Calle Corrientes tiene un declive pronunciado. Y en días de lluvias intensas, intentar cruzar de una vereda a la otra se vuelve una tarea dificultosa, sobre todo en el tramo más bajo, el que recoge todo el caudal de agua: de Colón, en dirección a la barranca. El agua de lluvia arrastra todo a su paso. La ciudad, con sus declives y sus badenes profundos, les genera dolores de cabeza a los automovilistas que circulan en días de lluvia fuerte. El primer inconveniente suele ser perder la chapa patente. Pero hay un kiosco de revistas, en Corrientes y Nogoyá, donde Aníbal y Analía, sus dueños, las recogen y las exhiben, junto a diarios y revistas. El dueño, pasa y retira. Antes era una tarea azarosa. Ahora, acuden a las redes sociales para difundir lo que han hallado arrastrado por el agua. Un gesto para estacar.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.