Exactamente a las 12 de este viernes el Tribunal de Juicio y Apelaciones de Concepción del Uruguay -que integran los jueces María Evangelina Bruzzo, Melisa Ríos y Fabián López Mora- dará a conocer el adelanto de sentencia tras el juicio sustanciado entre el 21 y el 28 de marzo últimos al cura Marcelino Ricardo Moya, acusado por abuso sexual y corrupción de menores.

Los fiscales Mauro Quirolo y Juan Manuel Pereyra pidieron durante los alegatos de clausura la pena máxima de 22 años de cárcel, más la accesoria de prisión preventiva en una unidad penal hasta que la condena quede firme. A esa petición se sumaron los querellantes particulares, Florencio Montiel y Juan Pablo Cosso.

Los defensores de Moya, que ejercen Néstor Paulete y Darío Germanier, fueron primero por la prescripción -asunto que deberá resolver primero el tribunal, decisión que se conocerá hoy- y en caso de que esa vía no prospere, solicitaron la absolución del sacerdote por cuanto consideran que los testimonios no son suficientes para una condena.

“¿El relato de una o dos personas es suficiente a los fines de fundar o dar las bases para una condena por un hecho que mi defendido dice que no existió, y que por lo tanto no lo cometió? Eso es lo que vamos a ver. Esto no es el caso Grassi”, ha dicho el abogado Germanier.

Moya es el tercer miembro del clero de Entre Ríos que se enfrenta a un proceso penal por delitos de pederastia.

Ya otros dos curas fueron condenados por abuso y corrupción de menores: Juan Diego Escobar Gaviria y Justo José Ilarraz. Ambos, a la pena máxima de 25 años de prisión. Hasta que esa condena quede firme, Escobar Gaviria cumple prisión preventiva en la Unidad Penal de Victoria; en cambio, Ilarraz fue beneficiado con el arresto domiciliario. Su prisión es un piso sexto de un edificio de calle Corrientes, en Paraná, donde permanece con tobillera electrónica.

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.