Fue construido por dos hermanos artesanos, Rodolfo y Horacio Eyrssartier. Está, ahora, instalado en una especie de parquecito abandonado, en uno de los miradores emblemáticos del complejo Toma Vieja. Desde allí, hay una vista panorámica del río. La figura del ñandú de cemento puesto ahí -de eso se trata- tiene el pico mirando a la calle Blas Parera; la cola, al río. Ahora está dañado, y en proceso de deterioro. A decir, verdad, todo el lugar está abandonado. Las viejas instalaciones de la toma de agua, construida por los ingleses, está viniéndose abajo. Y el ñandú, reconstruido en 2015, muestra rotura en toda su estructura.

Foto histórica del ñandú (Publicada por Paraná hacia el Mundo).

De la Redacción de Entre Ríos Ahora