Por Víctor Hutt (*)
El comienzo del ciclo lectivo 2024 en Entre Ríos se caracterizó por las carencias, por la falta de medios para sostener un sistema educativo que siempre necesita mejoras y en este momento solo sufre empeoramientos por falta de recursos.
La falta de recursos se visualiza por todas partes y se genera por una combinación de achicamiento del Estado, tanto a nivel nacional como provincial.
Es así que nos encontramos transitando con diversos indicadores de esas carencias: para mostrar algunos, mencionaré la quita del 40% del salario docente, la falta de cargos de ordenanzas en cientos de escuelas de la provincia, las necesidades de implementos de limpieza o librería en las escuelas por presupuestos devaluados, la eliminación de la capacitación permanente de la docencia por el cierre del Infod (Instituto Nacional de Formación Docente), con represión mediante, la eliminación definitiva del Plan Conectar Igualdad, la eliminación del Plan Fines y lo que quiero analizar en este artículo, el fraude educativo sufrido por miles de jóvenes que iniciaron el cursado de la EPS (Educación Profesional Secundaria) y hoy se encuentran con que no pueden continuar porque se cerró el programa.
Vemos aquí un grotesco incumplimiento del primer eje educativo de la gestión 2023 – 2027, que transcribo a continuación:
“1) equidad: convencidos de que la educación es la mejor herramienta para lograr una sociedad más justa, nuestro primer eje apunta a fortalecer prioritariamente las trayectorias más debilitadas, para promover una mayor equidad educativa. ¿Cómo? Con políticas prioritarias que acorten la distancia socioeducativa existente, fortaleciendo las trayectorias más debilitadas.”
El programa EPS fue lanzado el año pasado, en acuerdo con el Estado Nacional y esto era lo que nos decía:
“El Consejo General de Educación (CGE) puso en marcha la Educación Profesional Secundaria en Entre Ríos. Garantiza el acceso a la educación obligatoria a jóvenes de entre 15 y 18 años, favorece su formación profesional y promueve su inclusión y desarrollo integral.
La Educación Profesional Secundaria (EPS) es una nueva trayectoria formativa que integra la Formación Profesional y la formación general, para cumplimentar la obligatoriedad del nivel y favorecer la continuidad educativa.
La intención es mejorar las condiciones para la inserción laboral y el posterior acceso al nivel superior. La iniciativa se realiza de acuerdo a un convenio firmado con el Ministerio de Educación de la Nación a través del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET).”
El programa EPS significa, sin lugar a dudas, una propuesta de equidad, destinar los mayores esfuerzos a quienes más lo necesitan, jóvenes que habían abandonado el sistema educativo y habían perdido la visión de futuro que posibilita el sistema educativo, fueron convocados a retomar sus estudios, fueron convencidos de volver a creer en que la educación es importante en sus vidas. Una Supervisora amiga me decía “fuimos a buscarlos a sus casas para que vuelvan al sistema educativo, hablamos con sus padres, les pedimos que crean en nosotros, que esto era lo mejor para sus vidas, hoy nos cuesta mirarlos a la cara y confirmarles que les hemos fallado, no fuimos nosotros quienes les fallamos, pero somos la cara del sistema educativo que fue a buscarlos a sus casas”.
La EPS se financiaba con fondos nacionales y era un magnífico proyecto. Consistía en brindar dos formatos educativos complementarios y adecuados a las necesidades de esos pibes y pibas, por un lado, se les brindaba la posibilidad de completar la educación secundaria y abrir las puertas para continuar con estudios superiores; y por otro lado se ofrecía una capacitación y certificación laboral que les permitía encarar el mundo del trabajo con otras herramientas.
Si bien es un programa que se sostenía con fondos nacionales, fue la provincia de Entre Ríos quien lo implementó y se hizo cargo de la apertura de las carreras, fue por eso que directivos y supervisores salieron a conquistar estudiantes para incluirse en el sistema. Es por esto que la responsabilidad de su cierre es compartida por la Provincia, hay un achique inconcebible del Estado Nacional pero también hay una falta de responsabilidad de la Provincia en cuanto a su compromiso creado ante la sociedad, específicamente ante estos estudiantes y sus familias. Estamos ante un hecho que es inconcebible que se pueda sostener, estamos ante un fraude educativo sin lugar a dudas.
Hoy vemos pocos reclamos al respecto y es por eso que siento la necesidad de expresarlo en este artículo, pero justamente la falta de reclamo se fundamenta en que quienes lo sufren son estudiantes y familias que ya estaban fuera del sistema, que ya estaban convencidos de que la equidad no existía, pero resulta altamente contradictorio que un plan educativo que marca en su primer punto el eje de la equidad, venga a consolidar la falta de equidad que veían estos chicos. Los quisimos convencer de que el sistema quería ser equitativo, que vengan a la propuesta de EPS y en el año en que se lanza un proyecto con equidad, les demostramos que tenían razón, el sistema educativo que se genera desde el gobierno provincial no tiene equidad.
Actualmente quienes sostenemos el sistema educativo, quienes damos la cara ante los estudiantes y familias, seguimos ocupándonos de esos estudiantes, nuevamente convocándolos para ubicarlos en Escuelas Secundarias de Jóvenes y Adultos, más allá de la vergüenza por la promesa incumplida. No abandonamos las convicciones de la inclusión educativa. Me decía la misma supervisora amiga: “Es terrible, tengo que volver a hablar con los chicos y las familias para convencerlos que ahora ingresen en una Escuela de Jóvenes y Adultos, pero son los mismos a los que les pedía que ingresen en la EPS”. Y me consta su trabajo, uno por uno, saliendo a buscarlos de nuevo y consiguiendo una escuela para que puedan seguir, además con el problema de la falta de vacantes en escuelas de adultos que es un problema en varias ciudades.
No debemos entregarnos a las situaciones injustas, la equidad debe ser nuestra convicción, más allá que desde las políticas educativas de los gobiernos solo sean simples enunciados que no se traducen en los hechos, estamos a tiempo de recuperar la EPS en Entre Ríos y dar continuidad a los estudios de los pibes y pibas que habían recuperado la ilusión del estudio. Sigamos reclamando que la Provincia se haga cargo de lo que la Nación eliminó en un acto de falta de conciencia que es preocupante.
(*) Víctor Hutt es supervisor de escuelas secundarias de jóvenes y adultos en los departamentos Uruguay y Colón.