El exministro de Turismo, Hugo Marsó, declaró como imputado en el megajuicio que se sustancia contra él y el exgobernador Sergio Urribarri, el exministro de Cultura y Comunicación, Pedro Báez, empresarios y particulares por tres grandes causas de corrupción. Marsó habló sobre una de esas investigaciones penales, la instalación de un parador playero en Mar del Plata a comienzos de enero de 2015. La tesis de Fiscalía es que fue parte del “Sueño Entrerriano” para instalar a nivel nacional la figura de Urribarri, entonces embarcado en campaña para la Presidencia de la Nación. De ahí la insistencia de los fiscales Patricia Yedro y Juan Francisco Ramírez Montrull en preguntar por qué ne le parador playero estuvo la foto de Urribarri y la leyenda «Gobernación Urribarri».
De modo enfático, Marsó negó que haya tenido un fin proselitista la instalación de ese parador, y asumió que tuvo la idea, en el verano de 2014, de que Entre Ríos tuviera su propio parador en la costa atlántica. La idea cuajó a mediados de ese año en una reunión de Gabinete, completó. Pero en su relato aceptó que en los peloteros gigantes instalados en la playa de Mar del Plata apareció la figura de Urribarri que, aseveró, no era el fin del parador. “Surgió una foto con la cara de Urribarri. Eso nos hizo tomar una serie de recaudos por eso. Yo no sé lo que pasó. No somos una investigadora para ver qué paso. Lo mandé a (el entonces secretario de Turismo) Alfredo Bedriñan para que saque esa foto. No sé si alguna vez estuvo, o pudo haber sido un montaje», dijo.
-¿Estuvo en la inauguración del parador el 3 de enero de 2015?
-Sí.
-¿Estaba la foto?
-No.
Marsó, que viene de una empresa familiar dedicada a la actividad avícola, dice que se metió en política después de la crisis de 2001. “Me fueron a charlar para meterme en política. Soy un poco soñador y soy esa persona que cree y bueno, acepté el desafío y entré en la política”, contó sobre sus orígenes, aunque no develó quién lo convocó. Recordó que se dedicó a caminar su ciudad, Colón, y se postuló en 2003 a la Intendencia de su ciudad, y ganó. En 2007 quiso revalidar mandato y volvió a ganar. “Realmente, cuando llego a la intendencia, al único que conocía era a Urribarri, pero no por la política, sino porque en la secundaria éramos de la misma promoción y nos tocó lo servicio militar, en Infantería de Marina. Y eso marca una etapa bastante importante. Son relaciones que no se borran. Y lo que fue Infantería de Marina y todo lo que implicaba en el 77”, recordó.
Resaltó el haber sido el primer ministro de Turismo de Entre Ríos, cargo al que llegó convocado por Urribarri. En realidad, el exgobernador lo llamó para formar parte de la lista de candidatos a diputados provinciales. Urribarri sorteó la ubicación de cada uno de los elegidos, y Marsó fue beneficiado por la suerte: salió en primer lugar. Pero no fue legislador. “En 2011 tenía ganas de volver a mi casa. Pero recibo una llamada de Urribarri, que quería que lo acompañe en la lista de diputados. Me pidió que viniera a Paraná, porque iba a sortear los lugares. No sé si fue la suerte o qué, pero salí sorteado número 1. Al día siguiente, me llama y me dice que tiene un lugar mejor para mí, que por lo que me conoce, me va a gustar: el Ministerio de Turismo. Quería que el primer ministro de Turismo fuera de Colón”, señaló.
El fiscal Ramírez Montrull le consultó por qué, si la idea del parador se había acordado a mediados de 2014 en reunión de Gabinete, el trámite licitatorio, con tiempos exiguos, arranca el 3 de diciembre de 2014.
-Porque no había autorización para usar Mar del Plata -respondió.
Reveló que el exgobernador lo llamó y lo instó a avanzar con la instalación del parador pero no supo decir si para entonces estaba la autorización de las autoridades marplatenses para plantar la instazlación playera. «Me llamó Urribarri y me dijo: ´Dale para adelante´. No sé si tenía papel firmado. Pero me dijo que podíamos hacerlo.
-¿Por qué se usaron plazos abreviados para la licitación del parador?
-No sé lo que es un plazo abreviado. O es legal, o se puede hacer o no se puede hacer. A mí me dijeron que eso se podía hacer.
