En algún tiempo fue así: en la Plaza Alberdi –la que comúnmente se llama Plaza del Bombero, rodeada por calles Illia, Urquiza, Salta y Andrés Pazos—hay una fuente y esa fuente constaba de dos platos, con una columna en la parte superior rematada por la figura de una criatura mitológica. La “Sirenita”. Así la conocen todos.
Pero ahora esa fuente está desnuda: no tiene agua, ni tampoco la “Sirenita”.
Se trata de una sirenita o tritón de cola bífida, cuyas puntas se enroscan hacia atrás. Es una figura de hierro, que estaba pintada de blanco y que fue retirada de su emplazamiento original porque estaba floja. Eso ocurrió en 2011.
Ese año, debido al vandalismo, fue llevada para su custodia al Museo de la Ciudad César Blas Pérez Colman. Allí, sin embargo, dice ahora su director, Carlos Menu Marque, ya no está más.
El pequeño tritón de hierro fundido (que data de 1890), popularmente conocido como la “Sirenita”, se inclina con los brazos cruzados sobre el pecho, y que coronaba una fuente de agua en el centro de la Plaza Alberdi. Ese monumento fue roto por un grupo, retirado y nunca repuesto a su lugar.
En 2013, la administración de la exintendenta Blanca Osuna anunció la restauración de toda la Plaza del Bombero, y la recuperación de la fuente de agua.
Eso se anunció.
En 2015, también bajo la administración Osuna, se hizo otro anuncio de remodelación de la Plaza.
El entonces secretario de Planificación, Guillermo Federick, encabezó la apertura de los sobres de la licitación: con un presupuesto oficial de 2.146.473,37 pesos, se presentaron dos oferentes: Adelco SA y Puig Construcciones SRL.
“Esta plaza presenta un solado histórico que nunca ha sido recompuesto, por lo que la licitación implica un nuevo sistema de veredas integral, nuevas escalinatas, rampas para fácil y universal acceso y la puesta en valor de todo lo que tiene que ver con jardinería y parquización”, dijo entonces Federik.
La Plaza del Bombero está más o menos igual que siempre. Pero sin la “Sirenita”.
No está la “Sirenita” pero tampoco está la imagen de la Virgen del Lujan que solía ocupar un camarín especialmente construido, sobre el lado que da a calle Andrés Pazos, frente a lo que otrora fue el Círculo Católico Obrero.
La imagen religiosa, iluminada, alumbrada por luces de neón, estaba resguardada en un camarín construido con ladrillos y recubierto, adelante, por un vidrio, de modo que la luz que despedía alumbraba un sector amplio.
Pero ahora ese camarin está deshabitado, desnudo. La imagen de la Virge igual que la Sirenita ya no están en la Plaza Alberdi.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.