En una de las 16 salas que conforman el Museo Histórico Martiniano Leguizamón está ubicado, aunque desguazado, el histórico púlpito de la Iglesia Catedral Nuestra Señora del Rosario, de Paraná. Son dos: el otro, según el registro histórico que se realizó y que pronto verá la luz, está en propiedad de un particular.

Forma parte del patrimonio de la Iglesia Catedral, el templo actual que en 1820 mandó construir el obispo José María Gelabert y Crespo. La obra civil estuvo a cargo del arquitecto Juan Bautista Arnaldi. La piedra fundamental se colocó el 1° de enero de 1883. El nuevo edificio se levantó sobre un área mayor que la que ocupaba el viejo templo, para lo que fue necesario adosar un terreno contiguo, según relata la arquitecta Mariana Melhem, en un artículo que publicó Mirador Entre Ríos.

Ladrillos, arena, maderas para carpintería, artículos de ferretería y hojalatería fueron comprados en el mercado local, mientras Rosario, Buenos Aires y Córdoba fueron proveedores de mármoles y pizarras. Otras componentes especiales llegaron desde Europa: buena parte de las columnas y capiteles de mármol de las canteras y talleres italianos, mientras los vitrales fueron realizados en Francia.

La manufactura estaba dividida por gremios: albañilería (facturada como “obra de mano”), herrería, ornamentación, corte y tallado de mármoles, ejecución de moldes de madera para fabricación de piezas especiales como ladrillos curvos.

La obra de carpintería artística correspondió a los talleres de Carlos Pibernat, destacándose en especial la puerta central que fue premiada en la Exposición Industrial de Paraná en 1887. La casa Julio Bergés y Cía. se encargó de la provisión y colocación de los vitrales provenientes de Toulouse. Pibernat, además, fue el autor de los dos púlpitos de la Iglesia Catedral, uno en resguardo en el Museo Histórico.

Este último dato lo revela la profesora Rosario Mentasti, integrante de la Pastoral de Turismo y Cultura del Arzobispado de Paraná, que se embarcó en la tarea de rastrear el destino de los dos púlpitos y procurar su recuperación.

El arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, dice la información oficial de la curia, autorizó a que se lleven adelante las gestiones que permitan la restitución del púlpito de la iglesia Catedral actualmente en posesión del Museo Histórico Provincial Martiniano Leguizamón. Las gestiones serán llevadas a cabo por el equipo de la Pastoral de Turismo y Cultura de la Catedral, con la supervisión de la Delegación Arquidiocesana para los Bienes Culturales de la Iglesia. La pieza, una vez recuperada, dice la disposición, será devuelta a su lugar y ubicación original en la nave central de la iglesia Catedral.

Mario Giunta coordina la Pastoral de Turismo y Cultura, y la integran profesores, historiadores e investigadores que trabajan en función «de recuperar la historia que no se conoce», dice Mentasti. «Hace muchos años que veníamos detrás de la posibilidad de recuperar este bien sagrado, un patrimonio valioso que perteneciera a la última década del siglo XIX. Lamentablemente, no hay material que registre qué fue lo que pasó».

De igual modo, la arquitecta Elena Giunta y la profesora Rosario Mentasti se embarcaron en la tarea de rastrear en los pormenores para desentrañar qué suerte tuvieron los dos púlpitos de la Iglesia Catedral.

Así, se pudo establecer que uno de los púlpitos está en poder de un particular, mientras que el otro había sido donado al Museo Histórico. «No hay escritos al respecto -asevera Mentasti-. Se ha estado investigando desde el Archivo del Arzobispado y contamos con los datos precisos hasta donde se encuentra documentado. Se deduce que  fueron confeccionados en el Taller Pibernat, que es el mismo que trabajó en la década del 80 al 90 del siglo XIX en algunos otros elementos de la Catedral. Pero estamos en el plano de investigar e indagar. Hemos cotejado con alguna experiencia que se ha tenido en Córdoba, que es mucho rico en su historia, y algo hemos encontrado».

Las gestiones recién empezaron. La idea es recuperar para el patrimonio de la Iglesia Catedral el histórico púlpito que, por razones de espacio, en el Museo Histórico fue desguazado en tres partes para que pudiera ser expuesto.

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora