La Corte Suprema de Justicia de la Nación declaró “inadmisible” el recurso extraordinario federal presentado por Rufino Pablo Baggio en una pelea que mantiene con sus hermanos en el marco de una demanda por revocación de donación.

Celia María Agueda Munilla, por derecho propio, Aníbal Román Baggio y Juan Alejandro Baggio, por derecho propio y como herederos de Rufino Pablo Baggio (padre) interpusieron demanda contra Rufino Pablo Baggio (hijo) por revocación de las donaciones que tuvieron por objeto las acciones y cuotas partes de las sociedades RPB S.A., Citrus Mocoretá S.A.,Juplast S.A. y Baplast S.R.L., con fundamento en el incumplimiento de la carga y/o condición impuesta al demandado y ejercicio abusivo en perjuicio de la donante supérstite y de los codonatarios diligentes.

De ese modo, la Corte avaló un pronunciamiento de febrero de 2024 de la Sala Civil y Comercial del Superior Tribunal de Justicia (STJ) que hizo lugar a un recurso de inaplicabilidad de ley interpuesto por Juan Alejandro Baggio y Aníbal Román Baggio contra una resolución adversa de la Sala Civil y Comercial de la Cámara de Apelaciones de Gualeguaychú dictada el 14 de diciembre de 2022. La Sala Civil del STJ hizo lugar a la demanda de revocación de donación contra Rufino Pablo Baggio (hijo).

 

El caso estalló públicamente en 2022 y desnudó la feroz interna familiar en la empresa que produce los jugos Baggio desde su planta de Gualeguaychú.

La disputa entre los hermanos Baggio se recrudeció a la muerte de la madre, Celia María Munilla, en abril de 2022. Junto con su esposo Rufino Pablo Baggio fueron los fundadores de la firma RPB SA, que lleva las iniciales de su nombre. Con 1.700 empleados directos y otras 3.100 indirectos, es una de las principales procesadoras de jugos de frutas envasados del país, y la empresa más importante de Gualeguaychú.

Fue el fallecimiento de Baggio padre en 2006 el punto de partida de los desacuerdos entre los cuatro hermanos. Con posiciones irreconciliables, decidieron judicializar la disputa con denuncias cruzadas en la Justicia que incluyeron desde una denuncia penal por la desaparición de casi USD 7 millones transferidos en forma irregular al exterior, hasta la acusación de presunta evasión y una posible maniobra de lavado de dinero, pasando por un juicio para revocar la donación de acciones que recibió uno de ellos, y competencia comercial desleal.

A este combo, se sumó la revelación de la investigación de Pandora Papers sobre la existencia de una empresa creada en las Islas Vírgenes Británicas como refugio offshore de “inversiones líquidas”, con activos estimados – también llamativamente- en USD 7 millones. A principios de 2022, se sumó otro capítulo judicial: una nueva denuncia por el presunto pago de sobreprecios por parte de RPB SA en la importación de envases para los jugos que fabrica en el país, y que le compra a una empresa con sede en Brasil.

El último episodio de la interna familiar fue la conflictiva asamblea en la que el entonces presidente y hermano mayor Juan Alejandro Baggio, y su hermano Aníbal Baggio, electo como su sucesor, le impidieron votar a Rufino Pablo Baggio (hijo), conocido como “Pino”, y accionista mayoritario.

Para entender el origen del enfrentamiento, hay que remontarse a la forma en que Baggio padre y su esposa resolvieron la sucesión de la empresa familiar. Le donaron en vida un 25% a cada uno de sus cuatro hijos, pero conservaron el 60% del usufructo y los derechos políticos de las acciones (30% cada uno). A su vez, acordaron que al fallecer cualquiera de ellos, el otro conservaría su porcentaje para así detentar el control de la voluntad social durante toda su vida. Al enviudar, Munilla se quedó con el usufructo del 60%.

Sin embargo, pese a ser el socio mayoritario, “Pino” no asumió como presidente de la compañía ya que la entonces la viuda había elegido a Alejandro para esa tarea. Esta decisión de Munilla enfrentó a los hermanos, ya que “Pino” dejó de tener el acceso permitido a las plantas de la firma, y de estar al tanto de la operatoria diaria de la empresa.

Recién al fallecer la madre, los tres hermanos varones pasaron a estar habilitados a tomar el control pleno de las acciones que usufructuaban sus padres. Así, “Pino” Baggio, que ya no estaba más en la conducción de RPB SA desde 2011, quedó con el control mayoritario de la empresa manejada en ese momento por Juan Alejandro, su presidente. Es por eso que en la primera asamblea luego de la muerte de su madre quiso designar un nuevo directorio y asumir al frente de RPB SA como presidente, pero sus hermanos se opusieron.

El argumento principal de Alejandro y Aníbal para no tener en cuenta su voto fue “tener intereses totalmente contrapuestos con RPB SA al competir en forma desleal a través de las sociedades Bigar SA y Jugos del Uruguay SA en el mercado de los jugos frutales y saborizados, salsa de tomate, vino y productos similares”. Lo acusaron de “valerse de los recursos de RPB a los que tenía acceso y la comercialización desleal de productos idénticos a los ofrecidos por RPB”, y de “detraer la estructura empresarial de Jugos del Uruguay del dominio de RPB para aplicarlo a la explotación de los jugos Big C, y competir deslealmente con RPB”, según consta en el acta manuscrita de la asamblea, firmada por escribano.

El producto estrella de ambas firmas es justamente ese jugo BIG C que compite contra el jugo Pronto de Baggio. Según corroboró este medio, Bigar SA fue registrada en la Ciudad de Buenos Aires en 2011 por “Pino” y su mujer, y tiene su sede en la provincia de Mendoza. Jugos del Uruguay SA fue creada en 2006 en la localidad uruguaya de Fray Bentos, y el accionista mayoritario de los Baggio figura como su director.

Los hermanos al mando de la firma Baggio también resolvieron en la asamblea que terminó en escándalo que el nuevo presidente de RPB fuera Juan Aníbal, en reemplazo de Juan Alejandro. Descartaron así el nombre de “Pino”, que se había autopostulado como accionista mayoritario, y a quien le habían iniciado junto con su madre un juicio de revocatoria de donación de acciones en la Justicia Civil de Gualguaychú, en febrero de 2020.

Ese pleito, uno de los tantos que envuelve a los hermanos Baggio, tuvo una resolución: primero la Sala Civil del STJ y ahora la Corte le dieron la razón a Juan Anìbal y Juan Alejandro, y “Pino” terminó perdiendo esa batalla judicial.

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora