Escuela 40 está atada con alambres. Desde hace tiempo. Aunque la escuela ha sabido construirse su propia historia a base del esfuerzo de sus docentes, como «Toto» Chas, que formó una banda de música con sus alumnos, y recorre festivales. «La Banda 40».
Pero ahora la escuela cuenta otra historia.
Está ubicada a 7 kilómetros del centro de Villaguay, edificada en un bajo. “Cada vez que hay inundaciones, o lluvias fuertes como las de esta semana, el agua viene y cruza por adentro de la escuela”, dice la directora. “Esta vez tuvimos 20 centímetros de agua adentro del edificio. Ha sido un desastre: hay barro, agua, ramas, hojas. Es impresionante ver cómo está la escuela”, agrega.
Villaguay soportó, según las zonas, entre 162 milímetros y 188 milímetros de agua de lluvia esta semana. “Eso es suficiente, más que suficiente para que se inunde la escuela. Al año, nos pasa una o dos veces esto –relata-. El tema es que estamos cansados, son otros tiempos, son otras necesidades, es una escuela de jornada completa, en un barrio alejado, con muchas necesidades, con población vulnerable. Y para muchos niños, esta escuela es una solución a estar secos, abrigados y con un plato de comida. Si cerramos la escuela por estas cuestiones, se hace muy difícil para ellos. Además, es una escuela con un edificio que está en estado regular. Hemos pedido al senador (Adrián Fuertes) que interceda ante Planeamiento para que se hagan las obras. Hemos pedido arreglo de la escuela. No es solamente por las inundaciones. Desde que yo llegué a la dirección de la escuela, en febrero de 2020, me encontré con que no había electricidad, hay que hacer cambio total de instalación eléctrica, hay que arreglar el techo. Parte de la galería se viene abajo y está sostenida por un palo. De los seis boxes de baños, solo 3 están en funcionamiento, y tenemos más de 100 alumnos. La situación es bastante complicada”.
La directora promete que este sábado, a las 8, irá a la escuela a evaluar los daños: la Municipalidad de Villaguay y la departamental de Educación le prometieron auxilio. “Recién ahí vamos a tomar conciencia de las pérdidas que tuvimos. Lamentablemente, habíamos empezado a pintar la parte que estaba mejor de las paredes. Esto nos tira para atrás –resume-. Las puertas que son de madera, y antiguas, quedaron muy dañadas, también el machimbre. Son muchos los daños y provoca mucha tristeza”.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora