Por Carina Muñoz, Sonia Luquez, Marina Chavez, Martín Turrani (*)
La nota titulada «La grieta impensada entre universitarios”, que afirma que en la reunión de claustro docente “estalló como una bomba y se exhibieron las posiciones antagónicas”, se refiere así a la situación en la que emergieron, por fin, diferencias fuertes entre les docentes, las que se expresaron luego en la asamblea interclaustros de la toma de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER).

Nos sentimos en la necesidad de responder a esa nota con otro punto de vista porque disentimos con el criterio periodístico, aunque respetamos a les periodistas. Nos preguntamos por qué sería noticiable el disenso en la Universidad, institución que, por definición, se debe a la pluralidad de ideas y que, en efecto, supone la conflictividad como cualquiera de los espacios humanos.

El hecho que el claustro docente votara mociones divididas y que la moción mayoritaria haya perdido luego en la Asamblea Interclaustro es noticia sólo si se presume que en un proceso de lucha no tenemos que tener diferencias. Consideramos a este un argumento cuanto menos débil, porque, ¿acaso esta conflictividad y dificultad a la hora de resolver sus cuestiones es patrimonio exclusivo de les docentes universitarios? ¿Acaso alguien puede afirmar que el colectivo de trabajadores de prensa organizado ante el tremendo conflicto laboral-empresarial, no tiene las mismas dificultades que nosotres? ¿Bajo qué condiciones, entonces, el desacuerdo político entre trabajadores en conflicto se hace noticiable?

Es cierto, tenemos fuertes diferencias, y algunas son previas a este conflicto, y muchas se han expresado en otras instancias, claro, sin haber devenido noticia. Es cierto también, que en medio de este contexto de conflicto es esperable que tengamos nuevas y encendidas discrepancias. El hecho de que no hemos sabido disentir cuidándonos es parte de lo que tenemos que mejorar… muchos nos sentimos realmente afectados por lo que pasó en estos días.

Ahora, es importante decir al mismo tiempo, sin minimizar el valor del disenso, que no creemos que sean diferencias insalvables en la medida en que todes estamos convencidos de que el verdadero enemigo del pueblo no está en nuestra Facultad. Tenemos dificultades, cometemos errores, pero también hemos podido sostener hasta ahora una movilización que es esperanzadora por muchas razones.

La diferencia es lo que nos hace sujetos, el reconocimiento es lo que nos hace comunidad. La comunidad, sin embargo, se sostiene delicadamente en el orden de lo que podemos imaginar como común en la diferencia. Si para alguien la diferencia expresada públicamente puede interpretarse como una “bomba”, nosotres preferimos leerla como una saludable explicitación sintomática de lo que tenemos que elaborar colectivamente. Sí tenemos problemas con eso, sin embargo no tenemos miedo de esos problemas, es más, confiamos en nuestra inteligencia y solidaridad para resolverlos, sobre todo, en un contexto que supera ampliamente los problemas internos de una institución particular, por importante que sea.

La ferocidad de este régimen mortificante de las mayorías, esta macrificación de la política del espanto, con cada vez más gente en la calle, nos tiene muy afectados y nos preocupa genuinamente. Tenemos desencuentros para alcanzar formas de organización, pero no tenemos duda de que todes tienen voluntad de zanjar esos desencuentros, y que lo haremos.

Entendemos que la nota «La grieta impensada entre universitarios”, no hace justicia a lo que nos acontece. El término grieta en el título es todavía menos feliz para describir el proceso en el que nos encontramos. La Universidad pública tiene obligación de sostener el debate político, es un desafío para todes. Celebramos que el debate suceda y bregamos por que sea un debate en el que la angustia no nos desborde, es decir, por encontrar modos de hacer borde, de recuperar solidaridad antes que buscar miserias.

 

 

 

Foto: Facultad de Ciencias de la Educación

(*) Docentes de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER).