Una situación peculiar ocurrió ayer en la Basílica Inmaculada Concepción, de Concepción del Uruguay, donde estaba programado una presentación de la Orquesta Sinfónica de Entre Ríos junto a la violinista dominicana Aisha Syed Castro.
El público lleno la nave central del templo; la violinista invitada estuvo -y de hecho tocó para la platea- pero los músicos de la Sinfónica no estuvieron. ¿La razón? El colectivo que los transportaba se averió a mitad de camino y no pudieron llegar a horario al concierto.
Luis Gorelik, director artístico de la Sinfónica, se presentó ante el público y explicó los motivos. Sin los músicos, como estaba previsto, explicó que “el colectivo que traía a la Orquesta desde Paraná se rompió, quedó la Orquesta a mitad de camino (…) esa es la razón por la cual la Orquesta Sinfónica de la Provincia no puede tocar aquí. Esto no es atribuible a la organización ni de la Municipalidad de Concepción del Uruguay ni de la Secretaría de Cultura de la Provincia sino a una falla mecánica lamentablemente del ómnibus que traía a los músicos hacia acá. Por supuesto que este concierto lo vamos a reprogramar en fecha a convenir, muy pronto y espero que nuevamente la Orquesta pueda presentarse bajo mi dirección aquí, en este lugar, que para nosotros es tan importante, es casi como una segunda casa que ya hace varios años estamos manteniendo una presencia regular aquí en la ciudad de Concepción del Uruguay”.
“La parte buena de esto -añadió- es que nuestra solista, la gran violinista dominicana Aisha Syed Castro, va a tocar un recital de 40 minutos aproximadamente de piezas para violín solo de Johann Sebastian Bach (1685-1750), es algo que valoramos y agradecemos muchísimo, para que puedan si bien tener una experiencia en lo musical distinta a lo que estaba programado pero no por eso menos rica y menos interesante (…)”.
Gorelik destacó que Aisha Syed Castro “no es la primera vez que nos visita. Ya ha venido en dos oportunidades, porta en sus manos una joya valuada en 10 millones de dólares: es un violín Stradivarius Stevens del año 1690, uno de los violines más maravillosos construidos en toda la historia de la luthería. Ustedes saben que la construcción de un instrumento como este es un gran secreto. De hecho, estos violines se construían utilizando maderas muy específicas y con un estacionamiento muy específico y con determinadas proporciones que se guardaban secretamente entre padres e hijos que eran quienes continuaban la tradición. Este ejemplar, este violín es uno de esos poquísimos que hay en el mundo que tienen no sólo un valor increíble económico por supuesto pero también simbólico. Es un violín que ha estado en manos de muchos de los grandes violinistas de la historia. Esto es una oportunidad única no sólo aquí si no en la República Argentina, muy pocas veces se ha escuchado un violín de esta calidad que obviamente el violín como sabemos no toca solo, hay que saber también hacerlo sonar”.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora