«Yo creo que hay dos caminos: o vivís con el dolor encima o lo procesas de otra manera. Yo no me quejo y corro con ventaja porque conozco lo que es el dolor, eso te ayuda a ser más comprensiva con el otro».
Anabella Albornoz define así su trabajo desde la ONG Suma de Voluntades, una iniciativa que nació desde el dolor, pero que se transformó en una fuerza arrolladora para hacer cada día que cerca de 100 personas que viven en la calle en Paraná reciban un plato de comida.
Su biografía dice que su papá murió antes de que ella pudiera conocerlo. Su mamá, a los 42 años. Anabella Albornoz nació en Diamante, se crió en el barrio de Palermo en Buenos Aires y vino a vivir a Paraná a los 18 años.
Tiene una certeza: «Una ciudad que no es para todos, no es ciudad. Se sufre mucho en la calle, y también en los barrios, sobre todo en los asentamientos. Se sufre mucho la falta de oportunidades, los derechos avasallados todos los días. La educación no es para todos igual, la salud no es para todos. Hay una gran deuda. Paraná es la tercera ciudad con mayor cantidad de asentamientos. Tenemos mucho para hacer».
Define a Suma de Voluntades como «un grupo de personas que cree que la realidad es transformable».
En esa tarea, claro, tienen mucha importancia los voluntarios, más de 100, que cada día preparan las viandas de comida, que sostienen una colonia de invierno para que los chicos no estén en la calle, que brindan apoyo escolar, que sostienen un comedor comunitario, que preparan, para el 25 de agosto, un festejo peculiar del Día del Niño en el Club Sportivo Urquiza.
En el invierno de 2017, Suma de Voluntades prendió una voz de alarma con una frase inapelable: «La calle no es lugar para vivir».
De ese modo, buscó generar conciencia, sobre todo en el Estado, para atender una realidad urgente: la de la gente en situación de calle.
El Estado cuenta con herramientas.
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En 201o, se sancionó la ordenanza N° 8.932 por la que se plantea un tratamiento amplio de la problemática de la gente que vive en la calle, que excede el plato de comida y el techo. El espíritu de la norma coincide con la idea que sostuvo hasta el cansancio el médico Pedro Moia, fundador del primer grupo solidario que empezó en 2001 recorriendo las calles con alimentos y ofreciendo compañía, conversación, contención emocional. El grupo se llama Compartir y continúa todos los miércoles, pese al fallecimiento de Moia.
La ordenanza fija la creación de un programa de Asistencia Integral para Personas en Situación de Calle, en el ámbito de la ciudad de Paraná. Establece entre los objetivos esenciales “el abordaje integral en forma inmediata en la situación de crisis y la promoción de su desarrollo humano”. En ese marco, ordena la implementación de un Alojamiento Municipal Transitorio adecuado a quienes habitan en los espacios públicos, pudiendo desde ahí atender el estado físico, psíquico y social de las personas en situación de calle; gestionar las asistencias necesarias en la emergencia; promover el desarrollo humano de los destinatarios; coordinar intervenciones en otros organismos públicos, públicos no estatales y/o privados; establecer guardias rotativas y/o pasivas de atención; adquirir unidades móviles para rescatar y trasladar a las personas y asesorar acerca de las coberturas sociales existentes en el ámbito público y público no estatal, entre otras funciones.
Para la atención, prevé la formación de un grupo interdisciplinario y la creación de un fondo Especial de Asistencia Integral para Personas en Situación de Calle, que se compondrá de un porcentaje establecido en el presupuesto por el Departamento Ejecutivo Municipal y de las donaciones que se efectivicen a través de una cuenta especialmente abierta en el Nuevo Banco de Entre Ríos S.A. en la Ciudad de Paraná, contempla la norma.
También incluye la creación de un servicio de atención telefónica, a través de la habilitación de un 0-800. Actualmente, existe una carencia total de una vía de este tipo. Por el teléfono, la ordenanza ordena que se reciban demandas de atención de personas en situación de calle, riesgo social y/o derechos vulnerados, además de brindar información, orientación y asesoramiento acerca de los servicios sociales existentes.
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«La situacion sigue siendo alarmante -dice Anabella Albornoz-. Mucha gente va a comer a la Plaza porque no tiene sustento diario. Hay familias enteras que van a comer a la Plaza. Nosotros salimos todos los días -excepto los martes y miércoles, que lo hacemos en conjunto con una ONG, el grupo que fundó el doctor Moia, hace más de 20 años, y el grupo de la Iglesia de La Piedad-. No hay un número fijo de gente en la calle. Va variando según los días. A veces son entre 80 y 90 personas; a veces son 60. Viene gente de lugares donde no hay comedores comunitarios».
Suma de Voluntades tiene un itinerario fijado en función de las necesidades: tocan los distintos puntos de la ciudad donde hay gente viviendo en la calle. Se parte de la Plaza del Bombero (Alberdi); sigue por el Hospital San Martín -donde pernoctan varias personas-; continúa por la Terminal de Ómnibus; sigue por la plazoleta que está frente a la Dirección de Tránsito, sobre calle Echagüe; y concluye en el Parque Urquiza.
-¿Cómo se sostiene ese trabajo que realizan?
-Se sostiene gracias a la solidaridad de la gente. La ayuda es maravillosa y continua. Por semana, entre las recorridas y los comedores que tenemos, nos tenemos que asegurar mil platos de comida, más los bolsones que brindamos, porque a la gente que trabaja en los comedores, preparando la comida, se le paga con bolsones de alimentos. Hay un intercambio. Hace que las actividades sean más dignas, más allá de que estamos en deuda con las mamás que trabajan en los comedores. Son unas leonas trabajando y sólo les podemos pagar con un bolsón de alimentos.
Suma de Voluntades funciona en base a la solidaridad. En la sede de calle Libertad reciben donaciones y voluntarios. «Lo que más necesita son alimentos no perecedores. En estos momentos, hay un grupo de voluntarios que se encarga del acompañamiento escolar. Se armó una colonia de invierno, de modo de sacar a los chicos de la cale. Y para eso estamos necesitando donación de galletitas, leche, jugos, todo sirve, todo ayuda, para nosotros no hay donaciones pequeñas», cuenta.
-¿Cuántos voluntarios trabajan?
-Somos más de 100 voluntarios. Los voluntarios no sólo están en las recorridas nocturnas. También tenemos un departamento escoolar, que para nosotros es lo más importante, porque impacta directamente sobre la calidad de vida de los niños. Se le hace un seguimiento a cada niño, y también hay actividades deportivas. Para todo esto se requieren donaciones. Pero no solamente donaciones. También se necesitan voluntarios. Las manos son siempre más que bienvenidas.
Cómo ayudar
En la página de Facebook Suma de Voluntades Paraná.
En el local, Libertad 272.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.