Ningún argumento bastó.

Hubo una orden cerrada: durante la primera jornada del jury al juez de Ejecución de Penas de Gualeguaychú, Carlos Alfredo Rossi, que se tramita en el amplísimo y recoleto salón del Superior Tribunal de Justicia (STJ), los periodistas debimos trabajar sólo con lápiz y papel para tomar notas y apuntes.

Ni grabador. Ni teléfono celular. Ni computadoras personales. Sólo se permitieron tomar imagenes en la apertura. Pero conforme avanzó el proceso, la directiva fue inapelable: nada de nada.

La decisión adoptada por el Jurado de Enjuiciamiento, que preside el longevo juez Germán Carlomagno, fue que ningún elemento que denotara tecnología se viera en la sala.

Por lo demás, sólo dos periodistas había al final de la primera extensísima jornada.

Los agentes de la Policía de Tribunales debieron afanarse en controlar que cada quien guardase su teléfono celular y no los tuviera a la vista. La reprimenda llegó hasta un fiscal que había llegado como oyente al jury del juez Rossi.

La restricción  fue muy explícita.La imposición fue nada de elementos tecnológicos, para evitar que se tomaran imágenes o se grabaran audios.

Los intentos vanos por explicar que un procesador de texto para escribir sirve solo para eso, escribir, fueron insistentes. La respuesta, la misma: no.

Dos funcionarios judiciales encararon gestiones de buenos oficios pero la iniciativa terminó con un final previsible: una cerrada negativa.

Por primera vez, un tribunal impide a los periodistas trabajar con los elementos tecnológicos mínimos en una audiencia pública.

El celo del juez Carlomagno y sus colegas no fue suficiente para que, en medio de la exposición del abogado Miguel Ángel Cullen, defensor de Rossi, se oyera, nítido, el ringtone de un teléfono celular que sonó con la insistencia de la urgencia.

Bernardo Salduna (que protagonizó un blooper), Miguel Cullen y Carlos Rossi.

 

 

Todos empezaron a levantar el pescuezo para detectar al infractor.

Carlomagno detuvo la audiencia, y pidió, por micrófono, que todos los celulares se silenciaran.

El teléfono sonaba.

Al final, una agente de Policía ubicó al dueño: era el vocal del STJ Bernardo Salduna, que no pudo -no supo- cómo silenciar su celular. Salduna integró el Jurado de Enjuiciamiento, pero este martes llegó a la sala a participar como oyente.

«El tribunal sólo restringe la filmación de las testimoniales, con el medio que sea», argumentó un funcionario judicial ante los insistentes pedidos para descomprimir la cerrazón.

-Es una computadora para escribir.

-Se presta a confusión. Mejor evitar malos entendidos.

La decisión de prohibir computadoras personales fue avalada por tres jueces del Superior Tribunal de Justicia, dos legisladores (el senador Daniel Olano, la diputada Ester González) y dos miembros del colegio de Abogados (Jorge Campos y Roberto Beheran), todos ellos miembros del Jurado de Enjuiciamiento que juzgan por mal desempeño y falta de idoneidad al juez de Ejecución de Penas de Gualeguaychú, Carlos Alfredo Rossi.

La paja en el ojo ajeno.

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.