El fiscal insistió con la instalación playera y le preguntó si se cercioró de que en el parador había fotos de Urribarri y leyendan que decían «Gestión Urribarri».
-La verdad que no me acuerdo. Tampoco hubiera sido raro porque es un nombre instituiconal. Es muy común que se use eso.
-¿Vio fotografías?
-No. No vi nunca.
Ese parador se inauguró el 3 de enero de 2015 y para su montaje la Provincia pagó más de $14 millones a la empresa El Juego en que Andamos SRL, del empresario Gerardo “Foia” Caruso, gerente entonces del programa Fútbol para Todos.

Aquel día
“Venimos a mostrar todo lo que hicimos en Entre Ríos en estos siete años de gestión, en este lugar tan lindo y popular al que vienen a veranear miles de argentinos gracias a este modelo de crecimiento con inclusión social impulsado por Néstor y Cristina Kirchner”.
De ese modo, Sergio Daniel Urribarri se presentó el sábado 3 de enero de 2015 en la playa La Perla, de Mar del Plata, cuando inauguró el parador.
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La contratación con la empresa de «Foia» Caruso para instalar aquel parador se tramitó a través del expediente Nº 1656830, que inició el 5 de diciembre de 2014 el Ministerio de Turismo.
El 12 de diciembre de ese año se dictó el decreto Nº 4.804 que autorizó la “contratación de un servicio de instalación, montaje, logística y puesta en funcionamiento de un Centro de Recreación, Información y Promoción Turística en la ciudad de Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, para el mes de enero de 2015”.
El 29 de diciembre de 2014, se dicta el decreto Nº 5.120 que aprobó “todo lo actuado en la Licitación Pública Nº 69/14” para instalar el mentado Centro de Recreación, Información y Promoción Turística en Mar del Plata. Y adjudicó la contratación del servicio a la firma “El juego en que andamos SRL”, por un monto de $14.561.870, “por cumplir con los Pliegos de Condiciones, resultar el precio razonable y conveniente a los intereses del Estado y ajustarse a las característica del servicio requeridos de acuerdo a lo expresado en la oferta y la documentación aportada”.
Una de las 30 palmeras que plantaron en la arena de la playa de Mar del Plata.
La licitación resultó curiosa: se presentaron dos firmas nada más. “El juego en que andamos SRL” y “Castromil SRL”. Pero se rechazó la segunda “por no encontrarse inscripta en el Registro de Proveedores del Estado” y haber “cotizado por un precio más alto”.
Todo ese trámite, según Urribarri contó en una declaración pública que distribuyó a los medios tras su presentación en Tribunales cuando la causa penal estaba en trámite, incluyó la intervención de distintos organismos. Dijo que “así como la Contaduría General de la Provincia se encarga de controlar previamente la legalidad del gasto público, el Tribunal de Cuentas también ejerce el control de forma posterior; y el Poder Legislativo aprueba, observa o desecha la denominada cuenta general del ejercicio. Del mismo modo, el Fiscal de Estado ejerce el control de legalidad de todos los actos del poder público”.
Las dudas en torno a la rapidez del trámite y la falta de participación de organismos de control llevó al exsenador provincial Raymundo Kisser (Cambiemos) a presentar una denuncia en la Justicia. Así surgió el Legajo Nº 58383, caratulado “Urribarri Sergio Daniel, Marsó Hugo José María, Aguilera Juan Pablo, Cargnel Corina, Caruso Gerardo Daniel s/Peculado en concurso ideal con defraudación a la Administración Pública y negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública”.
La acusación de la Fiscalía señala que Urribarri y su entonces ministro de Turismo, Hugo Marsó, sustrajeron $14.561.870,00 para la instalación, montaje y puesta en funcionamiento del parador, empleando la contratación en provecho del entonces mandatario para promocionar, con fondos públicos, su precandidatura a presidente en las elecciones generales de 2015. Como es sabido, esa pretensión se frustró cuando la entonces presidenta Cristina Kirchner eligió como candidato del Frente para la Victoria (FPV) a Daniel Scioli.
