Juan Diego Escobar Gaviria, nacido en Medellín, Colombia, sacerdote de la Asociación Clerical Cruzada del Espíritu Santo, 59 años, escuchará este lunes, en el recinto del Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguay, el duro alegato que prepararon los fiscales Dardo Tórtul y Federico Uriburu.
La acusación transitará por la línea argumental de la fundación de la elevación de la causa a juicio oral, el 26 de abril último: que los delitos que se le adjudican a Escobar Gaviria encuadran en corrupción de menores agravada por la condición de sacerdote, tres hechos, y abuso sexual simple agravado, un hecho. Y que «existen elementos suficientes para sostener que los hechos enrostrados al imputado, tuvieron lugar en las circunstancias de tiempo, modo y lugar consignadas en las diversas imputaciones y que la autoría material y responsable del mismo se corresponde con el accionar del incurso Escobar Gaviria», para quien se pedirá la pena máxima de 25 años de cárcel.
Fiscal Dardo Tórtul.
El fiscal Uriburu, que durante este fin de semana trabajó en horarios insólitos en la redacción del alegato de la acusación, asegura que «con la prueba producida en el debate, con los testimonios escuchados, entendemos que están acreditados con grado de certeza los cuatro hechos». Esa línea argumental, asegura, no pudo ser conmovida por la prueba y los testigos presentados por la defensa que, incluso, favorecieron la tesis de la Fiscalía.
En el alegato, los fiscales introducirán un elemento peculiar: van a comparar los abusos a los nenes con las situaciones de violencia de género que soportan las mujeres. «Acá se daban relaciones desiguales de poder. El cura era el personaje con más poder en el pueblo, y elegía a los nenes, los más vulnerables, y de entre éstos, los que estaban en situación de mayor vulneración por problemas que vivían en sus familias. Era una estrategia: dentro del grupo vulnerable, buscaba al más vulnerable. Y en esa situación desigual, de mayor fuerza, convertía a los chicos en cosas, para satisfacer sus necesidades. Es decir, la misma estructura mental del violento. ¿Cuánto se vio amenazado el cura? Fue durante el juicio, cuando una madre lo miró a los ojos. Cuando alguien lo enfrenta, pide auxilio. Pero esa madre no podía hacerle nada: estaba rodeada de policías. Las únicas relaciones posibles del cura era con los chicos, a los que abusaba, y con los adultos que lo adulaban», plantea Uriburu.
Fiscal Federico Uriburu.
La Fiscalía se propone en el debate de este lunes, que se iniciará a las 9, derribar la línea argumental de la defensa en relación que las denuncias se relacionan con la teoría de la conspiración política, como un enfrentamiento entre el actual intendente, Luis Hanemann, que veía en la figura del cura una amenaza. Y también de que las familias sólo persiguen conseguir dinero con el juicio.
«Los testigos de la defensa no conmovieron la tesis de la Fiscalía. Incluso, muchos declararon a favor nuestro. Todos aportaron a la acusación. En ningún momento se logró rebatir que había niños que se quedaban a dormir en la casa del cura; que el cura viajaba y que se llevaba chicos en su auto; quedó probado que hay gente que vio a los chicos durmiendo en la casa del cura. Incluso la contadora Gaztelumendi, en su afán por defender al cura, aportó a nuestra posición. Admitió que había chicos que dormían en la iglesia», contó el fiscal.
En ese marco, sostuvo que la calificación legal de los delitos permanece inconmovible, y que por eso insistirán con un pedido de 25 años de prisión para Escobar Gaviria. «Acá estamos hablando de un daño psicológico que provocó en las víctimas que es peor que el homicidio. Estamos hablando de daños que quedan en forma permanente, de por vida, algo que fue planteado por los peritos», subrayó.
El cura escuchará el alegato, será testigo del modo cómo sus abogados, Milton Ramón Urrutia, Juan Pablo Temón, María Alejandra Pérez, batallan por conseguir su absolución, y tendrá la posibilidad de hablar de frente al tribunal y proclamar su inocencia. Después, esperar la sentencia del tribunal.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.