El cura Juan Diego Escobar Gaviria es huidizo, y su paradero, de momento, desconocido para la Justicia.
Oficialmente, se refugia en una casa religiosa, la sede de la Cruzada del Espíritu Santo, en Comandante Espora al 500, en Paraná.
“Estamos detrás de su paradero real. No estamos seguros de que esté en ese lugar adonde dijo que iba a vivir, en Comandante Espora”, dijo una fuente judicial a Entre Ríos Ahora.
¿Por qué lo buscan?
Todo se disparó a partir del viernes, tras la declaración de un menor en cámara Gesell.
Escobar Gaviria tiene cuatro denuncias en su contra por haber abusado de menores mientras fue párroco de San Lucas Evangelista, de Lucas González, entre 2005 y el 31 de octubre de 2016, cuando fue separado de la Iglesia por disposición del arzobispo Juan Alberto Puiggari.
La curia lo puso bajo investigación diocesana, enmarcada esa investigación en lo que dispone el Código de Derecho Canónico en el canon Nº 1.717, “reguladas por las normas de Gravioribus Delictis (delitos muy graves)”. Y le prohibió oficiar misas en público.
La Justicia lo investiga por su cuenta, y ya tiene contra él cuatro cargos: uno por abuso sexual simple, tres por promoción a la corrupción agravada. En ese marco, dispuso, el 17 de noviembre, a menos de 20 días de abierta la causa, la “prohibición de cualquier tipo de trato, por sí o por cualquier medio” con las víctimas que lo denunciaron o sus familias.
El viernes, cuando un nene de 11 años fue a declarar en cámara Gesell ante el defensor oficial Oscar Rossi, ocurrió un hecho inesperado: el chico dio una declaración muy beneficiosa al cura Escobar Gaviria, aun cuando existían sobradas certezas de que habría sido también víctima de los abusos.
En la Justicia empezaron a sospechar de la posibilidad de que el testimonio haya sido torcido a favor del cura por intervención, precisamente, de Escobar Gaviria. Una serie de mensajes de whatsapp entre dos menores ligados a la investigación que fueron aportados a la Justicia por un mayor abonaron esa hipótesis.
“Dice el Cura que gracias por declarar a favor de el”/ “Y q no le digas a tu mama”/ “Si tenes wsp Mandale”
El mensaje se lee en uno de los celulares secuestrados el sábado por la tarde por orden judicial.
La trama quedaría al descubierto si logran dar con Escobar Gaviria, piensan en la Justicia, y confirmar efectivamente si el cura estuvo enviando mensajes a los menores para que torcieran su testimonio a su favor. Pero todavía no logran dar con su paradero.
IDAS Y VUELTAS.
Hasta aquí, el cura que se ganó fama como sanador, que ha recorrido la provincia y ha presidido misas multitudinarias, que nació en Colombia y que después se radicó en Argentina, ha tenido un comportamiento escurridizo.
Escobar Gaviria dejó Lucas González después de que Puiggari lo pusiera al corriente, el 27 de octubre de 2016, de una denuncia presentada por las monjas del Colegio Castro Barros San José por el supuesto abuso de un nene de 11 años, exmonaguillo de la Parroquia San Lucas Evangelista. El arzobispo le pidió que dejara Lucas González y se refugiara en una casa religiosa.
Pero hay un vacío: no se sabe cuál fue su paradero entre ese día, jueves 27 de octubre, y el domingo 30 de ese mes.
Ese día, el domingo 30, pidió alojamiento en la Casa Lamy, ubicada a un costado de la ruta11, en Oro Verde. El lunes 31 recién avisa a los monjes de la congregación Servidores de Jesús y de María que estaba allí porque tenía una causa judicial por abusos en Lucas González.
La Justicia no supo de su destino sino hasta el martes 1° de noviembre.
El martes por la tarde, el fiscal Federico Uriburu recibió un correo electrónico del Arzobispado de Paraná, en el que le indicaron el lugar donde estaba el sacerdote.
Pero ya había sido emitida una orden de captura a la Policía, firmada por el juez de Garantías, Gustavo Acosta.
Una partida policial partió desde Nogoyá con destino a Oro Verde. En medio, los abogados del cura, Juan Pablo Temón y Milton Urrutia, fueron en su búsqueda y lo entregaron en la Jefatura de Policía de Nogoyá.
En medio, se difundió un comunicado de la Casa Padre Lamy, desligándose de Escobar Gaviria. Decía:
“– Martes 1 de noviembre: nos enteramos a mediodía, por Facebook, que el juez de Garantías de Nogoyá, Gustavo Acosta, libró a la mañana una orden de captura del cura Juan Diego Escobar Gaviria.
“El arzobispo vino para encontrar el padre Juan Diego y nos dijo que informó al juez y a la policía que el padre Juan Diego estaba alojado en nuestra Casa. Nos avisó que la policía lo iba a buscar a la tardecita.
“A la tarde, el padre Juan Diego se fue para entregarse, por propia iniciativa, al juez de Garantías de Nogoyá.”
Entonces lo derivaron a un departamento particular en Oro Verde, pero allí también hubo conflictos con el cura: el domicilio que informó a la Justicia como propio, en realidad, era del hijo de un exjuez de Menores, Mario Gómez del Río.
El 1° de diciembre, otra vez se muda: a Paraná, a la casa de la Cruzada del Espíritu Santo, donde ahora en teoría reside, aunque su paradero real es una incógnita.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.