Los problemas de espacio son un asunto serio por estos días en el edificio de Educación.
A tal punto, que el presidente del Consejo General de Educación, José Luis Panozzo, debió desocupar la oficina que tenía en el cuarto piso del edificio de Córdoba y Laprida, y subir dos pisos más arriba.
En poco tiempo, cuando acaben las tareas de refacción, estará en el sexto piso.
Allí, funcionaba el área de cómputos, que debió resignar espacio y bajar al cuarto piso, donde la tarea de rediseño y subdivisión de oficina es febril en los últimos días: el espacio disponible es estrecho y los funcionarios que llegan, demasiados.
Todo eso ocurre después de la tensa aprobación del pliego de Panozzo en el Senado.
Panozzo consiguió el martes 26 de julio que el Senado aprobase su pliego y así convertirse en presidente del CGE, cargo al que accedió designado por el gobernador Gustavo Bordet.
El cargo de presidente del CGE –así como el de vocales—requiere del acuerdo del Senado, un trámite que se demoró, y que en medio generó una polémica acerca de la figura de Panozzo, quien carga con una causa en la Justicia en su contra por la venta de terrenos cuando fue intendente de Chajarí, y además el Tribunal de Cuentas observó seriamente su administración municipal.
Nada de eso fue considerado como un impedimento por el bloque de senadores del Frente para la Victoria (FPV), que en una ajustada votación –8 a 7— aprobó su pliego, y también el de los vocales Marcela Mangeón, Rita Nievas y Gastón Etchepare.
Ahora, en el CGE respiran todos aliviados.
Pero no por mucho tiempo.
Después de las elecciones de representantes gremiales docentes del 23 de junio último, llegaron más vocales a ocupar el cuarto piso del edificio de Córdoba y Laprida, donde están la presidencia y las vocalías.
En esa elección, Perla Florentín se convirtió en nueva vocal gremial, y así marcó el fin de dos mandatos consecutivos de Susana Cogno.
La Rojo y Negro se impuso en 6 de las 17 seccionales de Agmer en toda la provincia, aunque con votos ajustados en Concordia (879 a 968) y en Nogoyá (264 a 304). Sin embargo, y a pesar de la amplísima diferencia que logró conseguir en Paraná (2.628 a 1.259) no logró revertir la tendencia general.
Se votaron, además del vocal gremial que pasará a integrar el órgano de conducción central del CGE, cinco vocales titulares y cinco suplentes para el Jurado de Concursos de Nivel Primario (en 2012 fueron dos titulares y dos suplentes); también en el Jurado de Concursos de Nivel Secundario se pasará de dos a cinco vocales titulares y cinco suplentes; mientras que en el Jurado de Concursos de Nivel Superior se pasa de uno a dos vocales titulares e igual número de suplantes. Y en el Tribunal de Calificaciones y Disciplina, el número de vocales pasa de tres a cinco.
De ese modo, el número de vocales pasó de 9 a 18.
La ampliación en la cantidad de representantes sindicales en el CGE generó, como era de esperar, problemas de espacio.
No caben todos en el cuarto piso.
Por eso, la presidencia se mudó al sexto piso, y el área de cómputos que ocupaba el último piso del edificio del CGE bajó al cuarto piso, con los vocales políticos y gremiales del CGE.
Ahora, de a poco cada quien va ocupando su oficina, aunque un poco apretujados.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.