Para el cometido, según la Fiscalía, se utilizó una maniobra en la que intervino una empresa vinculada al exdirector de Contenidos del “Fútbol para Todos”, el cuñado de Urribarri, Juan Pablo Aguilera, y la contadora de las empresas de éste. Los imputados por peculado, fraude al Estado y negociaciones incompatibles fueron citados a declarar en el siguiente orden: el 4 de diciembre será la indagatoria a Aguilera y la contadora Corina Cargnel; el 11, la de Marsó y Caruso; y el 15 será el turno de Urribarri. En principio, Marsó y Urribarri estaban citados para el 30 de noviembre y el 1° de diciembre, respectivamente, pero lograron aplazar la indagatoria.
La operación se resume del siguiente modo: la Provincia convocó a una licitación pública con plazos reducidos; a la compulsa se presentaron dos firmas, “Castromil SRL” y “El Juego en que andamos SRL”. La primera perdió, porque, insólitamente, no estaba inscripta en el Registro de Proveedores del Estado, requisito básico y conocido en ámbitos empresariales y públicos.
De modo que descartado el competidor –que en la Justicia consideran ficticio o simulado-, se contrató a la empresa que supuestamente se quería beneficiar desde el inicio. La maniobra continuó cuando la firma contratada gira una parte de ese dinero a la subcontratación de publicidad de campaña. Para hacer efectivo este paso fue indispensable de empresas intermediarias, entre las cuales se encontraban las del cuñado del gobernador.
“El Juego en que andamos SRL”, de la que es socio gerente Gerardo ‘Foia’ Caruso, fue la firma que levantó el parador. En la Justicia cuentan con elementos que probarían que una parte de los $14 millones que se le pagó fueron destinados a subcontratar a la cooperativa de trabajo “X la Plata Publicidad” Ltda. para realizar una campaña de difusión de la figura de Urribarri como precandidato a presidente. Por el servicio de cartelería en el vía pública a esta firma se le pagaron $338.800.
La firma que integra Caruso, según la acusación de Fiscalía, también habría hecho un “retorno” de dinero en efectivo al cuñado de Urribarri, Juan Pablo Aguilera por $ 2.000.000, a través de transacciones bancarias a las empresas de su propiedad, Tep SRL y Next SRL, y a otras que actuaron como “intermediarias” como Visual Ilusión SA, Megaprint, Wall Street Vía Pública SA y Fredy Publicidad SRL, por $2.468.700.
Además, señalan que la operación no pudo llevarse a cabo sin la colaboración de Corina Cargnel, contadora de las empresas Tep y Next, que se adjudican a Aguilera. La profesional se habría encargado de confeccionar las facturas para las firmas y los retornos.
Los trámites para contratar a “El juego en que andamos SRL” se iniciaron el 5 de diciembre de 2014, cuando el entonces ministro Hugo Marsó interesó a Urribarri la instalación del parador para difundir la marca Entre Ríos como destino turístico en Mar del Plata. En el expediente de la causa por el parador, se considera que esa solicitud fue justificada de forma “ficticia”, ya que la verdadera razón era promover la precandidatura de Urribarri.
Según la acusación, Urribarri y Marsó tuvieron el “aporte imprescindible” de Gerardo Caruso, socio gerente de la firma contratada y, entonces, director de Contenidos del Fútbol para Todos. Los investigadores entienden que “Foia” contó con “información privilegiada que le permitió la presentación de la oferta y hacerse adjudicatario de la misma”, y que tuvo la connivencia de Urribarri, Marsó y Aguilera. Y recalcan que la licitación pública N°69/14, fechada el 29 de diciembre de 2014, se realizó con una convocatoria con plazos reducidos.
La firma tiene su sede en Vera 952, piso 5°, departamento B, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; sin embargo, en manos de los fiscales hay un documento en el que se consignó el domicilio del entonces Secretario de Justicia Rubén Virué, quien renunció al cargo el 5 de junio de 2015.
Ese dato llamó la atención a los investigadores al momento de analizar la documentación referida a la firma que integra Caruso. La dirección de la vivienda particular de Virué es calle Las Heras 207 en la ciudad de Larroque, departamento Gualeguaychú, y aparece en la documentación presentada en la provincia por “El Juego en que andamos”. La acusación fiscal consideró ese dato como ficticio.
Según supo Entre Ríos Ahora, Virué declaró como testigo en la causa hace dos semanas y aclaró por qué su domicilio aparece vinculado a la firma de Caruso. El exfuncionario señaló que se la habría proporcionado su hijo Fernando Virué, un periodista deportivo que trabajó como asistente de producción en “Fútbol para Todos”, donde “Foia” era su jefe.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora