La Editorial de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader) ha iniciado una nueva etapa de trabajo a partir de la designación como directora de Alfonsina Kohan. Graduada como profesora de Lengua y Literatura en la Facultad de Humanidades, donde hoy se desempeña como docente e investigadora; Kohan se pone al frente de la Editorial, que surgió hace siete años,

 

“Soy profesora de Lengua y Literatura, estudié y me gradué en Paraná, en la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales. Desde que ingresé a la carrera nunca más me fui. Durante mi época de estudiante fui auxiliar alumna, luego como graduada fui adscripta en una cátedra en la que ahora soy profesora ordinaria, adjunta a cargo, es una asignatura de primer año, Introducción a los Estudios Literarios, y también dicto en cuarto, Literatura Argentina II, que estudia los siglos XX y XXI”, señala a modo de presentación.

 

Su formación académica se completa con la Maestría en Teoría y Metodología de la Investigación Literaria, que cursó en la Universidad Nacional de Rosario; y el Doctorado en Letras por la Universidad Nacional de Córdoba. En ambas instancias, las respectivas tesis abordaron la narrativa del escritor entrerriano Juan José Manauta.

 

“Mi interés siempre ha ido por esos lados”, dice en alusión a la figura de Manauta como una de las máximas expresiones del “denuncialismo” como perspectiva narrativa. Y añade: “Dirijo, por un lado, una investigación sobre las características del discurso denuncialista; y por otro lado, co-dirijo otra sobre la problematización de un canon literario entrerriano en el marco del sistema literario nacional”, a partir de lo cual “en mis investigaciones siempre han primado escritores entrerrianos y argentinos”.

 

Aunque eso no es todo: “En el segundo proyecto mencionado, que dirige la doctora Cecilia Corona Martínez de la UNC, trazamos una cartografía de la literatura entrerriana, ya que nos interpela mucho y siempre tuvo para mí un interés muy especial”, expresa Kohan, quien además es impulsora junto a un grupo de docentes de las Jornadas de Literatura Entrerriana en la Facultad de Humanidades, que ya lleva dos ediciones. “Este espacio nos ha mostrado que hay un deseo profundo de colegas, graduados y del público en general por conocer nuestros escritores”, afirma.

 

La inquietud intelectual de la nueva directora también abonó a la concreción de la Maestría en Literatura y Política de Humanidades, recientemente aprobada por la Comisión Nacional de Evaluacióny Acreditación Universitaria (Coneau). Se trata de un espacio “que nos enorgullece; se está cursando la primera cohorte y estamos a punto de abrir la inscripción para una segunda. Hay mucho entusiasmo, contamos con un plantel docente impresionante y un compromiso muy valioso tanto de quienes la dictan como de aquellos que la cursan”, relata.

 

Entre Ríos hacia afuera

 

Consultada sobre la difusión y el conocimiento de la cultura de Entre Ríos en general y la literatura en particular, en ámbitos externos a la provincia, Kohan considera que “afortunadamente está ocurriendo un cambio” respecto de aquella realidad de tener “un país donde a nivel cultural siempre estuvo todo muy centralizado en las grandes urbes y las provincias iban quedado desdibujadas o no se les había prestado la atención que merecían, ya que tenemos producciones artísticas y literarias”.

 

En ese sentido, menciona su pertenencia a la Red de Estudios de las Literaturas Argentinas, “donde en los últimos años se viene dando un movimiento interesante a partir del cual planteamos que no existe una literatura, sino las literaturas, en plural, con una mirada mucho más federal de nuestras letras”. También allí “desde ámbitos institucionalizados o desde la gestión cultural, hay otras perspectivas en los estudios en torno a nuestros escritores”.

 

En este contexto reconocible es que la Editorial Uader apunta a explorar nuevas posibilidades. “Estuvimos en la Feria de la Palabra en Concepción del Uruguay, ahora se viene la Feria del Libro Paraná Lee y pretendemos estar mostrando nuestras producciones en diversas instancias, porque hay una necesidad de hacer visible el trabajo que se hizo en estos años y movilizar aún más con este voto de confianza que me han dado”, dice Kohan y aprovecha para referirse a un equipo de trabajo “muy comprometido, con muchas ganas de editar, de diseñar, de difundir, que sin dudas me ayudará a pensar en todo lo que tenemos por hacer, ya que están llegando propuestas muy interesantes”.

 

El marco es propicio, según la directora, para “mostrar las contribuciones que la Editorial puede hacer a lo que se suele llamar el ecosistema del libro, que va un poco más allá de las valiosísimas producciones surgidas de investigaciones y tesis: es poner de relieve la propia producción de conocimientos, el conocimiento situado”.

 

Kohan rescata aquí “la gran amplitud disciplinar y de diversidad epistemológica que tiene la Uader y es en este punto que la Editorial tiene que visibilizar aquellas producciones que de lo contrario quedarían en los márgenes”. Y también “las propias visiones y misiones de la Universidad, como una usina que genera conocimiento propio desde lo académico, la investigación y la extensión; destacando la literatura de las diferentes áreas culturales donde nos situamos, en una tarea que implica leer a otros, sí, pero además leer con otros”.

 

Modos de lectura

 

Respecto a lo que asume como un debate largo y con muchas aristas, en relación a los modos de lectura del presente y del pasado y a la aparente dicotomía entre los textos impresos y los digitales, Kohan afirma que “no creo que no se lea o que se lea menos que antes, sí se lee distinto; que alguien no lea como leía otra generación, no quiere decir que no lea”. Reconoce que “hay un riesgo muy grande, eso sí, en la amplísima circulación de material y de información en las redes que contiene de todo, cosas excelentes y otras que no lo son”.

 

De todos modos, “para mí que soy profesora de Lengua y Literatura, claro que el objeto libro tiene una connotación y un significado que otra cosa no lo tiene, pero leí materiales en la web a los que de otro modo no hubiese podido acceder, hay que ver la potencia que eso tiene”. Y no duda en que “deben convivir las lógicas de lo escrito con lo digital, uno no va en detrimento del otro ni para lectores diferenciados; prefiero pensar en la amplitud de posibilidades, en la elección del formato que resulta más cómodo y en el acceso a una mayor cantidad de textos y de distribución y circulación del conocimiento”.

 

Sobre este punto, cita el caso de la colección Amalgama, destinada a materiales de cátedra: “La Editorial Uader la venía presentando impresa, pero a partir de la pandemia hubo que repensar todo, del mismo modo que los docentes en general tuvimos que replantear nuestra tarea, digitalizar nuestros materiales. En la etapa anterior ya se pensó entonces en la edición digital, con acceso gratuito, esto es algo bueno para continuar, ya que el contexto nos mostró cuán fundamental es que los estudiantes cuenten con esos materiales”.

 

Finalmente, Kohan adopta la convicción de que “las editoriales universitarias tenemos el deber de democratizar el conocimiento, ponerlo a disposición de todos. Celebro lo que se estuvo haciendo hasta aquí en Uader, rescatando la labor de nuestra comunidad universitaria y visibilizando otros aportes. E invito a todos a escribirnos, a pensar juntos ediciones, series y trabajos a futuro para enriquecer las colecciones y darles cada vez mayor vida”.

 

 

Fuente: Área de Comunicación de Uader.