El Hospital San Blas, de Nogoyá -a 107 kilómetros de Paraná- recuperó la posibilidad de realizar cirugías de urgencia, como la extracción de un apéndice, intervenciones que antes de contar con anestesistas en guardias activas las 24 horas debían ser derivadas.
Los anestesistas llegaban ora de General Ramírez, ora de Rosario, en Santa Fe. Ninguno se quedaba en Nogoyá para cubrir guardias de urgencia. Así, el Hospital San Blas sólo realizaba cirugías programadas con profesionales que llegaban para esa operación y luego volvían a sus ciudades. Dos días a la semana. Nada más.
El miércoles 2 de noviembre esa situación cambió.
«Alrededor de las 22 horas del miércoles se realizó una cirugía de urgencia. De esta forma quedó formalmente funcionando el Servicio de Anestesia de urgencias activas. Lo que parecía lejano y antes necesitaba un traslado, hoy se transforma en motivo de celebración por parte de los que atendieron la urgencia médica, porque se hace en nuestro Hospital San Blas», indicaron desde ese centro asistencial.
El equipo que llevó adelante la técnica quirúrgica para la extracción del apéndice fue liderado por el jefe del Servicio de Cirugías, Gustavo Cresta, y estuvo acompañado por el médico Luciano Juárez, el médico anestesista Luis Bianchi, la instrumentista Graciela Godoy y la enfermera Gabriela Bubillo.
Desde el Hospital San Blas señalaron que “este hecho, que para muchos puede ser menor, para nosotros y para la sociedad de Nogoyá, es trascendental, porque si tomamos dimensión, hace muchos años atrás, cirugías de urgencias como estas, había que trasladarlas inmediatamente a una institución de mayor complejidad con anestesistas las 24 horas y ahora lo podemos hacer acá en el Hospital San Blas, ya que hoy contamos con cinco profesionales anestesistas”.
Nogoyá sólo contaba con dos anestesistas que sólo cubrían dos días a la semana; el resto de los días cualquier caso que ocurriese se programaba o, si era una urgencia, se derivaba. Ahora, el Ministerio de Salud logró que haya anestesitas todos los días de la semana, y que los profesionales se queden en la ciudad durante las 24 horas que dura el servicio. Para ello, les paga la estadía en un hotel, y a partir de diciembre alquilará una vivienda para ser utilizada por los médicos.
Cada nuevo profesional que se incorpora al sistema público debe contar con la anuencia de la Asociación Entrerriana de Anestesiología, una entidad peculiar que maneja la llave de la distribución de los médicos de esa especialidad en la provincia.
«Desde que hemos podido avanzar con un plan de trabajo con las regiones sanitarias y consensuar con la Asociación de Anestesiologos para aumentar los cupos de ingreso de residentes y ofrecer otras condiciones para que los egresados de esas residencias se establezcan en aquellas ciudades que crecieron demograficamente, empezan a ir fortaleciendo los hospitales, y trabajando con un criterio sanitario de organización de redes integradas», explicó la ministra de Salud, Sonia Velázquez.
En realidad, Salud dio un quiebre en el sistema de ingresos de médicos anesistesis en el sistema público cuando, en 2018, decidió incorporar a profesionales llegados de Venezuela y que se empezaron a radicar en el país, y en Entre Ríos. «Fue una decisión política», dicen en Salud.
Germán Coronel, asesor legal del Ministerio de Salud, lo recordó así: «En un momento tuvimos una crisis muy profunda en varias especialidades, sobre todo en anestesiología. Teníamos muchos planteles donde no se hacían cirugías porque no había anestesiólogos y era imperioso resolver la situación. Entonces apareció la posibilidad de autorizar médicos extranjeros con especialidades y aparece un cubano que había sido acompañante de las tropas argentinas en Haití. El médico tenía en su certificado el sello del consulado argentino en La Habana, que certificaba la autenticidad del título; y también tenía una apostilla de La Haya, que certifica los instrumentos públicos y privados”.
Luego dijo que tras esa experiencia, con la incorporación del médico cubano, se abrió la posibilidad de dar cobijo a profesionales venezolanos que llegaban huyendo de la crisis. Y señaló que la iniciativa también buscó terminar con el déficit de médicos generalistas, pediatras, otorrinolaringólogos, cardiólogos, neurocirujanos y anestesistas que existe en nosocomios del interior, como La Paz, Feliciano, Nogoyá, entre otros puntos de la provincia.
“Cuando se decide llevar adelante la incorporación de los médicos venezolanos, un director de un hospital de la provincia me conecta y me reúno con ellos. Yo quería ver qué tenían. Cuando veo el diploma parecía hecho en Burzaco, de juguete. No era de cartón como el nuestro, parecía un papel distinto. Con letras góticas. Cuando lo di vuelta, veo que tienen una numeración oficial: era el apostillado de La Haya”, contó Coronel y agregó que esa certificación oficial internacional permitió avanzar con el proyecto de contratación de los médicos.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora