Un hombre se arrodilló en medio de calle Crausaz.

Le faltaban pocas cuadras para cerrar una caminata larguísima que había hecho. Había gente a ambos lados de la calle que aplaudía y un camión con un equipo de sonido emitía música que procuraba alentar a los caminantes.

De las calles laterales el tránsito pretendía seguir su ritmo habitual, y serpenteaba entre vehículos de apoyo y peregrinos.

El hombre quedó de rodillas, y lloraba. Se había encontrado con su mujer y sus dos hijos y sintió que no podía seguir. Los abrazó. Lloraba.

A su lado pasaban hombres y mujeres, jóvenes y viejos, exhaustos todos, casi al fin de la Peregrinación de los Pueblos.

Este año, la Peregrinación de los Pueblos logró finalmente cumplir un record: 40 mil personas peregrinaron entre Hasenkamp y Paraná, durante más de 24 horas, a lo largo de 90 kilómetros, para llegar al destino final, el Santuario de La Loma, en barrio Paracao.

«Es increíble la cantidad de gente. Hace dos años que esta llegando gente al Santuario. Acá hubo 20 mil,  otras 20 mil más en la ruta. Ha sido increíble todo», dijo José María Velázquez, responsable de la Pastoral Social, coordinador de la Peregrinación de los Pueblos.

«El caminar de ustedes ha sido un signo maravilloso de lo que queremos ser como iglesia», les dijo el arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, en la misa de clausura.

Esta peregrinación tiene una larga historia.

Jorge Quirós y Amelio Rodríguez, los iniciadores, tomaron la decisión el viernes 14 de octubre de 1983, a las 19: primero rezaron el rosario en la Parroquia San José, y media hora después estaban en la ruta, la ruta provincial 32, las mochilas al hombro, comida y agua en las mochilas al hombro, una imagen de la Virgen María en los brazos.

Pero aquella vez no pudieron. Una tormenta los sorprendió a poco de salir y los obligó a desistir. El fin de semana siguiente lo intentaron, y lograron llegar a Paraná.

En 2000, el entonces arzobispo Estanislao Karlic la incluyó en el calendario litúrgico y le impuso la necesidad de nombrar un sacerdote responsable. Desde entonces ha venido creciendo.

La edición 2016 fue la tercera en la historia de la Peregrinación de los Pueblos en la que hubo suspensión por lluvia. Antes se había suspendido en 2004 y 2006. Esta vez hubo zozobra por las últimas lluvias, pero el clima finalmente acompañó muy bien a los peregrinos.

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.