El cura, cuando llegó a Entre Ríos, fue reibido por el exgobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, y juntos y sonrientes, hicieron aquel anuncio que después sería uno más de los tantos anuncios vacios, un fiasco.
El cura Juan Carlos Molina vino a Entre Ríos en el invierno de 2014 y acordó con Urribarri una política de atención sanitaria en adicciones: anunció que se construirían cinco casas educativas terapéuticas para atención y prevención de adicciones, financiadas por la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), de la cual fue titular el sacerdote hasta mayo de 2015.
Esas cinco casas se ubicarían en Paraná, Concordia, Gualgueychú, Concepción del Uruguay y Colón. A eso, se agregaría un Centro Preventivo Local de Adicciones (CEPLA), de atención inmediata y derivación, en Paraná .
La inversión final de estos dispositivos en la provincia, que formarían parte del Programa Recuperar Inclusión, sería, se dijo, de más de 124 millones de pesos.
A todo eso, se agregarían los centros de tratamiento de adicciones y rehabilitación de la provincia, que forman parte del programa Recuperar Inclusión, que se construirían en Paraná y Concordia.
“Vamos a ponernos a trabajar para que los centros puedan cristalizarse rápidamente», anunció entonces, apuradísimo, el exgobernador Urribarri.
Y el cura Molina no le fue en saga: “No queremos más pibes presos porque los encontraron consumiendo. Siempre el pobre es criminal, el débil, pero tenemos que cambiar ese paradigma” y destacó la labor que viene haciendo el gobierno para evitar y prevenir el flagelo de las adicciones.
De aquel ramillete de construcciones y de esas millonarias inversiones, muy poco se hizo.
Oficialmente, se reconoce que en Entre Ríos hoy no hay lugar adonde internar a un adicto, primero porque lo prohibe la Ley de Salud Mental, y segundo porque nunca se invirtió un peso en ningún centro.
El centro terapéutico que se anunció en 2014 que se construiría de forma ultraveloz en el barrio Anacleto Medina tiene un avance de un 40%, y, de momento, la obra está paralizada.
De modo que aquellas promesas del cura Molina fueron nada más que una serie de mentiritas.
Ahora, se sabe, de todo eso que anunció junto a Urribarri, casi nada de nada.
El viernes, el intendente Sergio Varisco visitó el centro que se iba a construir en barrio Anacleto Medina, una obra ahora paralizada. Lo hizo junto a la directora Nacional de Articulación Intergubernamental de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), Georgina Paulino.
El edificio cuenta con una superficie de 620,00 m2 cubiertos, dispuesto para el funcionamiento de diferentes áreas: gimnasio, salón de usos múltiples, sanitarios, vestuarios, cocina, taller húmedo, sala de ensayo, radio, aula, área de entretenimiento, playón polideportivo, y área exterior de recreación. Contará además con sectores destinados a la administración y servicios necesarios para el funcionamiento integral.
Luego de observar la situación actual de la construcción, el jefe comunal señaló que “las adicciones son un flagelo que afecta fundamentalmente a nuestros jóvenes, y que desde el gobierno Nacional y Municipal queremos erradicar. Esta es una obra que está paralizada y que tiene que ver con la recuperación de los chicos, estamos contentos que Georgina Paulino, de Sedronar, nos haya visitado, esto se va a reactivar y se va a terminar esta obra y vamos a trabajar en la comunidad del sur de la ciudad que tanto lo necesita”.
El cura Molina, siendo titular de la Sedronar, llegó a Paraná en agosto de 2014 e hizo aquellos anuncios grandilocuentes que, al final, fueron sólo eso: anuncios.
Ahora, ha vuelto a las sacristías, y seguro que ni se acuerda de su visita a Paraná y de aquellas promesas.
Debe estar entretenidísimo oyendo confesiones en el confesionario.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.
