Pablo Felizia se deslumbró con lo que ocurrió el primer día de la Feria del Libro «Paraná Lee»: vio pasar por los enormes pasillos de la Escuela del Centenario a la escritora Claudia Piñeiro (Elena sabe, Betibú, Las grietas de Jara, Una suerte pequeña, coautora de El reino, la serie sensación de Netflix) y se maravilló. La escritora llegó temprano el sábado por la mañana y recorrió stands y se dejó fotografiar y al final, firmó ejemplares.
Pablo Felizia, de Ana Editorial, es uno más del medio centenar de libreros que colman esta IX edición de la Feria del Libro de Paraná, y se lo vio contento con las ventas del primer día. El primer día hubo muchísimo público: mucho más a la noche, cuando el actor y ahora escritor Gonzalo Heredia se subió al escenario del patio central de la Escuela del Centenario para hablar de sus dos libros, Construcción de la mentira y , el más reciente, Punto de no retorno. Estuvo junto a la entrerriana Selva Almada (El desapego es una manera de querernos, El viento que arrasa, Ladrilleros, Chicas muertas) y Dolores Reyes (Cometierra).

Gonzalo Heredia, el chico de la tele que atrajo mucho público a la Feria.
Heredia convocó a muchísima gente -muchos no libreros, otros que ni siquiera leyeron sus libros, atraídos por el chico de la tele que se paseaba como uno más por la Feria- y habló sin impostura ni pedantería de su relación con la lectura y la literatura, de su falta de cliches -«no tomo, no me drogo, no llevo una vida de mierda, ¿qué tengo para contar?»-, de la obsesión para armar su biblioteca, de sus lecturas favoritas. Selva y Dolores fueron anfitrionas amables, que le hicieron preguntas diferentes a las que, quizá, esperaba el público adolescente que formaba parte de la platea.

Noche de sábado: Aixa Boeykens y Maximiliano Tomas hablaron de libros y redes sociales.
La noche, calurosa y benevolente, en la misma proporción, ofreció un escenario inmejorable para este primer día de la feria. Mientras el actor de la serie La 1-5/18 hablaba de libros y de escritores, alrededor la Feria seguía con su vida como si nada: hay ofertas para todos.
El predio de la Escuela del Centenario -se ingresa por calle Tucumán- está dispuesto de modo que el público sienta la experiencia de estar viviendo la Feria del Libro: hay expositores, stands, living bajo las tipas, juegos infantiles, y mucho espacio para recorrer, y salas y escenarios para escuchar a escritores de todos lados. Ayer, el chileno Alejandro Zambra charló, vía zoom, con el periodista Maximiliano Tomas. El programa es mucho y variado, y así será hasta este lunes, cuando cierre «Paraná Lee».
Cuando caía la tarde, la escritora local Belén Zavallo presentó su Lengua montaraz.

El ingreso a la Feria, por calle Tucumán.
La noche del sábado, amable y cálida, se abría en mesas pobladas de parroquianos en los bares de Alameda de la Federación, pero acá, en el predio de la Escuela del Centenario, Gonzalo Heredia levantó sus petates y se fue a ese espacio destinado para la firma de ejemplares y las fotos: una larga fila de fans esperó por eso, precisamente.
Mientras, ahora, en el patio, la docente y periodista Aixa Boeykens y el periodista Maximiliano Tomas charlan sobre libros en la era de las redes sociales. Bromea Tomas: no tiene la fama ni los seguidores que Heredia, y el público es más modesto. La charla, sin embargo, transita sobre temas muy de hoy.
Fue periodista de grandes medios (Perfil, La Nación, estuvo en la TV Pública, en espacios culturales porteños) y ahora tiene, junto al escritor Gonzalo Garcés, un club de lectura, y además abrió una cuenta en Instagram en la que recomienda libros. «Tengo 12 mil seguidores, y es un montón», asegura. En período de extinción y casi sin lectores, los suplementos literarios de los grandes medios y las columnas con recomendaciones de libros, Maximiliano Romas se refugia ahora en las redes sociales para hacer eso que antes se hacía para el gran y heterogéneo público. Rescata el valor y el alcance de Instagram: «No publico selfies, ni fotos de mis hijas, ni nada de eso. Publico tapas de libros, y eso es lo que la gente espera, y lo recibe bien, y tengo buenas devoluciones», dijo. Lo que antes hacía desde una columna semanal de un diario, ahora lo hace en Instagram.
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Habían pasado las 10 de la noche y Maximiliano Tomas invitó a todos a irse a comer y a beber algo, pero todavía no era tiempo para nada de eso. En otro salón, los escritores Martín Kohan y Alexandra Kohan hablaban en un tono amabilísimo de temas que nos involucran a todos. «¿Duele el amor?», les lanzó el moderador Víctor Malumian, y ellos se engancharon en un delicioso intercambio intelectual.
La Feria del Libro, claro, fue mucho más que todo eso. Muchísimo más. Habrá más, también, domingo y lunes. También habrá mucho más en las ediciones que vengan de otras «Paraná Lee»: esta edición 2021 demostró que la ciudad puede construir un escaparate de esta envergadura, un espacio para dar a conocer la producción literaria de la región, del país y de Latinoamérica, y puede hacerlo bien, de modo prolijo, en un espacio que ahora es propicio para este tipo de experiencias: acercar el libro al lector, al de siempre y captar nuevos públicos.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora