La Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico hizo un exhastivo informe sobre la situación de los abusos por parte de miembros del clero católico y la actitud de la jerarquía católica, en especial del papa Francisco, cuyos viaje apostólico a Chile, que inició el lunes y concluyó el jueves, estuvo atravesada por las denuncias de encubrimiento hacia la jerarquía del Episcopado trasandino.
El abogado Carlos Lombardi elaboró un informe “sobre las acciones del papa Francisco que consolidan el sistema de encubrimiento del clero abusador sexual en la Iglesia Católica (2013/2018)”. Allí se da cuenta que designó en la curia vaticana a cardenales “integrantes de la denominada `docena sucia´ por haber sido acusados de encubrir sacerdotes pederastas”, entre ellos el argentino Leonardo Sandri.
Recuerda el informe de Lombardi que el Pontífice “no ha cumplido con las nueve exhortaciones que el Comité de los Derechos del Niño (ONU), le hizo a la Santa Sede en 2014 para extirpar el flagelo de los abusos sexuales, que está enquistado en su estructura y organización”.Y mantiene “el secreto pontificio en materia de abusos sexuales del clero. El mismo, obliga a todos los participantes de un procedimiento canónico a guardar secreto bajo juramento de silencio. Se amordaza y coacciona a las víctimas”.
“Creó un Tribunal encargado de juzgar a obispos negligentes en iniciar procedimientos contra curas abusadores. Luego, dio marcha atrás elaborando la carta apostólica `Como una madre amorosa´, suplantando el tribunal por un procedimiento regulado en el Código de Derecho Canónico y encargado a determinadas Congregaciones de la Curia.
El proceso es groseramente tramposo”, señala la Red.
Luego, hace un repaso sobre qué ha ocurrido en los distintos países con las denuncias por abusos del clero, y al detenerse en la situación de Argentina, recuerda que Francisco no ha expulsado aún al cura Julio Cesar Grassi, “no obstante estar condenado por delitos de abuso sexual y corrupción de menores”; plantea que nunca recibió a víctimas de abuso integrantes de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico de Argentina. También que tomó conocimiento en 2014 de casos de abusos sexuales en el Instituto Antonio Próvolo de Verona, Italia y no adoptó ninguna medida.
“Inició en el 2015 el proceso de beatificación del obispo de Verona, Giuseppe Carraro, quien abusó sexualmente de un alumno del Instituto Antonio Próvolo de aquella ciudad”, reseña Lombardi. Respecto de los abusos ocurridos en el Próvolo de Argentina, nombró a una comisión investigadora que hizo su trabajo en secreto y se negó a dar información a la Justicia.
“No ha iniciado procedimiento canónico alguno – para determinar responsabilidades por omisión y negligencia, aplicando las disposiciones contenidas en el documento ´Como una madre amorosa´- contra los obispos argentinos que se enumeran a continuación, responsables de controlar a sacerdotes incardinados en sus diócesis, denunciados por abuso sexual en sede estatal y/o canónica”, y entre éstos, menciona al actual cardenal Estanislao Esteban Karlic y Juan Alberto Puiggari. También al arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo; al entrerriano Ricardo Faifer, que fue obispo en Corrientes, donde se denunció a un cura como abusador.
A Puiggari por los casos de los curas ahora Juan Diego Escobar Gaviria, ya condenado a 25 años de prisión por abuso y corrupción de menores; Justo José Ilarraz, que irá a juicio en abril próximo; y Marcelino Moya, con una causa en la que ahora se debate la prescripción. A Karlic, por su responsabilidad con el caso Ilarraz, ya que fue su superior cuando ocurrieron los hechos de abuso denunciados en el Seminario Arquidiocesano de Paraná, entre 1985 y 1993.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.