El sacerdote Esteban Madrid Paez, director de Cáritas, resaltó el hecho de que este año la colecta haya registrado un aumento del 115% respecto a 2024, aunque admitió que la demanda de ayuda que reciben supera ampliamente la capacidad de respuesta. “Estamos con pocos panes y con pocos peces, como dice el Evangelio, para poder ayudar a tantas necesidades. En las Cáritas la gente pide mucho. Tenemos la necesidad de contar con más recursos, con más alimentos, pero bueno, por ahí los recursos son los que están e intentamos desde ahí acompañar a algunas familias, por lo menos, a las que vemos que están sufriendo más”, dijo Madrid Páez al programa Puro Cuento de Radio Plaza 94.7.
La escasez de recursos, dirá también, tiene un costado positivo. “A veces, nos ayuda también a volver un poco al corazón de nuestra misión que es, sobre todo, mirar a la persona. Pretendemos que las Cáritas sean un lugar donde te puedan escuchar, donde te puedan acompañar y también ayudar como en una familia. Y bueno, para eso necesitamos sin duda también nosotros volver a nuestro corazón y también encontrar gente que esté dispuesta en las parroquias y en nuestras comunidades a ayudar desde ahí. Y poner el oído para poder ver quiénes son los que más están necesitando. Ahí te das cuenta un poco quién es el que realmente está en una necesidad más crítica y bueno, también priorizar desde ahí”, señala.
-La colecta es una vez al año. ¿Cómo se sostiene la ayuda todos los días?
-Creo que la colecta, como la acción de Cáritas, es un signo con algunos panes y algunos peces. La necesidad es tan grande que no nos permite hacer otras cosas. Hace muchos años Cáritas está tratando de plantearse esto: cómo hacer para movilizar una cultura de la caridad, de la ayuda, no entendida como una dádiva, sino de un compromiso. Creo que necesitamos, sin duda, tratar de generar en cada comunidad, en cada barrio, en cada parroquia, que el grupo de Cáritas pueda crecer en el diagnóstico de las necesidades y en ayudar a generar una red de personas que quieran ayudar con esas necesidades.
-Lo que se ve es que aumenta la cantidad de gente que necesita de esa ayuda.
-La sociedad reclama pasar de un asistencialismo a una verdadera promoción humana. Está el gran desafío de que no nos volvamos insensibles, porque quizás hemos visto el fracaso de muchos asistencialismos. Necesitamos preocuparnos en generar estrategias y caminos que tomen en serio a las personas y traten de hacer un poco más.
-Se suma la problemática de la gente que está en situación de calle.
-Es un problema complejo que necesita un abordaje muy integral y muy comprometido, muy profesional también, para que pueda ser a largo plazo. Ahora desde Cáritas abrimos un refugio, pero es de emergencia, en el sentido que es un refugio invernal. Es una medida frente a la emergencia. Nosotros lo tratamos de organizar bien, de hacerlo articuladamente con lo que se venía haciendo ya en el Municipio, pero que claramente va a ser una asistencia en la emergencia. Quisiésemos hacer un camino de promoción, necesitamos muchos más recursos humanos y materiales y capacidades para poner en juego, y bueno, siendo muy honestos y también reconociendo dónde estamos parados, todavía no los tenemos. Necesitamos más manos, más inteligencia y más corazones que podamos pensar y trabajar juntos sobre estas problemáticas. El nuestro es un refugio con capacidad para 15 personas, así que imagínate que no puede ser sino por medio de un camino de admisión, que lo coordinamos junto con el refugio municipal, en el cual ya había lista de espera. Lo nuestro será una ayuda para 15 personas que quizás están necesitando de una manera imperiosa poder estar en una situación mejor.
-El primer refugio se abrió, para mujeres, en 2019. Y ahora se abre para varones. ¿Qué pasó en todo este tiempo que Cáritas no había podido reabrir el refugio?
-La apertura de un refugio es una decisión prudencial. Debíamos contar con las herramientas, con las personas, y los recursos. El detonante de la muerte de “Quito” fue también un movilizador. Sentíamos que debíamos iniciar este camino. Quizá pueda ser el inicio para ver si después se puede pensar algo más, o aportes para otras instituciones o para dentro de la misma Iglesia, a ver si se puede generar algo.
-Vos estuviste en algún tiempo en el surgimiento del Hogar de Cristo, una institución creada para trabajar con el tema de los consumos problemáticos. Te fuiste a al Vaticano, volviste, ahora estás trabajando en Caritas. ¿Qué viste que ha cambiado en cuanto a la realidad social?
-Yo lo que veo es una profundización de las problemáticas, por supuesto veo un crecimiento de la gravedad de lo que significan los consumos problemáticos, la droga en general, con lo cual se agravan. Es como que se hacen más hondas las heridas, porque la violencia se vuelve un poco más dramática, también los problemas familiares. Lo más grave es el aumento en el consumo. Eso agrava muchísimo más cada uno de los problemas.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora