Un día antes de la primavera de 2011, Luciano di Cesare desembarcó en Paraná y encabezó un acto con el exgobernador Sergio Urribarri: la firma del contrato de obra de construcción del Hospital del Bicentenario que, se pensó, estaría listo en 24 meses (ya transcurrió el doble de ese plazo y la obra todavía no está concluida).
“Tenemos cosas en común: La gobernación le ha dado alma a la gestión y el PAMI también se ha convertido en una institución con alma. El verdadero motivo de nuestro trabajo es ayudar a la personas y para hacerlo hay que escucharlas y entenderlas, ponerse en el lugar del otro”, dijo Di Cesare.
Ahora, la Justicia ha puesto a un lado las cuestiones del alma y los tiene a los dos, Urribarri y Di Cesare, en la mira. Urribarri tiene una causa abierta por el supuesto delito de enriquecimiento ilícito, que tramitan los fiscales Santiago Brugo y Patricia Yedro, y además hay una segunda investigación sobre los gastos en la Cumbre de Presidentes del Mercosur, que se desarrolló en diciembre de 2014 en Paraná, que costó más de $40 millones.
También Di Cesare está ahora en la obligación de rendir cuentas. La Cámara Federal de Casación confirmó el procesamiento del extitular del PAMI por defraudación . Además, ratificó un embargo por un millón de pesos
En noviembre de 2015, el juez federal Claudio Bonadío lo había procesado por haber comprado letras del Tesoro nacional con fondos monetarios de la obra social de jubilados y pensionados. El delito que le imputó es el de defraudación a la Administración Pública. Ahora, un tribunal de alzada confirmó el procesamiento de Bonadío.
A principios de junio último, Di Cesare había sido procesado por otro juez federal, Ariel Lijo, por la presunta comisión del delito de administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública.
Es en el marco de la denuncia que había realizado en diciembre pasado el actual titular del organismo, Carlos Regazzoni, al detectar luego de asumir el cargo que Di Cesare se había autopagado $ 1,3 millón por supuestas vacaciones no gozadas entre 2004 2012 antes del cambio de gobierno.
Pero todo eso ocurre ahora. Casi en la primavera de 2011 nada de todo eso era posible: había anuncios, gastos millonarios y mucha discrecionalidad. Ahora, claro, se sabe que aquel Hospital del Bicentenario que se pensó tener listo en 24 meses, lleva más de cuatro años en obras, con una fecha incierta de finalización.
Pero Urribarri, un anunciador serial, porfiaba en ser el mejor estadista de todos los tiempos. “Estamos haciendo lo que se debe hacer para que los entrerrianos estén cada vez más seguros en materia de salud –dijo entonces–, como corresponde, junto al gobierno nacional y el PAMI. Y allí también vamos a estar cuando, en unos días más, empiece la obra en el terreno”.
La obra, claro, empezó. Sólo que nunca se terminó.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.