Por Rubén Pagliotto

 

Quién medianamente progresista en este país podría negarse a suscribir este documento, sino fuera por la catadura moral de la mayoría de quienes lo redactaron e intervinieron en la reunión nacional en Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) del Frente de Todos (FdT) del día jueves 16/02/2023.

Cuando describen ciertos comportamientos de grupos privilegiados, parecería que muchos y muchas integrantes de ese frente se están autodefiniendo y por qué no, haciendo un sano ejercicio de autocrítica.

Reitero -por si acaso algún confundido de ocasión pretende enmendarme la plana- suscribo la gran mayoría de lo que allí se dice, sobre todo, las expresiones aspiracionales de cara al futuro.

Pero observo – sin ninguna animosidad ni gorilismo del cual no participo- enormes y ostensibles inconsistencias entre el decir y el actuar, que no puedo pasar por alto.

La mayoría de ellos, son una “pléyade”, no tan ilustrada por cierto, de dirigentes enriquecidos por manejos espurios y delincuenciales de la cosa pública y los dineros fiscales que se inscriben derechamente en repudiables e impúdicos actos de corrupción, sin más vueltas.

Qué bueno sería que esa misma declaración hubiese sido suscripta por dirigentes que con conductas concretas y testimonios de vida avalaran y reafirmaran lo que comunican en sus discursos y proclamas partidarias, en un año electoral con magros resultados de la gestión del oficialismo y una oposición encerrada en sus conflictos internos que viene del fracaso de su gobierno y en la que algunos – no todos, por suerte-pretenden competir en las PASO con un demente y violento, como es el despeinado y colérico líder (comediante) de la “Libertad Avanza”,  claro emergente de una Argentina anómica y en estado de descomposición, que suele aferrarse desesperadamente a personajes de esta calaña que vociferan mensajes salvadores.

Sólo un necio, insensible o reaccionario puede no estar de acuerdo en converger hacia una Nación libre, justa y soberana. Esos fueron los sueños incansables e irrenunciables de la UCR, con aciertos y errores, y no me cabe la menor duda que también son los de millones de argentinos y argentinas que se identifican con otros pensamientos políticos e incluso con otras visiones distintas, pero con ese norte en común. Más que decir hay que hacer para que nos crean. Porque la historia, en definitiva y con enorme e inapelable sabiduría, juzga a los hombres por sus acciones concretas más que por sus discursos y proclamas. Porque como dijo Abraham Lincoln con proverbial sabiduría: “Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo».

 

 

(*) Rubén Pagliotto es abogado penalista.