Tres edictos publicados en el Boletín Oficial del 23 de mayo último con la firma del titular de la Dirección de Inspección de Personas Jurídicas, Lisandro Fidel Amavet, dan cuenta de cómo se dio el proceso de transferencia del paquete accionario del super La Peruana SRL.

El primer documento fechado el 3 de mayo establece que Juan Ignacio Bertot «vende, cede y transfiere a título oneroso la totalidad de su media cuota social que posee en la Sociedad», y lo hace a favor de Diego Aníbal Gabriel Gotte, por un valor nominal de $40.105, «y que representa el 0,5% del capital social de la Sociedad La Peruana SRL.

«El precio total de la presente cesión es de $ 1.000.000 por la totalidad de la media (1/2) cuota social que se abona por parte del cesionario al cedente, en este acto, en dinero en efectivo, siendo retenido por el mismo en interés de su mandante, habiendo convenido que la presente sirva de suficiente recibo y carta de pago total».

También la publicación da cuenta de que Gotte  cede en favor de Andrés Darío Gamarci la cantidad de 4 cuotas sociales de la sociedad La Peruana SRL «de un valor nominal $ 40.105 cada una, cuyo valor nominal total asciende a $ 160.420, y que representan el 40% del capital social de la sociedad; a Matías Leonel Santa María, Gotte trasfiere la cantidad de 3 cuotas sociales de un valor nominal $ 40.105 cada una, cuyo valor nominal total asciende a $ 120.315, y que representan el 30% del capital social; y a Cristian Javier Vital la cantidad de 3 cuotas sociales de la sociedad, de un valor nominal $ 40.105 cada una, cuyo valor nominal total asciende $ 120.315, y que representan el 30%  del capital social de La Peruana SRL.

«El precio total de la presente cesión es de dólares estadounidenses  922.700,07 por la totalidad de las 10 cuotas sociales», señala el texto del Boletín Oficial. Será pagado por los nuevos dueños en 139 cuotas iguales, mensuales y consecutivas de 6.638,13 dólares cada una de ellas, «en dinero en efectivo o mediante depósitos bancarios a única opción de Señor Diego
Aníbal Gabriel Gotte».

De ese modo, se modificó la cláusula séptima del contrato social de la sociedad La Peruana SRL: el capital social se establece en la suma de $401.050, «dividido en 10 cuotas sociales de $ 40.105 de valor nominal, cada una, totalmente suscriptas por cada uno de los socios en las siguientes proporciones:  Andrés Darío Gamarci posee 4 cuotas sociales, que representan el 40% del capital social, y equivalentes a la suma de $ 160.420; Matías Leonel  Santa María, 3 cuotas sociales, que representan el 30% del capital social, y equivalentes a la suma de $ 120.315; y Cristian Javier Vital, 3 cuotas sociales, que representan el 30% del capital social, y equivalentes a la suma de $ 120.315.

El Grupo Gotte desembarcó en La Peruana en 2008. El expansivo empresario Gabriel Gotte se asoció a quien por entonces era una espada del PRO en la provincia, Agustín Addy, quien fuera en 2007 candidato a gobernador por Propuesta Republicana (PRO), el partido de Mauricio Macri, Agustín Addy, que se incorporó en los primeros tiempos como gerenciador de La Peruana, antes de que la familia Valin se desprendiera definitivamente del negocio, luego dio un paso al costado.

En su derrotero comercial, Gotte supo tener una serie de contratiempos con el Municipio de Paraná.

Clausuran panadería y rotisería de La Peruana después de encontrar ratas

En julio de 2020, inspectores de la Dirección de Habilitaciones de la Municipalidad de Paraná se hicieron presentes en el autoservicio La Peruana, ubicado en Avenida Ramírez al 2100, con la idea de notificar a su dueño, Gabriel Gotte, de la infracción en la que había incurrido.

Gotte había solicitado a la Municipalidad poder mantener abierta la rotisería que funciona en el interior del local y la tradicional panadería hasta las 23, y el sector de supermercado, hasta las 20, como el resto de los negocios del rubro en el marco del aislamiento social, preventivo y obligatorio por la pandemia de coronavirus.

Clausuran el parador de Gotte

Pero el empresario se había tomado una licencia: no sólo abrió panadería y rotisería hasta las 23, sino que también extendió por motu proprio el horario de funcionamiento del autoservicio  también hasta esa hora. Los inspectores municipales llegaron para labrar un acta por esa falta, pero como encontraron cierta resistencia y celo en el local, pidieron inspeccionar los sectores de rotisería y de panadería.

En 2019 también le habían clausura un parador que regenteaba en el Balneario Thompson.

Esa vez, el empresario había acumulado  una deuda de dos años por canon impagos a la Municipalidad de Paraná, unos $300 mil.

Precisamente, esa deuda fue uno de los motivos de la caída de la concesión.

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora