El martes 6 de marzo de 2013 el cura Rolando Fabián Camino dejaba la diócesis de Paraná -su último destino había sido la parroquia Santa Rafaela María, en Lomas del Mirador- para iniciar una vida de monje en el Sur del país. Dejó de ser cura diocesano para sumarse como monje en el Monasterio Agustino Santa María de las Gracias, en Mallín Ahogado, a 15 kilómetros de El Bolsón, en Río Negro.

Pero en medio de la pandemia ese monasterio cerró sus puertas.

De allá ahora Camino volvió a Paraná, aunque sigue con su vida de monje.

Dejó el monasterio de los agustinos y ahora se afincó en el Centro Mariápolis El Salvador, ubicado en el Brete, donde suele coordinar retiros espirituales.

Algunas publicaciones de viajeros lo califican como monje ermitaño, pero desde la curia lo descartan. «Es sacerdote de la arquidiócesis de Paraná, pero ha hecho una opción de vida religiosa. Y ha pedido autorización al arzobispo y se le ha concedido», dicen desde la Iglesia Católica de Paraná.

«Camino  ha hecho una elección de vida que está prevista dentro de los parámetros que se puede elegir: el estilo de vida religioso», dicen desde la curia. Aunque el Mariápolis no depende de la Iglesia, sino de un movimiento, los Focolares, y se presenta como centro de convenciones y de retiros espirituales. Tiene una dinámica de funcionamiento de centro privado: hay que pagar para ingresar. «Hasta los curas, cuando realizamos nuestros encuentros ahí, tenemos que pagar», dice un vocero del arzobispado de Paraná.

 

Camino, en 2013, cuando inició su viaje al Sur.

En junio último, el Centro Mariápolis El Salvador y Boomerang Viajes organizaron un programa de “ejercicios de contemplación”, que fue coordinado por el cura Camino. ”En tiempos donde la pandemia por Covid-19 nos ha hecho replantear actitudes y necesidades, preguntándonos quiénes somos o cuál es nuestro Propósito, el Centro Mariápolis El Salvador, acompañado por Boomerang Viajes, diseñó un programa de Ejercicios de Contemplación, de ocho días y siete noches, en un entorno potenciado por la tranquilidad y belleza del lugar. Dialogamos con el Padre Rolando Camino, monje eremita del Centro Mariápolis Paraná y coordinador y acompañante del curso de Oración Contemplativa, para compartirles más a cerca de este encuentro”, anunciaron.

En abril de 2021 se conoció de la decisión del arzobispo Juan Alberto Puiggari de aceptar  la solicitud del sacerdote Rolando Fabián Camino «para continuar su camino monacal en la Arquidiócesis de Paraná y manifiesto la disposición para recibirlo cuando él crea conveniente».

En 2007, Camino protagonizó un incidente que cobró envergadura nacional: dizque fue engañado por un falso cura en el templo que tenía a cargo, la parroquia Santa Rafaela, en el  barrio Paraná XIV.

El 25 de julio de ese año un cable de la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA) dio cuenta de que un hombre de unos 40 años de edad se está haciendo pasar por sacerdote católico. Presenta pasaporte suizo con el nombre de Gilbert Dunot y su finalidad es engañar y solicitar dinero con la excusa de que le robaron o que enfermó o murió su padre y necesita viajar a Suiza. También puede usar el nombre de Sarmiento Gilberto José, según informó el presbítero Rómulo Puíggari, párroco de la basílica Nuestra Señora del Pilar, de Buenos Aires

Aquí en Paraná, Camino reconoció la existencia de la maniobra pero aseguró que “no se le dio dinero” y sólo se le brindó cobijo y alimento. El sacerdote informó que el impostor, que tiene alrededor de 40 años, “llegó a nuestra parroquia diciendo que era el padre Gilbert Dunot, oriundo de Siuza, y pidió ayuda porque sostuvo que le robaron sus pertenencias en Rosario”, y agregó que “entre las cosas que supuestamente le habían robado se encontraban sus credenciales de sacerdote, por lo que no podía acreditar esa condición”.

Camino relató que Dunot, luego de quedarse una semana en la parroquia, partió hacia Buenos Aires. “Desde allí me llamó Rómulo Puíggari –continuó– un sacerdote amigo de la Parroquia Del Pilar, en la diócesis de La Recoleta, preguntándome si conocía a Dunot, puesto que mencionó que era mi amigo y estaba pidiendo dinero a la gente para volver a su casa”. Allí se descubrió el ardid, porque Puíggari reveló que Dunot no revestía la condición de sacerdote.

En seguida se puso en conocimiento del hecho a las autoridades del episcopado local, quienes informaron a todas las diócesis del país y de Latinoamérica de la situación. En ese sentido, Camino recordó que se “enviaron mail a las diócesis de Brasil, México, Nicaragua, Paraguay, Venezuela, Uruguay entre muchas otras alertando del accionar de este hombre”, como así también precisó que se puede acceder, en los sitios de información católicos, a la imagen del impostor alertando de la existencia del mismo, según recogió entonces el diario Uno.

Dos años después, en el Te Deum del 25 de Mayo, Camino cobró relevancia pública al pronunciar una dura homilía por el crecimiento en el consumo de droga en los barrios. Lo hizo ante la mirada atenta del entonces gobernador Sergio Urribarri.

Fue el 25 de mayo de 2008, en la capilla Sagrada Familia de Nazaret, ubicada sobre Avenida Guillermo Brown. Entonces, el cura  alertó sobre lo que consideró como “formas inéditas de pobreza y exclusión”, y entre éstas, ubicó el “flagelo del trabajo informal”, la persistencia del “clientelismo político”, la situación de jóvenes y adolescentes que no trabajan ni estudian, la “multiplicación de la oferta del juego” y el hecho de que “la violencia y la inseguridad se hacen cada vez más cotidianas”.

El cura Camino saluda a Urribarri en el Te Deum del 25 de mayo de 2009.

 

Pero también puso de relieve el “escandaloso” crecimiento en el consumo y tráfico de drogas, que “hace estrago cada vez a más temprana edad”, según llamó la atención.  “El problema de la droga es como una mancha de aceite que todo lo invade, no reconoce fronteras, ataca por igual a ricos y pobres –afirmó—. No podemos permanecer indiferentes ante este flagelo que está destruyendo la humanidad, especialmente a las nuevas generaciones”. Y a la vez que alentó a “denunciar la criminalidad de los narcotraficantes”, pidió a los que comercializan droga que “piensen en el mal que están provocándoles a una multitud de jóvenes y adultos de todos los segmentos de la sociedad”, citando palabras del papa Benedicto XVI.

Urribarri recogió el guante y respondió: “Tomo de buen grado los conceptos del padre Rolando Camino en el Te Deum. Y lo tomo de buen grado, porque descarto que lo hace en cumplimiento de la misión pastoral que es señalar los problemas de la sociedad. Pienso que es más útil concentrarnos en resolver los problemas que señaló, que ponernos a discutir intencionalidades que, repito, descarto totalmente”.

 

 

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora