Valeria Valdez y Claudia Aguirre son docentes. Y, como es corriente en ese oficio, hacen dedo para ir de su casa al trabajo. De un pueblo a otro.
El lunes 18 volvieron a la escuela, después del receso de verano. Y volvieron como siempre: hacer dedo es una forma de mostrar que el sueldo no alcanza para pagar el transporte.
El martes igual, y el miércoles, también, el jueves lo repitieron, y así: todos los días viajan a dedo.
Es una forma de reclamar lo que nunca ocurre: que el Estado mejore el ingreso de los maestros y, va de suyo, los montos que perciben por traslado.
Valeria Valdez y Claudia Aguirre hacen dedo todos los días en la rotonda de Los Conquistadores para ir a trabajar a la Escuela Primaria N° 60, en San Jaime de la Frontera, en el departamento Federación.
Ahora el salario mínimo de un docente que recién se inicia en la carrera está en $15.291, lejos, bastante lejos del valor de la canasta básica total que mide la línea de pobreza, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec): $25.962.
Con un ingreso de esa envergadura, un maestro apenas cubre el 60% del costo de la canasta. ¿Y el resto?
En Entre Ríos, un docente que viaja de un pueblo a otro cobra un máximo de $2.856 por traslado.
Es el máximo, 300 kilómetros de ida y vuelta semanales.
Sería, explica un dirigente avezado en números y salarios, el caso de un docente que viaja todos los días a una escuela que está 30 kilómetros de distancia de su casa, 60 kilómetros de ida y vuelta cada día, 300 kilómetros por semana.
Ahora los sindicatos docentes están en los comienzos de la negociación con el Gobierno por conseguir la actualización salarial. En 2018 la disputa fue desigual: el salario aumentó un 33%, y la inflación trepó un poco más, 47,6%.
Por eso, la negociación empieza con algunos parámetros sobre los cuales de momento no hay acuerdo: «recuperar» el 14,6% que se «perdió» el año pasado, y, después sí, negociar la pauta salarial para 2019.
El Gobierno ofreció, ahora, en el inicio de la negociación, un 15% en tres tramos. No hubo acuerdo. Las conversaciones seguirán la próxima semana.
Mientras no haya armisticio y acuerdo, los maestros seguirán viajando a dedo. Y si hay acuerdo, quizá también.
Foto: César Pibernus
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.