El Gobierno de Entre Ríos “retiene” a Sociedad Anónima Entre Ríos  (SAER), la empresa que publica El Diario de Paraná, $17 millones en concepto de publicidad. La suma, informó con aire preocupado uno de los abogados de la empresa e integrante del directorio de la sociedad anónima, está “retenida” y por eso, sostiene, no pueden cumplir con los compromisos. Los “compromisos”, no son más que los sueldos de los trabajadores –parte de octubre y todo noviembre– y lo que de esa bolsa en una remesa del 6% que, como migajas, dejan caer alguna que otra vez sobre los más de 80 despedidos y otros tantos acreedores distribuidas a prorrata según la ley y luego de que ingresara en concurso preventivo de empresa. “La plata no aparece”, y no se sabe el porqué, dijo el letrado.

El dinero, se sabe, con esa perversidad de los objetos inanimados, a veces aparece para algunas cosas y para una mayoría no. Por ejemplo, la plata de la indemnización y los seis meses caídos de los trabajadores de El Diario despedidos entre mayo y junio de 2018 no aparece y desde entonces esperan que se les abone lo que por derecho les corresponde. SAER, dice un periodista que perteneció a esa casa, es como un elefante herido de muerte que, desfallecido, cae a tierra como en cámara lenta. Una empresa que supo marcar la agenda pública en Entre Ríos y que en un sombrío cambio de manos en 2010 se la llevó a un estado lamentable y exprofeso se la finiquitó como unidad de negocios rentable cuando podría haber tenido otro destino. “Es como chocar el auto de una calesita”, graficó otro periodista especializado.

En esta paquidérmica debacle, luego de los despidos masivos, se abrió un concurso de acreedores. El proceso se inauguró en junio de 2018 en el Juzgado Civil y Comercial Nº 9, a cargo de Ángel Moia. En ese momento el dinero para pagar los despidos no apareció, aunque siempre estuvo garantizado en ese balance inicial el aporte de una más que interesante torta proveniente de las arcas públicas. ¿Para qué? ¿Para mantener una empresa viva y que su continuidad le permitiera recuperarse y poder así saldar deudas contraídas? A más de dos años y medio a la vista está claro que no.

Manos mágicas

En un principio el concurso de acreedores de SAER fue administrado por el estudio jurídico Prono, un bufete de profesionales con unas coquetas oficinas que dan al Puerto de Santa Fe. El estudio Prono trabaja para los dueños de exitoso diario El Litoral de Santa Fe, cuyo mandamás, Nahuel Caputto, pretendía adquirir los despojos de El Diario. Iba a administrar el concurso y hacer uso de una opción de compra en un tiempo perentorio, de un año aproximadamente, si el negocio le cerraba. La compra de una empresa a pique nunca se presentó realmente en el horizonte. En la gerencia de El Litoral SRL se decepcionaron mucho, o sus expectativas se dieron frente a la realidad, cuando fueron a solicitar (más) ayuda oficial a la Provincia para ampliar el caudal de publicidad. La respuesta a ese ímpetu fresco fue que los ejecutivos de ventas debieron someterse a una amansadora de horas esperando en los lobbys de los despachos oficiales sin respuesta alguna. La señal fue interpretada inequívocamente. El negocio que pintaba bien –incluso se pensó en vender una cartera de servicios en Capital Federal junto con el vespertino santafesino y expandirse en publicaciones– se desdibujó. Pronto esos grandilocuentes planes comerciales se vinieron a pique. Aunque se continuó succionando lo que ingresaba a El Diario en publicidad oficial y que se puede juzgar como una importante cantidad en relación a lo que se vierte a otros medios locales. La postura en cierto punto entendible del juez Moia siempre fue otorgar una prórroga a los plazos estipulados para que se pudiera acercar una oferta a los acreedores laborales en esa letanía casi infinita.

Las cifras de publicidad oficial hacia SAER es una materia opaca, ya que oficialmente esta información pública es algo que difícilmente llegue a blanquearse, aunque lo que se conoce fehacientemente se presenta como algo obsceno. Los números han trascendido por boca de miembros de la firma o a través del expediente que se tramita en el Juzgado de calle Santiago de Estero de Paraná. Sin ir más lejos, en una intervención de la Sindicatura del concurso de acreedores, en septiembre de este año, se observó cómo $7.115.630 fugaban en facturas cedidas a El Litoral SRL, que administraba justamente SAER y la cual se destinaba originalmente el pago de servicios; a Artes Gráficas del Litoral (AGL), la sociedad de El Litoral y Clarín que gestiona la planta impresora en Sauce Viejo donde se pasó a imprimir el matutino (a propósito ¿alguien sabe la tirada efectiva de El Diario?); y a Plural SA, una editora grafica que pertenece al mismo grupo de El Litoral y que hace algunos productos para tratar de “engordar el pato”.

En fin, plata, como se evidencia, circuló. Fluyó en un “círculo virtuoso” para nutrir las cuentas de otros emprendimientos. Esta práctica, en rigor, no es algo nuevo en SAER. Era usanza en los tiempos de apremio de efectivo dejar en concepto de garantías facturas de publicidad oficial a las financieras. A cambio “adelantaban” liquidez a un interés que licuaba los pagos originales al punto de dejarlos en mitad de lo que ingresaba. Esas “mañas” tras el concurso siguieron dando frutos, así como siguió garantizándose el flujo de dinero desde fondos que son alimentados por los impuestos de todos y todas los entrerrianos.

En retirada

Después de un período prudencial, el mes pasado, El Litoral se retiró de la administración del concurso, ya que no veía perspectiva de negocios ni nada más por embolsar. Regresaron a la conducción quienes nunca se fueron, los socios de SAER. Se trata de Ramiro Nieto, cabeza visible de NEA Capital Creativo, la SA con el paquete mayoritario de SAER. El empresario es dueño de VTS, la firma que obtuvo buenos negocios con la televisación de partidos de fútbol en el interior y los actos políticos vernáculos. Y por la minoría permanente, el clan Etchevehere con Luis Miguel, Sebastián, Juan Diego y su madre Leonor Barbero Marcial. Así, en plena restricción social por la pandemia de Covid-19 convocaron a los empleados y en una ceremoniosa charla en la recepción de la antigua casona de calle Buenos Aires y Urquiza, confirmaron que ellos eran los que conducían el Titánic.

Y “la plata no aparece”, repite el abogado de la empresa cuando se le pregunta cómo van a hacer frente a sus deudas más urgentes. Hace poco, desde el Juzgado Nº 9 se conoció que a punto de vencer todos los plazos e intimaciones para que la empresa deposite los “pronto pago”, –esas limosnas que se dejan caer a los ex trabajadores de vez en cuando–, se logró recibir el informe de los bancos que detallaba el estado de las cuentas ya embargadas de SAER por esta intimación judicial y que antes de Navidad, si llegaba Papa Noel, se podrían distribuir unos $397.000 entre el malón que espera comprar un pan dulce y dos turrones con eso. Paralelamente se conoció de los 17 millones de pesos que debe la Provincia y no gira a la empresa. El próximo 4 de febrero de 2021, vence el último plazo otorgado por el juez Moia para que la empresa efectúe una propuesta de pago para salir del concurso. La nueva fecha la impuso el 20 de octubre pasado luego que se venciera en varias oportunidades el plazo. Lo hizo luego de una audiencia luego de mirar el representante de los actuales trabajadores cómo asentía con un gesto robótico y sin dejar de tener la cabeza gacha. Mientras tanto, “la plata no aparece”.

Silvio Méndez

De la Redacción de Entre Ríos Ahora