En la previa de una nueva edición de la Fiesta de Disfraces, durante la conferencia de prensa realizada este miércoles en Hierlam, se destacó especialmente el regreso de la fiesta al ejido de Paraná. Más allá del orgullo territorial, la fiesta crece visiblemente hacia afuera: la mitad de los participantes este año, se estima, serán turistas.

 

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En el intendente de la ciudad, Sergio Varisco y el secretario de Turismo de la Comuna, Marcelo Quiroga, destacaron en particular que la nueva versión de la Fiesta de Disfraces vuelve a ocupar un lugar en el ejido de Paraná. En 2015, el fenómeno del disfraz había quedado unos metros afuera, en territorio de Colonia Avellaneda.
Los organizadores observaron la necesidad de un cambio, menos por una razón de pertenencia que por practicidad: la lejanía se manifestó como un problema en la lentitud de los accesos. El público demoró entre tres y cuatro horas en acceder del centro de la ciudad al predio. Aún con el contrato vigente y abonando el canon correspondiente, eligieron y pagaron por otro lugar.
Allí, en el Acceso Norte, entre calles Jorge Luis Borges y Juan Morath, se levantan las torres de sonidos, los dos escenarios dispuestos para esta edición y también las tres naves de carpas. Esta vez, además, la fiesta tendrá espacio para acampar en los días previos. La idea surge a raíz de dos aspectos: el crecimiento hacia afuera de la fiesta y la poca disponibilidad de plazas turísticas en Paraná. El Estado municipal celebra el regreso de la fiesta a la ciudad, pero la verdad es que no puede contener lo que genera.
Concretamente, según datos de la organización, la Fiesta de Disfraces crece año a año, de modo sostenido, en cuanto a visitantes de otras ciudades y provincias. Lo que en los primeros pasos del éxito se contabilizaba en un 15% o después un 20% de turistas, hoy es mucho más que eso. En la versión 2016, se estima que la mitad de los participantes no serán de Paraná.
Frente a eso la ciudad no tiene soluciones. Ya en años anteriores la demanda se volcaba a Santa Fe y localidades aledañas de Paraná, en la provincia de Entre Ríos. Para concentrar el público y ofrecer una alternativa, la Fiesta de Disfraces organiza este año un camping a 300 metros del predio.
Por 3000 pesos se consigue el combo completo -desde el sábado 8 a las 12 hasta el lunes 10 a las 15- e incluye: carpas para 2 personas; almuerzos y cenas; baños, vestuarios y duchas con agua caliente; fiesta previa FDD con bandas en vivo; ticket General Fiesta de Disfraces; consumiciones en las barras del campamento y servicio de lockers y carga para celulares.
Necesariamente, interpreta la organización, el futuro de la fiesta se expande más allá de la ciudad y hay que buscar alternativas en ese sentido. El público local ocupa y ocupará un espacio importante, pero la tendencia indica que, año a año, la Fiesta de Disfraces es un fenómeno que trasciende ampliamente las posibilidades de Paraná y se expande en función de los visitantes, de otras provincias y otros países.
Para disponer la infraestructura que precisa la magnitud de la fiesta, se calcula una inversión que supera los 40 millones de pesos.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.