Por Sergio Decuyper (*)
La vergüenza, la oración…y ese apoyo paternal que el Papa está dando a los sacerdotes franceses hoy…no me están ayudando a mí como víctima del pasado que sufro en mi presente las secuelas.
El Papa invita solo a una tarea de prevención a partir de ahora. Esa vergüenza tendría que madurar en lo concreto de la ayuda personal y real a mi entorno y a mí. Llevo 26 meses de terapia, 60 euros cada sesión, cada martes a las 11. Necesité 12 meses de medicación, noches sin dormir, altibajos, susto, miedo, soledad…incomprensión, falta de diálogo, descrédito. Incapacidad para seguir trabajando, situación económica muy frágil. Cambios vitales importantes para recuperar mi salud. Incomprensión a mi orientación sexual.
No comprendieron mi enojo, no comprenden mi largo proceso de salud, se asustan, me tienen miedo. No me ayudaron a buscar a las demás víctimas de mi abusador, encontré a dos más yo solo, no veían clara la denuncia penal y la publicidad de mi caso, etc.
Solo quiero un gesto, una llamada, diálogo. Que me ayuden y paguen una sesión al mes. Que hablen con mis hijos, con mi ex, mi pareja actual y los apoyen; ellos aguantaron y aguantan mis secuelas cada día, y mi tratamiento para recuperar mi salud.
Vergüenza, una linda palabra, no me sirve en mi vida real. No estoy enojado, se vuelven a equivocar. Les falta reparar. Y ayudarme hoy.
Y buscar a todas las víctimas y ayudarles en lo concreto.
«Abrazo paternal a los sacerdotes de Francia», dijo el Papa hoy.
¿Y a mí quién me abraza y ayuda hoy?
Mi violaron a los 5 años.
Mi tío, sacerdote.
Esta Iglesia al día de hoy solo ha rezado y sentido vergüenza, y pide perdón sin reparar.
Mi terapia, cientos de euros, la está pagando mi exesposa hasta que yo pueda volver a trabajar. Soy un privilegiado.
No tienen ni idea de lo difícil y real que es recuperar nuestra salud.
No maduran.
No quieren hablar, porque prefieren huir hacia adelante.
Vergüenza siento yo de este clero que entraña tanto peligro para niños inocentes.
Pero aquí sigo, quiero dialogar.
Esperaré…tu llamada Francisco, la de mi obispo, la de esas comisiones que han creado…a mi ex le deben varios euros, y a mí ojalá tengan la valentía y determinación de empezar a ayudarme de una vez, de verdad.
(*) Sergio Decuyper denunció a su tío sacerdote, José Decuyper, por haber abusado de él cuando tenía 5 años en la casa de sus abuelos, en Puiggari.