Las normas urbanas a veces tropiezan con los caprichos de las construcciones particulares. O con lo ya dado, lo ya hecho, lo que viene de antes. Algo de eso ha ocurrido con esa garita de colectivos puesta sobre Avenida Laurencena. La línea de edificación en un punto tuerce su rumbo, y deja a una vivienda fuera de juego. Entonces, la escalera que baja de esa vivienda tropieza con la garita, o con la vereda, o con la línea de edificación, o con todo eso. Y queda así, un poco fuera de línea.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.