La jornada de este jueves en los Tribunales de Gualeguay dejó un sabor a derrota para la estrategia defensiva del cura Juan Diego Escobar Gaviria: sus tres abogados, Milton Ramón Urrutia, Juan Pablo Temón y María Alejandra Pérez –silentes con los medios, reacios a cualquier entrevista—no pudieron desarmar la hipótesis de la acusación y, encima, el trámite de esta mañana, muy breve, derivó en la apertura de una causa por falso testimonio contra uno de los testigos.

Se trata de César Rodríguez, miembro del consejo económico de la parroquia San Lucas Evangelista, de Lucas González, a quien los fiscales Dardo Tórtul y Federico Uriburu reprochan que durante el debate no haya dicho todo lo que sabe, y que más aún, haya incurrido en graves contradicciones. Rodríguez, el primero de los cuatro testigos de la defensa que declararon hoy, dijo que sólo era “conocido” del cura, y que no tenía ninguna relación de amistad ni cercanía con Escobar Gaviria.

Pero el mismo testigo había dicho antes que había tenido una manifestación de absoluta entrega hacia el cura, por la ayuda que le había brindado al momento del fallecimiento de un familiar. “Pida de mí lo que sea, porque yo me debo a usted”, reconoció Rodríguez que le dijo al cura. Entonces, el fiscal Uriburu hizo notar la contradicción: ¿es o no es amigo? ¿es sólo conocido? Pero además, se aportó un dato más: el auto propiedad del testigo, adquirido en la concesionaria  Leadri Automotores SRL, de Lucas González, donde la mano derecha del sacerdote, Luciana Gaztelumendi, es contadora, tiene una tarjeta azul a nombre del sacerdote.

“Si comparte la tarjeta azul con el cura, no puede ser un testigo objetivo de los hechos”, analizó el fiscal Uriburu. “En base a eso, se abrió una investigación por el posible delito de falso testimonio, que se va a tramitar en los Tribunales de Gualeguay, y que vamos a pedir que se incorpore como evidencia a la causa”, amplió.

En la evaluación que hicieron los fiscales y el querellante particular, Mariano Navarro, los cuatro testigos que declararon este viernes ante el Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguay –el quinto, la contadora Gaztelumendi, lo hizo en forma anticipada, el martes—no desarmaron la tesis acusatoria. Más aún, en sus yerros y contradicciones, afirmaron, confirmaron la hipótesis de la acusación. Quienes desfilaron hoy frente a los jueces María Angélica Pivas, Darío Crespo y Javier Cadneas fueron, además de Rodríguez, Vanina Lalanda, empleada de la sacristía de la parroquia de Lucas González; Gabriela Delgado, encargado de la limpieza del templo; Ángela Palazón, abuela del nene que mandó un chat a otro,  y que pudo leer Alicia Fanoni, mamá del menor destinatario del mensaje.

Fanoni algo sospechó. Vio cambios de conducta en su su hijo, F, y pensó que era un problema de drogas. Pero ese tema se descartó. Pero como el desasosiego del chico seguía, le recomendó ir a la iglesia.

–A la iglesia no, mamá: el cura me agarra las bolas.

La presunción de la Fiscalía es que se está frente a una nueva víctima que, en cámara Gesell, sin embargo, negó serlo. Aunque la psiquiatra encargada de ese trámite en los Tribunales de Nogoyá, y que testimonió por la Fiscalía, Diana Bonzi, habló de que el menor estaría siendo “influenciado”.

Aquel chat que recibió el menor, que sin embargo leyó antes la mamá, decía esto: “Dice el Cura que gracias por declarar a favor de el”.

Fue después de que F negara en cámara Gesell lo que los peritos afirman: que pudo haber sido abusado por el cura.

“Hoy, la señora de Fanoni acreditó todos esos hechos, que fueron así como lo explicó la Fiscalía”, contó Uriburu.

 

Confirmación


En la opinión de los fiscales Tórtul y Uriburu, planteo al que se pliega el querellante Navarro, los cuatro testigos que aportó este jueves la defensa de Escobar Gaviria –dubitativos, imprecisos, hasta temerosos—no aportaron ningún dato de relevancia, ni conmovieron la estrategia de la acusación: que el cura es autor de los actos de corrupción y abuso de menores, hechos que se presume sucedieron, en su mayoría, en la alcoba del sacerdote en la parroquia San Lucas Evangelista, sitio en el que estuvo destinado entre 2005 y 2016, cuando fue suspendido por la Iglesia.

“Los 19 testigos que presentamos han declarado con una precisión tremenda, también cargados de mucha angustia, pero sin la más mínima duda, y sin mentir. Todos ellas, todas esas familias están luchando contra un sector del pueblo de Lucas González que se han puesto en su contra, y que no les creen. Pero también están defendiendo a sus hijos. Acá se pretendió decir que los abusos no se pudieron cometer, pero los mismos testigos de la defensa admitieron que se quedaban a dormir los chicos en la parroquia, que el cura los llevaba de viaje”, relató Uriburu.

Respecto de la nueva denuncia –la quinta por los abusos de Escobar Gaviria–, que se conoció el sábado, el integrante del Ministerio Público Fiscal anunció que ya está abierta una nueva investigación penal preparatoria en la Unidad Fiscal de Nogoyá, pero que en la causa ahora en debate es, además, testigo. “Es testigo de los abusos que sufrió Alexis Endrizzi. Cuenta que ve cuando el cura lo masturbaba: mientras el cura hacía eso, este chico se hacía el dormido para no pasar lo mismo. También refiere de otro chico al que vio que le pasaba lo mismo. Este es un testigo importantísimo, porque los abusos son delitos de instancia privada, sin testigos. Acá, por primera vez tenemos un testigo”, indicó.

Respecto de la condena, de momento la Fiscalía insistirá, tal como lo hizo el 26 de abril, cuando elevó la causa a juicio, con el pedido de la aplicación de la máxima pena, 25 años de prisión.

Este viernes no habrá actividad en el marco de la causa, por cuanto la defensa de Escobar Gaviria desistió de varios testigos, entre ellos el cura de Oro Verde, Alfredo Nicola. Por eso, el trámite que se debía cumplir este viernes, el análisis de las cámaras Gesell, se hizo este jueves por la tarde. Der modo que el viernes no habrá actividad, y el lunes será el turno de los alegatos de las partes.

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.