Este lunes regresa a la TV, junto a César Abraham, para conducir «A media mañana», en la pantalla del Canal Once, de lunes a viernes de 8,30 a 10,30. El camino de una de las periodistas más populares de los medios locales. Por qué dejó el noticiero y cuál es su nueva apuesta.

Ya pasaron cinco meses desde la última vez que colocó su voz en el silencio rotundo del estudio de TV para contar las noticias. Quebrar silencios tan hondos, que te dan ganas de no decir nada y contener la respiración, es como caminar en la cornisa tanteando, de vez en cuando, como se siente pisar el aire. En la TV, justamente, te dicen así: aire.

Hay que tratar de no mirar hacia abajo.

Paola Ponroy conoce el oficio como muy pocos en Paraná. Es una de las conductoras de TV de mayor solvencia y solidez. Una cámara la apunta, casi todos los días de su vida, desde hace más de 15 años, con interrupciones breves, por vacaciones, alguna gripe o por algo más trascendente y definitivo aún como el nacimiento de su hija Ema.

Pero esta vez frenó durante cinco meses. La despedida fue una elección por cuenta propia y una revelación del oficio: “Cuando ya no hay adrenalina”, dice ella y deja puntos suspensivos. La decisión fue parte de un proceso, cierto, pero la cuestión es que el 30 de septiembre de 2016, ella y Raúl Galanti dejaron de conducir el espacio televisivo más visto de la ciudad luego de 12 años de trabajo ininterrumpido.

Los éxitos no se abandonan, asegura una frase remanida, pero Paola Ponroy eligió alejarse por un tiempo y prescindir de ese feedback tan fluido y natural que la vincula con la pantalla chica, desde siempre. Si, desde siempre. Según registra su memoria, ella se soñaba haciendo esto que hace cuando niña. “Jugaba a ser periodista y a ser mamá”.

Con esa idea en mente se vino desde Rafaela a Paraná en 1995. Estudió comunicación social y entró a trabajar en El Diario de Paraná en el año 2000. La TV apareció en escena casi por casualidad y en el marco de una noticia tan triste como esas que se sucedían, una atrás de la otra, al filo de 2001.

Paola viajó a Bovril para hacer una nota para El Diario. Un grupo de vecinos asediaba un galpón con comida de un viejo almacenero que había acopiado provisiones. El tipo había muerto y los vecinos querían entrar y arrasar con todo. Lo hicieron. La gente corría a saquear góndolas de productos podridos y las ratas emergían espantadas a la luz de la desesperación. También venía la policía y venían las cámaras. Paola respondió una nota de Cablevisión y el responsable del canal creyó ver en ella la solvencia que, en efecto, la distinguió frente a cámara después. Así comenzó.

En enero de 2004, Ponroy dejaba atrás dos años de conducción en el noticiero de Cablevisión -que veía la mitad de la ciudad y la otra no porque se repartía la zona con Multicanal- y se fue a la popularidad unánime de Canal Once. Empezó con los noticieros del mediodía y después siguió con el prime time de las 21, junto a uno de los principales referentes de los medios de Paraná: Raúl Galanti.

En el Once, por primera vez, sintió la presión de tener una audiencia amplia del otro lado. Lo sintió de inmediato, lo escuchó en la calle. Se los dijeron los televidentes. Pero la cosa resultaba bien, resulta bien en rigor porque ella genera empatía y porque es genuina la pasión preexistente por comunicar. Y no lo hace solo con palabras, sino también con tonos y con gestos, con ese modo de apuntar a la cámara que la apunta.

“El efecto Canal Once es muy impresionante”, dice Paola y dice que todavía le da mucho pudor que la gente la reconozca o le diga algo, por ejemplo, que la ven más joven y más linda en persona que a través de la pantalla.

Ahora vuelve. Luego de cinco meses de no pisar el estudio, ni tantear el aire con un pie: este lunes comienza una nueva etapa de su vida como conductora de TV, pero en este caso a cargo de un magazine que, además de informar, pretende entretener. En pareja con César Abraham, de lunes a viernes, de 8.30 a 10.30, Ponroy va a conducir A media mañana.

“Es un magazine informativo, un programa que va a buscar ser muy fuerte en información, con móviles en vivo y el respaldo de la página más leída de la provincia, pero después vamos a tratar de descontracturar un poco”, describe y considera que “para mí el desafío es verme en otro formato, con otras características, es hacer algo nuevo y confío en lograr una buena química con César, creo que me va a aportar la frescura que necesito para una propuesta así”, piensa en voz alta.

La expectativa, la previa viene con nervios y la esperanza de crecer todos los días un poco. Ponroy tiene experiencia y sabe de TV, soñaba hacerlo desde pequeña y le sale bien, tanto que ella apunta a la cámara, sonríe y la gente, del otro lado, está segura de que es cierto todo, desde lo que cuenta con una expresión puntillosa, hasta la sonrisa que le coloca un punto final a la historia del día.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.