La construcción de pozos semisurgentes en la ciudad, 10 en total, para paliar el déficit en la provisión que afecta a determinados barrios no ha sido recibido de buena manera por los vecinos de la zona Sur. Ya han convocado a varias asambleas -la próxima será este domingo 7, a las 18, en Avenida de las Américas y Ricardo Balbín- para expresar su malestar al respecto.

La obra que encaró la Municipalidad de Paraná consistió en la construcción de diez perforaciones destinadas a fortalecer el sistema de distribución de agua potable, localizadas en distintas zonas de la ciudad. Específicamente en Avenida de Las Américas Km 5½; dos perforaciones en Centro Distribuidor Parque del Lago, en calle Mihura y Wybert; una en barrio Paraná V, Santos Dominguez y Artigas; otra perforación en Centro Distribuidor Lola Mora del barrio Lomas del Mirador, en calles Lola Mora y Storni; dos más en Centro Distribuidor Ejercito, Miguel David y Sallelas y tres perforaciones más, ubicadas en el Parque Industrial.

Estos pozos sumisurgentes están conectados a la red actual mediante los centros distribuidores, contribuyendo al caudal de la misma. Desde el gobierno de la ciudad remarcaron que el agua sustraída de estas perforaciones significa alrededor de un 5% del total circulante en la red de consumo y conlleva un exhaustivo proceso de análisis químicos, bacteriológicos y biológicos que determinan su potabilidad antes de ser inyectados al sistema.

Pablo Tobare, titular de la Vecinal de las Américas, dice que el malestar de los vecinos surge por cuanto «estamos recibiendo agua en un 100% salada, de pozo, la cual no es apta para consumo humano. Toda la zona Sur tiene prácticamente solo agua salada».

Según el vecinalista, el agua de pozo «produce sarro, tapa las cañerías, y no se puede tomar, además, acarrea problemas de salud».

Y refutó los dichos del subsecretario de Obras Sanitarias, Juan Pablo Arroyo, que en su momento prometió que la provisión iba a ser una mezcla: «un 5% a un 10% agua salada, y el resto dulce, que los pozos eran para ayudar. Pero no fue así. En la zona sur toda el agua que consumimos es salada».

«El agua salada es intomable. Queremos agua dulce», reclamó.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora