Nahiara Cristo, la nena de 2 años que falleció el 7 de febrero de 2019, fue víctima del maltrato y, antes de morir salvajemente, atravesó un avanzado cuadro de desnutrición. Los forenses encontraron 28 marcas de distintas agresiones en su cuerpo, lesiones en su espalda que daban cuenta de la imposibilidad de ponerse de pie en el último tiempo, pérdida de cabello y una atroz falta de alimentación que llevó a que su cuerpo consumiera las últimas reservas de grasa: tenía 0% de grasa cuando perdió la vida.

Previo a aquel día fatal, cuando llegó al Hospital San Roque la noche del 7 de febrero de 2019, y fundió en el espanto a médicos y enfermeros –Águeda Ester Roldán, una agente de la Policía experimentada que fue quien la recibió, lloró frente al tribunal que juzga al padre de la pequeña, Miguel Ángel Cristo, y a la expareja de éste, Yanina Soledad Lescano, ambos imputados por homicidio triplemente agravado- ningún dispositivo del Estado pudo advertir por la situación en la que estaba la niña. Nahiara murió con el cuerpo roto y envuelta en la soledad más asfixiante. «Ayuda», creyó escuchar la agente de policía Roldán cuando Nahiara estaba rodeada de médicos en el shock room del Hospital San Roque. ¿Fue lo último que dijo la niña antes de morir? «Yo creo que pidió ayuda», concluye ahora la mujer.

Ana Abraham, una vecina que solía cuidarla, fue testigo de un castigo brutal de Cristo sobre Nahiara. Le recriminó al padre el salvajismo pero la repuesta que tuvo es que jamás vuelva a pisar esa casa. Miguel Cristo, abuelo paterno, casi no la visitaba porque su familia no aceptaba a Yanina Lesccano como pareja del hijo; la hermana del papá de Nahiara, Elizabeth, sólo se comunicaba mediante mensajes de texto y de whatsapp. Todos tenían un motivo para estar lejos de Cristo y de Lescano, y también de Nahiara.

Este lunes, en el segundo día del juicio a Cristo y Lescano, para quienes los fiscales Juan Malvasio y Santiago Brugo adelantaron que pedirán perpetua, se escuchó el relato de diez testigos, entre ellos la psicóloga Gimena Serrano, del Centro de Protección de Derechos La Posta del Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (Copnaf), ubicado sobre avenida Jorge Newber, habló de su intervención y, también –dato insólito- de lo que le “contó” otra psicóloga que intervino con una amiga de Yanina Lescano. El Copnaf intervino en febrero de 2019, cuando ocurrió la muerte trágica de Nahiara en resguardo de los tres hijos de Lescano, los cuales fueron institucionalizados y hasta hoy permanecen en esa situación: lejos de su madre.

De los tres niños que entrevistaron en el Copnaf, según la psicóloga, el mayor fue más reticente a contar lo que ocurría hacia el interior del hogar familiar, y eso la llevó a diagnosticar que hubo un pacto de silencio entre el menor y su madre para no contar nada. La profesional aseguró, sin aportar demasiada bibliografía ni argumentaciones, que Yanina Lescano había manipulado el relato de su hijo más grande. “En la primera entrevista, el relato de I (se omite el nombre, para preservar al menor), fue bastante difícil. No quería aportar datos. Dialogaba con nosotros. Señalaba que había secretos, cosas que no podía decir, que su mamá le había dicho que no tenía que confiar en personas como nosotros”, relató Serrano.

La psicóloga relató que desde el Copnaf tuvieron una primera intervención en diciembre de 2018 a raíz de una “presentación espontánea para asesorarse” a raíz de algunas situaciones enojosas con su madre, dizque con problemas psiquiátricos, que se presentaba de improviso en la escuela de los hijos, a veces sin asearse, a veces orinada encima. “Ella nos solicitó que dispongamos prohibiciones de acercamiento. La preocupación era que su mamá no se acerque a sus hijos por los problemas psiquiátricos que tenía”, detalló.

Miguel Ángel Cristo, junto a su defensor, Carlos Antico.

Esa vez Yanina Lescano arguyó que cursaba un embarazo de riesgo, que había dejado de consumir cocaína y que tomaba medicación. “Le dijimos que se enfocara en su embarazo. No hubo demanda en relación a violencia ni familiar ni de género”, reseñó la psicóloga pero entonces desde el Copnaf no creyeron necesario intervenir de modo más directo para conocer la situación de los tres hijos de Lescano. Pero mencionó un dato: cuando Lescano se retiró La Postal, Serrano contó haber mirado a través de la ventana, y cree que junto a un auto estaba Miguel Cristo –no lo conocía- y los niños adentro del vehículo.

Después, volvió a aquellas entrevistas de febrero, posteriores a la muerte de Nahiara. La psicóloga contó de las entrevistas a los tres hijos de Yanina Lescano. “No vimos situaciones de sometimiento de Cristo hacia Lescano”, diagnosticó la psicóloga cuando en realidad trató a menores y no a los adultos.  Dijo que de las entrevistas a los menores vio que adentro del hogar ocurrían “actividades normales de una familia”.

La defensa de Yanina Lescano, que ejercen Patricio Cozzi y Miguel Cullen, arguye que la mujer fue víctima de violencia de género de parte de Cristo, y que esa situación le impidió alertar de lo que ocurría con Nahiara. Pero además, dan cuenta de una historia personal de abuso sexual y sometimiento a lo largo de su vida.

Le preguntaron a la psicóloga por una testigo que declara este miércoles, Gimena Fabiana Miño, que conoce a Lescano. “No la entrevisté yo. La entrevistó mi compañera Romina Lescano”, dijo y tras ello contó lo que su “colega” le había dicho de ese testimonio.

El caso Miño fue citado como para corroborar, según la hipótesis de Fiscalía, que Lescano miente porque la habría “aconsejado” para que mienta en una denuncia por violencia de género contra su expareja, que terminó condenado en la Justicia. “Su apreciación personal de lo que era Yanina –contó la psicóloga en referencia a una paciente que no trató- es que era una persona que había tenido muchos conflictos en sus parejas, que esos conflictos tenían que ver con el hecho de que Yanina consumía durante el embarazo, asistía a fiestas, y demás. Lescano asesoró a Miño por una situación de violencia de género. Tengo entendido que el señor está preso, la pareja de Miño”.

Fue entonces que el defensor Cozzi la consultó sobre sus evaluaciones sobre Yanina Lescano. “Nosotros –respondió la psicóloga- no hacemos evaluaciones de los progenitores, sí apreciaciones profesionales”.

-¿Por qué cree que Yanina Lescano no cuidó a Nahiara (de los golpes y el maltrato de Cristo)-preguntó el fiscal Malvasio.

-Cito lo que ella refiere –respondió la psicóloga-. Y que es lo que nos pasa siempre con las situaciones que abordamos. Entendemos que hay distintas formas de materna, y no adherimos a un único modelo de madre. El límite es si, conciente o inconcientemente de esto, los chicos quedan expuestos a situaciones de riesgo grave. Uno no está para juzgar, sino para proteger. Nuestro trabajo tiene que ver con el cuidado y la protección.

La trabajadora social María Romina Santana, también del Copnaf, tuvo intervención en el caso Nahiara. En su declaración, transitó el mismo camino que la psicóloga Serrano. Dijo que había entrevistado también a Yanina Lescano, en la Unidad Penal de Mujeres, adonde fue recluida cuando ya había ocurrido la muerte trágica de Nahiara, pero que el relato fue zizagueante y que no pudo tener un hilo conductor en la conversación. “J (otra de las hijas de Lescano, cuyo nombre se preserva) cuenta de situaciones de violencia en la casa, pero no indagamos”, referenció la empleada del Copnaf.

Sólo contó lo que escuchó decir a Lescano: que Cristo, para evitar que se fuera de la casa con sus hijos, cuando salía, se llevaba consigo a uno de los menores, U., a modo de “rehén”.

El defensor de Lescano sostiene que su defendida no puede ser considerada como coimputada por la muerte de Nahiara porque en definitiva era también víctima: cursaba un embarazo de riesgo –su bebé nació el mismo día que murió la niña- y además soportaba violencia de género de parte de Cristo.

“Y acá el Estado, representado por la Fiscalía, le quieren imponer a Lescano el rol de madre sustituta de Nahiara”, planteó cuando se discutió la elevación a juicio de la causa. “Y si no asume ese rol de madre sustituta, la consideran una mala madre”, agregó.

Relató lo dicho por profesionales del Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (Copnaf) en el sentido de que una de las tres hijas de Lescano –están ahora bajo la tutela del Estado- habría referido que su mamá le pedía a Cristo que llevara a Nahiara al hospital.

“Cuando sos mujer –observó Cozzi-, el primer día que conoces a tu pareja te imponen el rol de madre sustituta. Y acá, ese condicionamiento lo hace el propio Estado, en este caso a través del Ministerio Público Fiscal”.

Y agregó: “Se actúa con cero perspectiva de género. Esto ha ocurrido en esta causa, desde el 12 de febrero hasta ahora: cero perspectiva de género”.

Qué dice la acusación

Miguel Ángel Cristo, está acusado de haber maltratado hasta la muerte a Nahiara; la pareja de Cristo, Yanina Soledad Lescano, por no haber hecho nada para impedir esa violencia insana. Los dos irán a juicio: para ambos, además, el Ministerio Público Fiscal pedirá penas altísimas.

La Fiscalía solicitará la prisión perpetua para ambos imputados por el delito de homicidio triplemente calificado por el vínculo, alevosía y ensañamiento.

A Cristo, la Fiscalía le imputa haber causado la muerte “a su hija Nahiara Luján, hecho que se concretó el día 7 de febrero de 2019 a las 22,30 aproximadamente, por una falla generalizada de órganos. Ello como consecuencia de que desde el mes de agosto de 2018, Cristo agredió continuamente a sus hija Nahiara Luján, dispensándole golpes con elementos contundentes y romos, quemaduras con líquidos de altas temperaturas y cigarrillos, todo ello en la totalidad de su cuerpo; además de no alimentarla directamente, motivo por el cual se encontraba en una estado de desnutrición generalizado».

A Lescano, pareja de Cristo, que «entre agosto 2018 y el 7 de febrero de 2019, no realizó actos tendientes a evitar el deceso de la niña Nahiara Lujan Cristo, teniendo la posibilidad y el deber de hacerlo en virtud de la posición de garante en la que se encontraba en función de la convivencia y su rol de madre sustituta a partir de que la niña -víctima- comenzó a vivir en su domicilio junto a ellos. Pese a que tenía pleno conocimiento que su concubino Miguel Ángel Cristo maltrataba físicamente a su hija Nahiara Lujan Cristo dispensándole golpes con elementos duros y romos, quemaduras con líquidos de alta temperaturas y cigarrillos, todo ello en la totalidad del cuerpo, además de no alimentarla correctamente, lo que provocó la muerte por una falla generalizada de órgano a las 22.30 del 7 de febrero de 2019».

El planteo de la Fiscalía es que en los 200 días que Lescano convivió con Cristo –entre agosto de 2018 y febrero de 2019, cuando se produce la muerte de Nahiara- ocurrieron los hechos que tuvieron el desenlace fatal. “En términos vulgares, Nahiara fue torturada en presencia de Lescano y lo que se le atribuye es no haber hecho nada para salvarle la vida”, dijo el fiscal Santiago Brugo durante la audiencia de remisión a juicio, en septiembre último.

La Fiscalía endilgó a Lescano ser “garante” y “madre sustituta” de Nahiara y de ahí su responsabilidad en el hecho.

Este miércoles será la tercera jornada del juicio.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.