A las 9 de este jueves, en los Tribunales de Nogoyá, el abogado Mariano Navarro se constituirá como querellante de una segunda víctima que acusa al cura Juan Diego Escobar Gaviria por abusos.

La causa está en trámite en manos de los fiscales Rodrigo Molina y Federico Uriburi, y está dando los últimos pasos antes de ser elevada con el requerimiento de pasar a la etapa de juicio oral.

Escobar Gaviria fue, hasta finales de octubre último, párroco de San Lucas Evangelista, de Lucas González. A ese pueblo de poco menos de 4.000 habitantes había llegado en 2005, y conseguido el favor de muchos. De caracter expansivo y con fama de cura sanador, Escobar no tardó en conseguir el favor de las familias.

Muchas, incluso, entregaban a sus hijos para trabajos pastorales, como monaguillos, e incluso se quedaban a dormir en la casa parroquial. Fue en esas ocasiones cuando Escobar Gaviria, según las denuncias que tramita la Justicia, perpetraba sus acciones de abuso sobre los menores.

No bien el caso desembocó en la Justicia, el arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari ordenó apartarlo del servicio activo y recomendarle que se refugiara en una casa religiosa, Pero finalmente, el cura fijó domicilio en la casa de la Cruzada del Espíritu Santo, en Paraná, y no tiene ningún tipo de restricciones para desplazarse.

Pero en la Justicia la causa avanza, y es muy probable que en los próximos días sea elevada a juicio.

A comienzos de marzo, el abogado Navarro se constituyó como querellante en la causa en representación de dos de las cuatro víctimas que denunciaron a Escobar Gaviria.

Fue el primer caso, el de R, un nene de 11 años que fue monaguillo en la parroquia y a quien el cura abusó.

El caso quedó caratulado como Promoción a la corrupción agravada. Después, se presentó una segunda víctima, A, un joven mayor de edad: ese caso también se caratuló como Promoción a la corrupción. Luego, se presentó S, que sólo denunció “tocamientos” por parte del sacerdote, y entonces se lo tipificó como abuso sexual agravado. Y finalmente G, también Promoción a la corrupción agravada por la figura de sacerdote de Escobar Gaviria.
El cura fue apartado de sus funciones de párroco, obligado a abandonar Lucas González y recluido en la casa general de la Cruzada del Espíritu Santo, en calle Comandante Espora al 500, en Paraná.

Todo eso, por disposición de la Justicia y también del arzobispo Juan Alberto Puiggari.

“Apenas se conocieron dichas versiones, el pasado 27 de octubre, el arzobispo dio indicaciones para que den inicio las investigaciones preliminares, según lo expresa el Código de Derecho Canónico en el canon nº 1717, reguladas por las normas de Gravioribus Delictis”, informó a finales de octubre de 2016 la Iglesia. El apartado citado se trata de la reforma que introdujo en 2010 el Papa Benedicto XVI , pero que ya había esbozado su antecesor, Juan Pablo II y que entre otros cambios, introdujo la ampliación del plazo de la prescripción de la acción criminal, que fue llevado a 20 años.

Ese apartado del Código, además, permite adoptar medidas cautelares mientras se tramita la investigación contra el sacerdote acusado, en este caso, como lo dispuso Juan Alberto Puiggari: la suspensión de Escobar Gaviria de sus facultades para oficiar como sacerdote.

En forma paralela, la curia ordenó una investigación canónica sobre Escobar Gaviria, que fue elevada a Roma.

Ahora, se espera que la causa penal también sea elevada, aunque a juicio oral.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.