La Justicia hizo lugar parcialmente a una acción de amparo presentado por un vecino del barrio Vicoer 101 Viviendas y condenó a la Municipalidad de Paraná a regularizar, en el plazo de 75 días, las conexiones cloacales que estarían contaminando ese sector de la ciudad.
En una resolución que firmó este sábado 7 el titular del Juzgado Civil y Comercial Nº 5, Mariano Andrés Ludueño, dispuso hacer lugar «parcialmente a la acción de amparo ambiental» interpuesta por Martín Adolfo Apaldetti en contra de la Municipalidad de Paraná, le ordenó a la Comuna «regularizar la situación de desagües cloacales y pluviales que se estén volcando al afluente del arroyo Antoñico que atraviesa el inmueble propiedad del amparista, debiendo informar y acreditar las medidas tomadas a tal fin en el plazo de 75 días a partir de las presentes».
Además, el magistrado dispuso que la Municipalidad lleve adelante, también en el plazo de 75 días, «un estudio de impacto ambiental que analice el suelo, napas y afluente del arroyo Antoñico en la propiedad del amparista y en el Barrio Vicoer 101 Viviendas, como así también un plan para asegurar el funcionamiento correcto del sistema que gestiona los residuos cloacales en dicho barrio»
Martín Apaldetti dijo que el reclamo no es nuevo.
“El problema tiene más de 30 años. El daño a nuestro terreno, por el cual el daño que forma parte de la obra pública nos inunda nuestro terreno se produce en el año 2013, principios del 2014”, aporta. “Y desde esa fecha, ningún funcionario quiso arreglar dicho daño”, amplió.
Apaldetti respondió una consulta de Entre Ríos Ahora. “Es importantísimo tener un fallo favorable en primera instancia y eso es gracias a mis abogados Ernesto Dapitm y Ezequiel Hilgemberg y a mi única tía paterna viva que nos incentivó siempre a seguir el camino de la Justicia. Si bien las leyes no tienen en cuenta el dolor que causa, la indolencia, y la bota del Estado sobre la cabeza del contribuyente que religiosamente cumple con sus obligaciones tributarias por generaciones y generaciones, tampoco tienen en cuenta la mala sangre de mi madrina Miriam Apaldetti y de mi abuela Edelmira Victoria Vera, que murieron durante este daño injusto que tiene en realidad más de 30 años arruinándonos la vida”.
Y suma: “Aun después de que el juez hubiera dispuesto la asistencia en el lugar de diferentes actores del Estado a los que nunca les preocupó la situación de los vecinos quedó claro que nunca les preocupó. Encima, perversamente se mofaban de la situación acontecida cuando en el lugar de los hechos olieron la putrefacción del ambiente. Aunque parezca una frase hecha, el sol no se puede tapar con un dedo, y más cuando ese dedo es al menos indolente”.
De todos modos, prefiere la prudencia y se plantea preguntas. “Surgen varias preguntas sobre este dictamen judicial –analiza-. ¿Podrán los funcionarios estar a la altura de las circunstancias? Puede ser que en una parcela en donde desde el año 1960 se cobran los impuestos sanitarios no tengan ni agua ni cloaca? ¿Es esto una estafa?”
“Hay una imagen que nos quedó a todos en la retina: una pelota de fútbol rosada flotando en la continuación del agua podrida que atraviesa nuestro terreno y que desemboca al lado de una plaza en donde los chicos y chicas van a aprender a jugar al fútbol en el barrio 101 viviendas. ¿Cuántos gurises habrán sacado la pelota de esa agua podrida?”, plantea.
En la demanda judicial, apuntó, “no se pidió la reposición de las cosas al estado anterior, así que seguiremos peleando para que la Justicia sirva concretamente como reparadora de los daños ocasionados. No puede ser que un daño y un perjuicio forme parte de una obra pública y encima tener que soportar que los funcionarios que aún hoy siguen en funciones amedrenten y patoteen a los vecinos haciéndose presentes en diferentes oportunidades para hacer daños a los vecinos en favor de algún que otro pariente. No hay leyes mellizas: la ley es una sola y hay que cumplirla”.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora