Es un final. Final de un día. El sol cae, manso, con cierta cadencia. Cae en este lugar silente, vacío, de una belleza serena. El sol se mezcla con las ramas de los árboles en un juego extraño. Atardece en la ciudad, y en este lugar, alejado del centro, cerca de las barrancas que dan al río, se dibuja un ocaso maravilloso. La ciudad, casi siempre, sorprende.

 

 
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.