El arzobispo de Paraná, Raúl Martín, nombró al actual rector del Seminario Arquidiciocesano Nuestra Señora del Cenáculo, Cristian Mario Torres, como vicario general de la diócesis. La designación suma un nuevo vicario, ya que el jefe de la Iglesia local no bien asumió, en julio último, confirmó a Eduardo Tanger en el cargo que ostenta desde los tiempos de Estanislao Estaban Karlic como vicario gdneral.
De todos modos, Torres no dejará la conducción del Seminario sino que sumará un nuevo cargo en la curia. El arzobispo además creó una nueva función, vicario episcopal para el clero, y designó en ese lugar al sacerdote Néstor Kranevitter.

Eduardo Tanger.
Hizo además otros movimientos. Designó a Mario Haller como párroco de Santa Ana, de Viale; a Horacio Correa, como párroco de Nuestra Señora de la Piedad, de Paraná; a Walter Fattor, párroco de Nuestra Señora de la Merced, de Hernández, en el departamento Nogoyá; y a Mario Olivera, como capellán interno en Cristo Peregrino, en Paraná.
A finales de julio, el arzobispo Raúl Martín dispuso la continuidad del sacerdote Eduardo Tánger como vicario general de la diócesis, algo así como un primer ministro.
Tanger había sido designado como vicario general por el exarzobispo Juan Alberto Puiggari el 14 de septiembre de 2012. Tanger nació el 14 de febrero de 1955 y recibió su ordenación sacerdotal el 12 de diciembre de 1986 de manos del entonces arzobispo, Estanislao Esteban Karlic.
Su llegada supuso el reemplazo de quien hasta entonces había sido el vicario general, Silvestre Cecilio Paúl.
En cada diócesis, el obispo debe nombrar un vicario general, que, dotado de potestad ordinaria, ha de ayudarle en el gobierno de toda la diócesis.
El vicario general debe ser sacerdote, de edad no inferior a treinta años, doctor o licenciado en derecho canónico o en teología o al menos verdaderamente experto en estas materias, y dotado de sana doctrina, honradez, prudencia y experiencia en la gestión de asuntos.
El cura que exorcizó a la pandemia y la comparó con los pueblos originarios
En virtud de su oficio, al vicario general compete en toda la diócesis la potestad ejecutiva que corresponde por derecho al obispo diocesano, para realizar cualquier tipo de acto administrativo, exceptuados, sin embargo, aquellos que el obispo se hubiera reservado o que, según el derecho, requieran mandato especial del obispo.
En 2020, en medio de la pandemia de coronavirus, el nombre de Tanger adquirió relevancia nacional luego de protagonizar un exorcismo en las puertas de la Iglesia Catedral para espantar la enfermedad.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora