“Nos proponemos una provincia totalmente integrada donde no haya ninguna ciudad aislada. Este tramo le da otra dimensión a Paranacito y otras oportunidades de crecimiento”, dijo el martes 4 de octubre de 2011 el entonces gobernador Sergio Daniel Urribarri.
Y lo dijo en el acto de apertura de la licitación para pavimentar un tramo de 2,6 kilómetros del acceso a Villa Paranacito, en el sur de la provincia, desde la ruta 12, que dejará, se dijo entonces, prácticamente toda la ruta 46 con asfalto en sus casi 20 kilómetros de extensión.
Ese tramo que Urribari anunció en 2011 que se construiría a nuevo tendría un presupuesto de $35 millones, y se sumaría a los 14,5 kilómetros que ya se habían pavimentado, a un costo de $ 100 millones.
Esos trabajos se dejaron en manos de una Unión Transitoria de Empresas (UTE), conformada por las empresas Pitón y Pietroboni.
“Paranacito es un ejemplo del desarrollo que ha tenido y tiene la provincia a partir del apoyo del gobierno nacional que comenzó a saldar una deuda histórica con Entre Ríos y que nos seguirá dando valor. Todo lo que se hace ahora antes no se hacía. Pero a mí no me importa porque nosotros no queremos mirar para atrás sino para adelante, porque falta mucho por hacer. Si algo hemos logrado después de muchos años bravísimos fue haber recuperado la esperanza. Debemos trabajar unidos los entrerrianos que es lo que nos permite tener este presente de ilusión y hacer una de las provincias más importantes del concierto nacional”, dijo Urribarri, acompañado por la entonces intendenta y actual legisladora, Carmen Toller.
La historia, en ocasiones, tiene patas muy cortas, y aunque nadie haya puesto a Urribarri ante un tribunal de rendición de cuentas, la propia naturaleza, y los desaguisados de los mortales, han hecho de Villa Paranacito un espejo adonde mirar lo que nadie quiere: los anuncios vacíos de un Gobierno que prometió muchísimo más de lo que hizo. El de la ciudad del sur no es el único caso, claro.
Hoy, Villa Paranacito es una ciudad sitiada por las aguas, aislada, y sin una ruta de acceso en condiciones, a pesar de aquellos anuncios.
La Dirección Provincial de Vialidad (DPV) anunció que continúa cortado el ingreso a Villa Paranacito, en el departamento Islas del Ibicuy. El intendente, Gabriel García, manifestó que la situación se agravó por las crecientes que han tenido los ríos, Paraná, Uruguay y Gualeguay.
“En este momento, la vía de comunicación se encuentra cortada ya que las últimas lluvias del fin de semana produjeron que el agua llegue a su pico máximo (superior a los 3,60 m)”, dijo el jefe comunal.
Eso, consecuencia de la falta de realización de las obras prometidas.
A mediados de marzo último, el ministro del Interior de la Nación, Rogelio Frigerio, visitó Paranacito, y pareció responderle a Urribarri, sin nombrarlo.
«La situación se está agravando con el paso del tiempo producto del calentamiento global y otro factor fue la ausencia del Estado, que no previó, que no pensó a largo plazo y no realizó las obras de infraestructura cuando había que hacerlas, por lo que hoy se sufren las consecuencias”, dijo Frigerio.
El ministro del Interior recorrió la ciudad, visitó una escuela y un centro de asistencia a los damnificados, y anticipó también inversiones del Gobierno nacional para mejorar las vías de acceso y finalizar la obra de la ex ruta provincial 46 (acceso 8), que actualmente se encuentra sin terminar.
«Una obra importante es terminar la ruta, que va a permitir que el pueblo no quede aislado. Después de 12 años no puede ser que esté tantos años inconclusa, ahí hay un problema de gestión y de un Estado que no puede asignar prioridades. En estos cuatro años el desafío es terminar la obra”, remarcó.
Urribarri, seguro, ni se debe acordar de aquellos anuncios. Pero los inundados sí, y mucho.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.