Por Padres Organizados Entre Ríos (*)

 

La discusión por la virtualidad se cristaliza en septiembre, con una modesta intención: poner el tema educativo en la agenda pública. A los meses de angustia de las escuelas cerradas, se incorporaron datos e información, experiencias internacionales y evidencia científica.

Así surge Padres Organizados. Sumando a la angustia, información, y poniendo el tema en agenda pública.

En poco tiempo, se recabaron 70 mil firmas y cientos de familias empezaron a organizarse con ese único objetivo: el retorno a las aulas.

Hoy Padres Organizados está presente en 22 distritos del país y en cientos de ciudades. Se guía por tres reglas de convivencia básicas: 1. Manejarnos con información de calidad. 2. Apego a los principios democráticos. 3. Centrarnos en el objetivo de la presencialidad.

La identificación político partidaria y religiosa no tiene lugar. Como adultos con un compromiso intergeneracional de cuidado para con la niñez y la adolescencia, sabemos que no nos representamos a nosotros mismos. Los representamos a ellos.

Intentar desprestigiar la participación y el trabajo voluntario de miles de mamás y papás, maestras, médicos, historiadoras, amas de casa.. que todos los días quitan tiempo de sus obligaciones para defender el derecho humano elemental de sus hijos y de los hijos de toda una generación a educarse, es intentar tapar el sol con un dedo y despreciar la diversidad del colectivo que conformamos.

La dicotomía salud- educación intenta con simpleza abordar un tema complejo, se desentiende del grupo poblacional que por más tiempo y más derechos le fueron vulnerados y realiza un abordaje lineal que nada tiene que ver con la realidad. No sólo se trata de Covid, se trata de salud integral.

Los datos son elocuentes, se perdieron habilidades adquiridas, niños de 8 años que no pueden realizar cálculos matemáticos básicos, regresiones, deterioro de la salud mental de al menos el 59% de adolescentes (ver informe de la SAP, Sociedad Argentina de Pediatría), pero además, hay algo que atraviesa el debate: cómo garantizamos el derecho a la educación en un país en donde el 60% de niños, niñas y adolescentes (NNyA) es pobre? ¿Donde la mitad no cuenta con un dispositivo para realizar la tarea o conexión a internet que le permita acceder a la tarea?

En nuestra provincia, el déficit habitacional alcanza al 35% de los hogares y el abandono escolar en 2019 alcanzaba al 50% de los adolescentes de menos recursos. El 84% de los adultos encargados de acompañar a los chicos en sus tareas son  mujeres, el 50% no cuenta con estudios secundarios. La brecha educativa nunca fue tan grande: el lugar donde naciste está determinando tu futuro.

Esta complejidad y esta carencia no se resuelve con más notebook para hogares sin luz o sin conexión a internet. La escuela, aún con todas sus deficiencias, es el lugar que construye oportunidades.

Debemos recordar que los protagonistas del proceso educativo son los alumnos. Debemos diseñar soluciones a la altura de los desafíos que la pandemia y la gestión de la misma nos plantea. Pero debemos, por sobre todo, hacerlo tomando en cuenta a los NNyA. Su futuro depende de nosotros. Merecen algo mejor que peleas estériles que los relegan. Merecen aulas abiertas, protocolos adecuados, adultos velando por su bienestar. Merecen la oportunidad de construir su futuro. No es contra nadie. Es a favor de ellos.

 

El abismo entre la escuela pública y Padres Organizados

(*) La ONG Padres Organizados surgió como respuesta a la demanda de clases presenciales en el marco del aislamiento social, preventivo y obligatorio que se dispuso para enfrentar la pandemia de coronavirus y que derivó en el dictado de clases virtuales durante todo 2020. El texto que se publica es en respuesta a la columna escrita por el dirigente docente y doctor en Ciencias Sociales César Pibernus.