Franco Spretz, quien es entrenador de canotaje en el círculo náutico Diamante, cumplió el sueño de su hijo Milo, 6 años, con una idea que se hizo viral: aprovechó el Ferrari a control remoto que se vende en las estaciones de servicio Shell y lo convirtió en el Williams del argentino Franco Colapinto.
Spretz había adquirido el auto de Ferrari pero su hijo Milo no había quedado conforme. El niño quería el auto de Colapinto. Ante esta situación, su padre se puso manos a la obra. Diseñó e imprimió stickers con los sponsors que el piloto argentino tiene en su coche, desarmó el auto y pintó la carcasa con pintura en aerosol azul. Al volver a ensamblarlo, el coleccionable quedó realmente parecido y cumplió con el pedido de su hijo.
“La idea surgió más de Milo que de mí. Él quería el auto de Colapinto hace un montón de tiempo ya. Lo viene siguiendo desde antes, desde que estaba en Fórmula 3. En Fórmula 2 siempre se levantaba a mirar algunas carreras conmigo. Y bueno, desde ahí que ya me viene pidiendo un auto de Franco. Y bueno, era muy difícil conseguir un auto de Fórmula 2 de Franco Colapinto. Después, cuando entró en Fórmula 1 yo dije, bueno, alguien lo va a hacer en algún momento y le voy a comprar el autito. Pero iban pasando las carreras y todavía no aparecía. Y bueno, justo apareció este del Fórmula 1 rojo que la verdad es que estaba hermoso y era muy lindo, es un juguete a control remoto, todo estaba espectacular. Y Milo dice, bueno, yo lo quiero de Colapinto. Y así que ahí nos pusimos manos a la obra y lo pintamos”, cuenta Franco en diálogo con el programa Puro Cuento de Radio Plaza 94.7.
-¿Mirabas Fórmula 1 o tu pasión arrancó con Colapinto?
-A mí me gustan mucho todos los deportes en realidad. Y sigo a muchos deportistas de varios deportes que están arrancando o iniciando. Y bueno, justo Franco también es uno de los deportistas que yo empecé a seguir justamente porque veo un potencial en él y me gusta apoyar a las nuevas promesas, por así decirlo. Pero es desde chico. Siempre mi viejo me llevaba a las carreras. Me gusta mucho lo que es Fórmula 1. Desde hace un par de años que miro las carreras. Obviamente, ahora que está Franco no me pierdo ninguna. Así que seguimos apoyando a Franco como lo veníamos haciendo hace un par de carreras en Fórmula 2 y en Fórmula 3 y ni hablar ahora.
-Para responder al pedido de tu hijo Milo lo que hiciste fue comprar en la Shell un autito de Ferrari y lo convertiste en William. ¿Cómo fue eso?
-Sí, sí, sí, fue así. Compramos, en realidad mi papá lo compró para regalarle a Milo. La idea era darle a él el regalo del autito y cuando yo lo vi dije, Milo va a querer el de Colapinto, y bueno, dicho y hecho. Apenas lo vio me dice: “Papá, yo quería el de Colapinto”. Bueno, vamos a hacerlo de Colapinto, le dije. Y así que nos pusimos ahí manos a la obra.
-Vos publicaste el proceso de armado del auto en redes sociales. ¿Qué impacto tuvo?
-Sí, la verdad es que bueno, yo estaba en el grupo de los chicos que viajaron a Interlagos, en Brasil, a ver a Franco. Y ellos me pedían que vaya publicando el proceso. Y bueno, le íbamos sacando fotos, publicándolo, lo iba publicando ahí en el grupo. Y me dijeron: “ Franco, subilo a las redes”. Lo subimos. Justamente se empezó a viralizar por eso, digamos, por todo el proceso. Por la acción que tengo yo como padre, por la acción que tiene Milo. Tanto cuando ve el auto rojo y dice, no, yo quiero el de Colapinto. Y cuando está al final con el autito de Colapinto con la cara de un niño feliz es algo que obviamente llama la atención de todos. Porque bueno, se pudo cumplir el sueño de él que era tener el autito de Franco.
-¿Qué pasa si Colapinto llega a ver este video de la construcción del auto? ¿Tenés esperanzas de que eso ocurra? Porque puede pasar.
-Sí, yo creo que ya lo vio en realidad. Pero bueno, si no lo ha visto, en cualquier momento lo va a ver. Yo creo que debe estar contento de que Milo haya podido tener el juguete de él que muchos argentinos queremos tener.
-¿Cuánto tiempo te llevó convertir una Ferrari en un Williams?
-Llevó tiempo en realidad el tema de lo que son los vinilos, los stickers y eso. Es lo que más tiempo me llevó. Porque después lo que es desarmarlo, pintarlo, eso lo hicimos en un rato.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora