El miércoles 26, la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) envió una nota a la directora general de Recursos Humanos del Gobierno, Luciana Magalí Kapp, en la que expresó su “solidaridad” con los trabajadores del área, que funciona en un edificio del siglo pasado, ubicado en la esquina de Corrientes y Colón.
Con la firma del secretario general, Oscar Alberto Muntes, el gremio además expresó su “repudio hacia los actos acontecidos el viernes 21 del corriente que son de público conocimiento”. La nota alertó de algo que hasta entonces se desconocía: la fuerte interna en el sindicato, síntoma del clima previo a las elecciones internas de agosto próximo para renovar la conducción provincial.
En la nota, ATE aclaró que “no había programada, notificada ni dispuesta ninguna medida de fuerza” ese día en el que sesionaba el congreso provincial de ATE a media cuadra del lugar en el que ocurrió el incidente. O sea, se despegó de la protesta que habían motorizado sectores internos del gremio.
El incidente fue una manifestación, a 50 metros de la sede de ATE, ubicada en Colón 59. Exactamente en Colón y Corrientes, frente a la sede de Recursos Humanos. Se quemaron cubiertas, hubo reclamos en voz alta. La protesta fue motorizada por tres seccionales de ATE: Concordia, Gualeguay y Villaguay, las tres alineadas con la opositora Lista Verde y Blanca. Desde 2015, el gremio está comandado por Oscar Alberto Muntes, de la Lista Anusate. El 9 de agosto volverán a medirse las dos agrupaciones en las elecciones de renovación de autoridades.
El cronograma electoral del sindicato fue aprobado en el congreso sindical del viernes 21 de abril, el mismo día en el que ocurrió el incidente con la manifestación en Corrientes y Colón. Oscar Muntes dijo que, en medio del congreso, lo llamó el secretario general de la Gobernación, Franco Ferrari, para pedir precisiones sobre la manifestación, y anoticiarlo de que los empleados de Recursos Humanos se habían sentido agredidos. Y para contarle que se había hecho una denuncia policial.
La protesta, según trascendió, fue para exigir que Recursos Humanos agilizara los trámites de afiliación de empleados públicos. Muntes también recibió una llamada de la directora de Recursos Humanos. “Me llamó la atención por esta situación. No había ningún problema con las afiliaciones. Las altas y las bajas las llevamos adelante bien, sin problemas. Además, el sindicato no tenía previsto realizar ninguna manifestación. No habíamos convocado a ninguna manifestación”, dijo.
Muntes entrevé movimientos proselitistas de cara a las elecciones del sindicato, de agosto próximo. “Pero no es nuestra actitud sindical molestar a compañeros en su lugar de trabajo. Si tenemos que manifestarnos, lo hacemos, lo comunicamos en forma pública. Y no lo hacemos en medio de un congreso. Por eso hicimos la nota de desagravio hacia los empleados. Me parece que algunos compañeros confunden el proceso electoral”, sostuvo.
Luego de aquel congreso del viernes 21 la seccional Concordia de ATE emitió un duro pronunciamiento. Al respecto, en alusión a la conducción provincial, dijeron que «esta gestión se olvida que ATE es una institución gremial que tiene historia, que ha sido la formadora de líderes sindicales y políticos, que han representado los intereses del conjunto de todas y todos los trabajadores sin claudicar».
En un comunicado que firmó Pedro Pérez, de ATE Cncordia, se señaló que que «esta gestión se muestra débil y superada por la militancia gremial que se apoya en la verdad, que moviliza y gestiona mostrando hechos reales». Y que «estos personajes quieren apoderarse de nuestra institución con fines lucrativos personales, pasando por encima del objetivo fundamental que es la lucha en defensa de todas y todos los trabajadores”.
Al respecto tildaron como un “fraude” al congreso provincial que sesionó en Paraná y que aprobó memoria y balance y el cronograma electoral. En ese ámbito, dijeron desde Concordia, se negó «la participación los compañeros a levantar la voz por la lucha colectiva, impidiendo que se haga uso de la palabra, presentando una memoria parcial, dibujada, característica de una gestión desprolija y que tiene otros intereses, que no son los intereses de las y los trabajadores».
Y dieron cuenta que «al retirarse las compañeras y compañeros fueron interceptados por quince sujetos, ya identificados, que con bengalas de color verde, emitiendo un humo tóxico e irrespirable, los rodearon amenazantes, arengando un poder que no tienen, impidiéndoles el paso, como acto de presión».
De la Redacción de Entre Ríos Ahora