Los voluntarios de Un Cielo Nuevo, el grupo de jóvenes de la Parroquia Nuestra Señora de la Piedad que preparan y reparten viandas de comida por las noches a las personas en situación de calle que deambulan por el centro de la ciudad fueron desalojado de forma violenta este martes por la noche por personal de Control Urbano de la Municipalidad de Paraná.

En febrero último había ocurrido el desalojo de las personas en situación de calle que habitualmente pernoctan en Plaza 1º de Mayo, y entonces la Red por los Derechos de las Personas en Situación de Calle, integrada por instituciones y organizaciones de la ciudad, presentó una nota dirigida al intendente Adán Bahl en la que expresó la “honda preocupación y rechazo” que generaron las acciones desplegadas por la Dirección de Control Urbano, con el objeto de “desalojar” a los ciudadanos que permanecían en la Plaza 1° de Mayo el jueves último.

La Red pidió  “de forma urgente” una audiencia con el fin de plantear que cesen de inmediato esas prácticas y, en su lugar, se instrumenten acciones respetuosas de los derechos de estas personas.

 


La situación, con rasgos más violentos, según se denunció, ocurrió otra vez este martes. «Hacemos un trabajo que deberían hacer los funcionarios; nosotros somos voluntarios, no es un capricho. Nosotros damos 180 viandas, no inventamos un número…las tenemos con nombre y apellido, sabemos sus historias, no son números inventados», lanzó Fernanda Ardaist, voluntaria de Suma de Voluntades, entidad que realiza sus «rondas» los días  lunes, jueves, viernes y domingo. Los martes es el turno de Un Cielo Nuevo.

Pero ambas organizaciones comenzaron a ser hostigadas por inspectores del Municipio.

Una voluntaria de Un Cielo Nuevo relató así lo sucedido el martes por la noche: «Antes de llegar, observamos la presencia de la grúa de la Municipalidad sobre calle 25 de Mayo y personal de Tránsito. Nunca vimos a Control Urbano. Nos permitieron estacionar en la vereda de Catedral, nos dejaron acomodar y comenzamos a servir la cena como todos los martes. De repente, nos hablan las personas que están ahí porque baja un Sr. Aníbal que maneja la grúa y otra persona filmando, ésta con el uniforme de Tránsito y sacando fotos. Dejamos de servir y nos acercamos para ver qué sucedía. Nos dijeron de muy mala manera (violenta) que debíamos irnos, que ya sabíamos que no podíamos estar ahí».

Deslojo de personas en situación de calle: fuerte rechazo

El lunes había ocurrido algo parecido pero con los voluntarios de Suma de Voluntades.  «Quiero remarcar que somos una asociación de fieles dedicados al ejercicio de la caridad, al servicio de nuestros hermanos en estado de vulnerabilidad social e indigencia. Y que todos los martes a la noche, desde hace más de 10 años, realizamos este servicio en distintos puntos de encuentros en la ciudad, establecidos naturalmente no por nosotros ya que somos nosotros quienes vamos al encuentro de ellos -expresó la voluntaria-. Dicho esto, me gustaría manifestar enfáticamente nuestro repudio a este atropello de estos empleados carentes de educación y empatía por su manera de expresarse. Afirman que cumplían órdenes de sus superiores. Entendemos las razones esgrimidas en un diálogo posterior con estas personas y la policía. Sin embargo, repudiamos las formas y la violencia que claramente genera más violencia y rechazo. Remarco nuestra misión: vamos a un encuentro de servicio y amor con nuestros hermanos más vulnerables».

Desalojo en la Plaza: fuerte reclamo al Municipio

 

“La violencia nunca es el camino y menos cuando es generada por parte del Estado, quienes deben ser los primeros en abrazar a quienes más necesitan. Abramos fuertemente a los voluntarios nuestros y a los de Un Cielo Nuevo por lo sucedido con el personal del Municipio”, señalaron desde Suma de Voluntades.

La ONG reprochó con severidad lo ocurrido en Plaza de Mayo con el desalojo de voluntarios que asisten a personas en situación de calle. “Hay umbrales que no podemos permitir que se sigan cruzando –dijo en un comunicado público que se conoció cerca de la medianoche de este miércoles-. Agotados los espacios de diálogo apelamos a este medio para llamar a la reflexión a los funcionarios que dieron la orden de hostigar, amedrentar y amenazar con quitar los vehículos a quienes reparten la comida todas las noches a casi 200 personas, entre ellos 40 niños. Muchos viven en situación de calle y otros asisten a las plazas porque no cuentan con el sustento diario. Con un nudo en la garganta generalizado se nos viene a la mente, los abuelos que van siempre a la Plaza de Bomberos, la jubilación no les alcanza… trabajadores que no llegan al 15 que saben que a la noche si pasan por alguna plaza la comida está asegurada… familias enteras que se caminan entre 15 y 30 cuadras para poder comer…y así muchas historias que contar. Las más duras, cuando vemos gente con la cabeza gacha, esas son las personas que nunca pensaron tener que ir a una plaza a buscar comida”.


Dice Fernanda Ardaist, de Suma: «Ya pasamos muchas cosas de estas, siempre apelamos al diálogo y el trabajo en conjunto. No queremos más violencia. Se violan todos los derechos humanos, derechos de personas mayores, de niños, de gente en situación de calle.
Se viene el invierno, un plato de comida nunca está de más. Además de que para nosotros siempre fue una excusa para acercarnos y acompañarlos. Es injusto que no nos dejen dar la comida en Plaza de Mayo siendo que en las demás plazas sí se puede hacer. Como si correr el problema fuera una solución y se desaparece. Lamentablemente, la gente en situación de calle existe.  Nosotros siempre los vamos acompañar con un plato de comida».

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora